Viudez: lo que sucede cuando la muerte nos separa

La viudez implica cambio, dolor, es la vida que cumple con el “hasta que la muerte nos separe”. El manejo de las nuevas circunstancias es clave para una adaptación exitosa.

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La tradición afirma que un matrimonio solo debe ser desecho por la muerte. La segunda mitad del siglo XX y las primeras décadas del XXI han asistido al derrumbe de ese ideal.

Muchos sociólogos han lanzado sus explicaciones al respecto pero ese no es el punto en el que hoy queremos centrarnos. Aunque el auge del divorcio ha deshecho un poco aquello de “hasta que la muerte os separe”, sigue y seguirá habiendo personas que están casadas y que un día enfrentan la realidad de que su cónyuge ha muerto.

A esas personas queremos dedicarnos hoy.

¿Hombres o mujeres?

Un aspecto interesante es que las mujeres representan mayor porcentaje entre los viudos/as. Esto se debe fundamentalmente a dos razones.

La primera de ellas radica en que los datos de todo el mundo apuntan a que las mujeres tienen una mayor esperanza de vida. Por otra parte, ellas tienden a casarse con hombres mayores aunque esta diferencia se ha ido reduciendo paulatinamente.

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Viudez: principales consecuencias

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También es importante tener en cuenta que la viudez presenta una gran variedad de problemas económicos sociales y psicológicos.

La dificultad económica es un problema acuciante cuando uno de los dos cónyuges era el sostén principal de la familia. Muchos proyectos se vienen abajo y la calidad de vida se reciente de manera considerable. Esto, unido al dolor psicológico, hace que el sufrimiento sea aún mayor para los sobrevivientes.

La soledad es la otra cara de la baraja. Muchas viudas y viudos viven solos. Sufren miedo y angustia debido a esta condición. Su autoestima también va a encontrarse muy afectada y, además, muchos problemas prácticos de la vida cotidiana ahora serán más difíciles de resolver pues, a fin de cuentas, vivir acompañados forma parte de nuestra ventaja como especie.

Con frecuencia el momento más difícil para los nuevos viudos es después del funeral. Es un momento de restructuración y duelo que, si no es adecuadamente manejado, puede conducir a una enfermedad mental, por lo cual es importante que si la afectación es intensa se acuda a un profesional (ya sea psicólogo o psiquiatra) que pueda brindar ayuda y acompañamiento en el proceso de aceptación de lo sucedido.

Esto último es particularmente relevante si sabemos que existe una mayor tasa de enfermedades mentales entre las viudas y viudos que en sus contrapartes casadas. Los estudios afirman que los primeros tienen niveles más altos de dolor traumático, síntomas depresivos y ansiedad.

Con la frase “Hasta que la muerte os separe es pronunciada”, se invoca una larga unión, pero a la vez se predice el dolor de uno de los que ahora se están uniendo.

Así es la vida, muchas veces fortuna y dolor van entrelazados como el abrazo de dos seres que se aman.

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Referencias bibliográficas

Trived, J., Sareen, H., & Dhyani, M. Psychological Aspects of Widowhood and Divorce.

Wilcox, S., Aragaki, A., Mouton, C., Evenson, K., Wassertheil-Smoller, S., & Loevinger, B. L. (2003). The Effects of Widowhood on Physical and Mental Health, Health Behaviors, and Health Outcomes: The Women’s Health Initiative. Health Psychology 22(5), 513-522.