No todo es vejez: problemas de visión en la enfermedad de Parkinson


Los problemas de visión en la enfermedad de Parkinson se manifiestan en alteraciones en la percepción de los colores, pero también existen trastornos motores que dificultan la realización de un acto cotidiano como mirar.

problemas de visión en la enfermedad de Parkinson

Digamos que Juan, de 70 años, después de padecer durante varios años de síntomas a los que médicos dieron muchos nombres, finalmente logró su diagnóstico: enfermedad de Parkinson. Juan tiene párkinson, pero también muchos otros problemas que el justifica con la frase: los años, que no pasan por gusto.

Juan tiene problemas en la vista; no percibe bien los colores y los ojos los siente secos e irritados a menudo. Juan cree que todo eso es parte del envejecimiento normal, pero en su caso, ¿es solo el efecto de los años?

¿Vejez o párkinson?

No todas las alteraciones visuales que presentan los enfermos de párkinson se deben a causas similares. Algunas se deben a la medicación o al propio envejecimiento, mientras otras son causadas por los cambios que la enfermedad provoca en el organismo.

Al referirnos a estos últimos podemos afirmar que, como el párkinson afecta la movilidad en general, el movimiento de los ojos no escapa a esa disfuncionalidad. En las personas con párkinson el movimiento rápido del ojo que permite enfocar los objetos de nuestro interés está enlentecido, de ahí que demore en iniciarse. Como consecuencia el leer puede ser difícil, así como enfocar nuevos objetos.

La enfermedad también puede causar pérdida de algunas células de la retina del ojo que utilizan la dopamina para procesar y percibir los colores, haciendo que la capacidad para ello disminuya significativamente.

La frecuencia de parpadeo también será menor. Si para una persona sana parpadear de 16 a 18 veces por minuto es lo normal, en un enfermo de párkinson esta frecuencia puede disminuir de 1 a 2 veces por minuto.

Como consecuencia se produce sequedad, irritación y enrojecimiento de los ojos. Aunque algunos pueden presentar el problema contrario, parpadeo excesivo (espasmos), lo que puede causar un cierre involuntario de los ojos.

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Alteraciones debidas a la medicación

Al analizar los efectos en la visión de los medicamentos, tenemos que los anticolinérgicos como el Artane, utilizado como tratamiento coadyuvante, puede ocasionar sequedad en los ojos y visión borrosa.

¿Qué se hace?

problemas de visión en la enfermedad de Parkinson

Cuando aparecen problemas de visión en la enfermedad de Parkinson, el primer paso es descartar otras condiciones médicas que puedan estar causando los síntomas. Una vez que este paso se ha realizado existen varias alternativas.

La disminución del movimiento ocular suele tratarse con la prescripción de gafas, preferiblemente dos, unas para leer y otras para ver de cerca, aunque muchos enfermos por comodidad finalmente eligen las lentes bifocales.

La sequedad e irritación puede ser tratada con lágrimas artificiales y los espasmos involuntarios del párpado, que conducen al cierre del ojo, son tratados habitualmente con inyecciones de toxina botulínica (botox)

En el caso de que la medicación sea la causa, su médico podrá ajustar las dosis o cambiar los fármacos que consume.

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Referencias bibliográficas

Armstrong, R. Visual Symptoms in Parkinson’s Disease. Disponible en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3109513/

Berman, A. Eye & Vision Issues in Parkinson’s Disease. Disponible en http://www.apdaparkinson.org/eye-vision-issues-in-parkinsons-disease/

Dolhun, R. (2015)  Alteraciones Visuales en la enfermedad de Parkinson. Disponible en https://www.michaeljfox.org/foundation/news-detail.php?ask-the-md-vision-and-parkinson-disease