Investigadores suecos concluyen que el análisis del líquido cefalorraquídeo y el PET amiloide son igual de efectivos para el diagnóstico temprano de la enfermedad de Alzheimer.
El diagnóstico de enfermedad de Alzheimer probable en etapas muy iniciales de la enfermedad no es sencillo y pasa por la realización de pruebas costosas e invasivas. En la actualidad, a falta de algo mejor, las pruebas más usadas para la realización de ensayos clínicos son la Tomografía por Emisión de Positrones (PET por sus siglas en inglés) y las muestras de líquido cefalorraquídeo para medir las concentraciones de sustancia beta amiloide y la proteína TAU. La PET se usa en el diagnóstico de Alzhéimer de dos formas: para medir el metabolismo de la glucosa y de ahí deducir cómo están funcionando las neuronas o para detectar los depósitos de placas amiloides. Este último, llamado PET amiloide, está tomando mucho auge en los últimos años. Consiste en inyectar un radiofármaco, una sustancia radioactiva, que se une a las placas amiloides facilitando que se puedan ver mediante la PET.
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La comunidad científica lleva debatiendo hace algunos años sobre cuál de los dos métodos es mejor para el diagnóstico temprano de la enfermedad de alzhéimer. Investigadores de la Universidad de Lunds, en Suecia, quisieron poner un poco de claridad sobre este asunto, motivados por el hecho de que recientemente el sistema de salud público sueco introdujo la prueba PET- amiloide entre sus servicios.
Los investigadores realizaron ambas pruebas a un grupo de 156 adultos mayores, 122 de ellos sanos y 34 que desarrollaron alzhéimer en un periodo de tres años. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Neurology.
Concluyeron que las dos técnicas pueden detectar el alzhéimer en fase leve con alta precisión y que no existen diferencias significativas en cuanto a resultados entre ambas. Los datos iniciales se replicaron posteriormente en un grupo de 146 personas sanas y 46 personas con deterioro cognitivo leve debido a la enfermedad de alzhéimer.
En palabras de Sebastian Palmqvist, profesor de la Universidad de Lunds y uno de los autores del estudio citado por MNT:
En el estudio, tanto la muestra de líquido cefalorraquídeo como los escáneres de PET Amiloide fueron capaces de identificar aproximadamente el 90 por ciento de los pacientes que se diagnosticaron con la enfermedad de Alzheimer más tarde. Por lo tanto, nuestra conclusión es que los dos métodos funcionan igualmente bien para lograr este objetivo. Uno entonces puede elegir el método sobre la base de coste, dominio técnico o preferencia del paciente.
Concluyen además que ambos métodos son igualmente buenos identificando a las personas que no padecen alzhéimer ni lo padecerán dentro de 10 años.
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Diagnóstico temprano de la enfermedad de alzhéimer: asignatura aún pendiente.
Aunque los métodos descritos permiten un diagnóstico relativamente temprano (no todo lo que se desea), la realidad es que por coste y por resultar tan invasivos como la punción lumbar, no son de uso generalizado en la práctica clínica. Están teniendo su mayor aplicación en la investigación científica para identificar a las personas más factibles de participar en un ensayo clínico. De ahí la importancia de diseñar un método de diagnóstico sencillo, no invasivo y de bajo coste que permita un diagnóstico mucho más temprano que el del PET-amiloide y el análisis del líquido cefalorraquídeo. La ciencia está orientada a la búsqueda de marcadores en fluidos que puedan obtenerse fácilmente, como la sangre o la saliva. Hasta entonces, PET y punción lumbar son las mejores opciones.
