Algunos medicamentos para la hipertensión podrían ser candidatos a tratar la enfermedad de Alzheimer.

Investigadores de la Universidad de Georgetown sugieren que algunos fármacos para la hipertensión, denominados antagonistas de los receptores de la angiotensina II, pueden funcionar para tratar la enfermedad de Alzheimer. Proponen pasar a probarlos en ensayos clínicos controlados.

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En un estudio realizado en cultivos celulares en laboratorios de investigación, científicos del prestigioso centro médico de la Universidad de Georgetown encontraron que un medicamento utilizado para controlar la hipertensión arterial, el candesartán, puede ser útil controlando el daño celular que se produce en el cerebro de los afectados por la enfermedad de Alzheimer. Los resultados de este investigación, publicada en la revista Alzheimer’s Research and Therapy , no son sorprendentes según opina uno de los autores del estudio, Juan M. Saavedra, si se toma en cuenta que :

La hipertensión reduce el flujo de sangre a través del cuerpo y el cerebro y es un factor de riesgo de la enfermedad de Alzheimer. Estudios epidemiológicos previos encontraron que la progresión del alzhéimer se retrasa en pacientes hipertensos tratados con ARA-II (antagonistas de los receptores de la angiotensina II ).

Ya en agosto del pasado año en TiTi informamos de una investigación que realizó un meta análisis de 323 investigaciones previas que analizaban el tema de los factores que aumentaban el riesgo de padecer alzhéimer. Finalmente llegaron a delimitar ocho factores para los cuales había una sólida evidencia científica que los identificaba como factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer, entre ellos, seguro ya lo suponen, estaba la hipertensión arterial.

También se ha encontrado que entre las personas mayores sin demencia la hipertensión provoca mayor deterioro de funciones cognitivas como la memoria o el pensamiento. Incluso, entre los enfermos de alzhéimer, los hipertensos pueden tener mayor riesgo de síntomas psicóticos como delirios y alucinaciones.

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Candesartán para controlar los daños producidos por el exceso de glutamato.

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Los investigadores estudiaron qué efecto tenía el candesartán en el exceso de una sustancia cerebral, un neurotransmisor denominado glutamato. El glutamato es esencial para el desarrollo de procesos como la memoria y el aprendizaje, pero cuando está en exceso, como sucede en la enfermedad de Alzheimer, puede resultar tóxico(Greenamyre et al., 1988 ). De hecho, controlar los niveles de glutamato es lo que hace uno de los fármacos que hay autorizados actualmente como tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, la memantina.

Al cultivo de neuronas utilizadas por los investigadores en un primer momento se le trató con candesartán y posteriormente se le provocó un exceso de glutamato. El estudio encontró que el candesartán impidió la muerte de las neuronas por el exceso de glutamato.

Pero el análisis fue mucho más profundo, los investigadores identificaron cuáles genes se veían alterados por el exceso de glutamato y los compararon con la expresión de los genes que se veía alterada durante la enfermedad de Alzheimer. Y la correlación que encontraron sorprendió a los propios científicos. Citado en un comunicado de prensa del centro médico de la Universidad de Georgetown, el Dr. Abdel G. Elkahloun, otro de los firmantes de la publicación dice:

Las correlaciones fueron impresionantes, la expresión de 471 genes que fueron alterados por exceso de glutamato en nuestros cultivos, también se vio alterada en muestras de autopsia cerebral de pacientes que sufrieron enfermedad de Alzheimer. Candesartán normalizó la expresión de estos genes en nuestras cultivos.

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Esa es la buena noticia, que el candesartán fue capaz de normalizar la expresión de esos genes que se encuentran alterados en la enfermedad de Alzheimer. Con estos resultados los investigadores hipotetizan, y hacemos énfasis en que solo es eso, una hipotésis en la que aún hay mucho por demostrar, que el candesartán y otros fármacos semejantes que entran en el grupo de los llamados antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA II) pueden no solo enlentecer el progreso de la enfermedad de Alzheimer, sino además, prevenir o retrasar su desarrollo.

Los investigadores consideran también que estos resultados justifican que se pase a probar en seres humanos, de forma controlada en ensayos clínicos, este tipo de fármacos para ver su efecto en las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer.

Referencias

Elkahloun, A. G., Saavedra, J. M., & Hafko, R. (2016). Alzheimer’s research & therapy. Alzheimer’s Research & Therapy, 8(1), 1. doi:10.1186/s13195-015-0167-5

Georgetown University Medical Center (2016, ). Could blood pressure drugs have a role in Alzheimer’s disease treatment?Georgetown University Medical Center. Disponible en https://gumc.georgetown.edu/news/Could-blood-pressure-drugs-have-a-role-in-Alzheimers-Disease-treatment

Greenamyre, T. J., Maragos, W. F., Albin, R. L., Penney, J. B., Young, A. B., Greenamyre, J., … Penney, A. B. (1988). GLUTAMATE TRANSMISSION AND TOXICITY IN ALZHEIMER’S DISEASE. & Biol. Psychiat12, . Disponible en http://deepblue.lib.umich.edu/bitstream/handle/2027.42/27563/0000607.pdf

M Makino, K., & Porsteinsson, A. (2011, ). Memantine: A Treatment for Alzheimer’s Disease With a New Formulation. Medscape. Disponible en http://www.medscape.com/viewarticle/748581_3

Redacción TiTi