Trasmisión de la enfermedad de Alzheimer: se puede trasmitir la proteína, no la enfermedad…así dice la última investigación

Investigadores austriacos concluyen que si bien la proteína beta amiloide se puede trasmitir mediante procedimientos quirúrgicos muy invasivos, eso no implica la trasmisión de la enfermedad de Alzheimer.

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Comenzamos aclarando que así dice la última investigación, porque no es la primera y seguramente está lejos de ser la definitiva. Esta de hoy corresponde a investigadores austriacos pertenecientes a la Universidad Médica de Viena que concluyeron que, si bien la proteína beta amiloide puede trasmitirse, esto no se traduce en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. La investigación se ha publicado en la revista  Acta Neuropathologica.

Alguno de vosotros seguramente recordará la gran repercusión mediática que han tenido dos estudios de los que se podía inferir que, bajo circunstancias muy inusuales —como el trasplante de duramadre, una membrana que cubre el sistema nervioso central— la proteína beta amiloide podía ser transmitida entre seres humanos. La proteína beta amiloide es el componente fundamental de las placas amiloides que se acumulan en el cerebro de los enfermos y se consideran una de las causas fundamentales de la enfermedad.

Aunque en aquel momento los medios de comunicación, incluso revistas científicas con la relevancia de Nature , interpretaron que esto sugería que el alzhéimer podía ser transmisible, varias voces se levantaron, como la Sociedad Española de Neurología (SEN), explicando que la existencia de proteína beta amiloide en el cerebro no implica que la enfermedad se desarrolle. El alzhéimer es mucho más que beta amiloide, si no miren los sonados fracasos de los fármacos que tenían por diana esta proteína.

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Detectan la “proteína del alzhéimer” fuera del tejido cerebral.

trasmisión de la enfermedad de Alzheimer

Los investigadores austriacos examinaron muestras de duramadre de dos personas que fallecieron con enfermedad de Creutzfeldt-Jakob adquirida. Los casos anteriores en los que se sugirió a transmisibilidad del alzhéimer habían sido de personas que recibieron trasplantes o inyecciones contaminados con la proteína que provoca la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.

Además de la muestra de esas dos personas enfermas, los investigadores estudiaron muestras de duramadre de adultos mayores con una media de edad de 84 años. El primer aporte de la investigación viene del análisis de estas personas. Los científicos comprobaron que no es extraño que se encuentre proteína beta amiloide en la duramadre. Hasta ahora se creía que la beta amiloide permanece fundamentalmente en el tejido cerebral.trasmisión de la enfermedad de Alzheimer

Al analizar los dos casos de personas con enfermedad de Creutzfeldt-Jakob encontraron que la beta amiloide, si bien podía trasmitirse, no se extendía tanto por el cerebro como en un principio se pensó, sino que permanecía cerca de la zona operada. Más aún, esta beta amiloide no provocaba otro evento patológico común en la enfermedad de Alzheimer: la acumulación de ovillos de proteína Tau al interior de las neuronas. Esas estructuras enredadas de TAU son consideradas por muchos como la verdadera causa de los síntomas que vemos en los enfermos. De hecho, en la enfermedad de Alzheimer mientras más profundo es el deterioro, más ovillos de TAU se detectan, una correlación que no se da en el caso de los acúmulos de beta amiloide.

Citado en un comunicado de prensa de la Universidad Médica de Viena, uno de los autores de la investigación, el profesor Gabor G. Kovacs concluye:

El estudio nos permite obtener una opinión equilibrada sobre la transmisibilidad de la enfermedad de Alzheimer. A pesar de que parece como si la beta amiloide, la proteína asociada a la enfermedad de Alzheimer, podría ser transmisible en circunstancias muy inusuales, la manifestación clínica de la enfermedad de Alzheimer no se transmite. Ciertamente, no es correcto hablar de una transmisibilidad de la enfermedad.

En la actualidad hay en marcha en Canadá un estudio que también pretende arrojar un poco de luz sobre esta polémica. Lo dicho, sobre este tema escucharemos a menudo en los próximos años.

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Referencias

Abbott, A. (2016). More evidence emerges for ‘transmissible Alzheimer’s’ theory. Nature. doi:10.1038/nature.2016.19229

Kovacs, G. et al. (2016). Dura mater is a potential source of Aβ seeds. Acta Neuropathologica. doi:10.1007/s00401-016-1565-x

Wien, M. U. (2016). MedUni Wien: News and Topstories. Meduniwien. Disponible en http://www.meduniwien.ac.at/homepage/1/news-and-topstories/?Fsize=0&tx_ttnews%5Btt_news%5D=6475&cHash=e03720eb79cc08591e68f1748d78e4ab

Redacción TiTi