Dime cómo duermes y te diré tu riesgo de alzhéimer: una revisión a la relación neurodegeneración-ritmos circadianos y sueño.


Las alteraciones de los relojes biológicos, los ritmos circadianos y el sueño parecen influir en el riesgo de alzhéimer y de otras enfermedades neurodegenerativas como el párkinson o la demencia con cuerpos de Lewy.

el riesgo de alzhéimer

Si una queja es frecuente entre las personas que cuidan a enfermos de alzhéimer o con otras enfermedades neurodegenerativas como el párkinson es que no duermen bien, o si lo hacen, su horario no es adecuado, permaneciendo gran parte del día adormilados mientras en la noche están en vigilia.

Esas alteraciones no solo se notan cuando la enfermedad está diagnosticada, sino que varias investigaciones han apuntado que muchos años antes de que el mal se haga evidente, ya las personas que en el futuro terminarán desarrollando enfermedades neurodegenerativas tienen tasas más altas de alteraciones del sueño, en especial las provocadas por disfunciones de los ritmos circadianos.

¿Casualidad o causalidad? Nada de casualidad, así al menos consideran los autores de una revisión reciente de la literatura sobre el tema relojes biológicos, sueño y neurodegeneración publicada en la revista Science. Después de revisar varios estudios previos sobre este tema, los investigadores, que pertenecen a la Universidad de Washington en St. Louis, EE.UU,  concluyen que existen evidencias sólidas que relacionan estos factores y que es una alternativa para la creación de terapias y la detección de grupos de riesgo.

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Pero antes, aclaremos conceptos.

Antes de seguir desgranando lo que encontró esta investigación, vamos primero a aclarar algunos conceptos, así nos aseguramos de tener un lenguaje común. Cuando hablamos de ritmos circadianos estamos haciendo referencia a los cambios físicos y mentales que experimenta nuestro organismo de forma cíclica cada 24 horas (en realidad cada 24.2 horas).

Los ritmos circadianos están a su vez regulados por los relojes biológicos, conjunto de moléculas y circuitos que tienen como principal reloj el núcleo supraquiasmático o NSQ, un grupo de neuronas ubicadas en el cerebro, específicamente en el hipotálamo.

Los seres humanos tenemos muchos tipos de ritmos circadianos, tal vez el más conocido es el del ciclo sueño-vigilia, pero también hay ciclos relacionados con el metabolismo o con la temperatura corporal.

Factores externos influyen en los relojes biológicos que a su vez regulan los ritmos circadianos. Por ejemplo, una disminución de la luz y de la actividad social lleva a que el núcleo supraquiasmático estimule la producción de melatonina, una hormona que favorece el sueño.

¿Y qué sucede en las enfermedades neurodegenerativas?

Trastorno del sueño en parkinson

Además de identificarse una alta prevalencia de alteraciones del sueño y de los ritmos circadianos en las personas con enfermedades neurodegenerativas antes y durante la enfermedad, la investigación en animales de experimentación también arroja datos muy intrigantes.

Un estudio del año 2009 encontró que en ratones a los que se les privaba del sueño aumentaba la acumulación de sustancia beta amilloide. Esta última es la proteína clásicamente asociada a la enfermedad de Alzheimer y se considera que su acumulación entre las neuronas lleva a una serie de eventos que finalmente terminan con el surgimiento de la enfermedad.

Otros estudios también han encontrado que cuando se acumula de forma anormal la beta amiloide, se producen alteraciones del sueño. Esto lleva a una especie de círculo vicioso según explica David M. Holtzman, uno de los autores del estudio, en la revista Scientific American:

En otras palabras, si duermes muy poco, favoreces la agregación de proteínas. Entonces, una vez tienes esa acumulación, empeora tu sueño.

Con el envejecimiento se agrega otro elemento que influye negativamente en los ritmos circadianos: se produce la neurodegeneración del núcleo supraquiasmático o NSQ. Aunque algunos autores defienden que la alteración de los relojes biológicos, y como consecuencia de los ritmos circadianos y el sueño, tiene un rol etiológico en el alzhéimer, la mayoría tiende a verlo como un factor que aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad, incluso su severidad.

En algunas alteraciones del sueño, como el llamado trastorno de la conducta del sueño REM, la relación con las enfermedades neurodegenerativas es tan estrecha, que su sola presencia eleva sensiblemente la posibilidad de que una persona termine desarrollando demencia con cuerpos de Lewy o párkinson. Alrededor del 80% de los que padecen trastorno de la conducta del sueño REM terminará padeciendo algún trastorno neurológico ¿causa o consecuencia? La pregunta permanece, pero las posibilidades de intervención también.

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Oportunidad para la creación de terapias.

Consejos-para-dormir-demencia

Los investigadores consideran que, aunque aún debe seguir profundizándose en la comprensión de todos estos factores, los elementos que se conocen hasta ahora son suficientes para ver los trastornos del sueño, o más específicamente los relojes biológicos, como una diana terapéutica viable.

No como un tratamiento único, sino como una estrategia que, junto a otras; por ejemplo, los fármacos que hay actualmente en desarrollo, lleve a un abordaje más amplio de las enfermedades neurodegenerativas. Los actuales fracasos de la industria farmacéutica (puedes leer sobre el más reciente aquí) parecen justificar la búsqueda de terapias con una mirada más amplia y desprejuiciada.

Resta también investigar si controlando las alteraciones del sueño que tan comúnmente se dan en las personas con enfermedades neurodegenerativas, se puede influir sobre el ritmo de deterioro del enfermo. Por lo pronto puede quedar el mensaje de que tratar los problemas de insomnio y de alteraciones del ciclo sueño-vigilia no solo redunda en una mejor calidad de vida y menor carga para el cuidador, sino que, además, posiblemente —esto rodeado de grandes signos de interrogación— podemos estar influyendo sobre el curso de la enfermedad.

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Referencias

Makin, S. (2016). Why sleep disorders may precede Parkinson’s and Alzheimer’s. Scientific American. Disponible en https://www.scientificamerican.com/article/why-sleep-disorders-may-precede-parkinsons-and-alzheimers/

Musiek, E. S., & Holtzman, D. M. (2016). Mechanisms linking circadian clocks, sleep, and neurodegeneration. Sciencie354(6315), 1004–1008. doi:10.1126/science.aah4968

national institute of general medical sciences. (2015, December 29). Hoja informativa sobre los ritmos circadianos. Disponible en national institute of general medical sciences, https://www.nigms.nih.gov/education/pages/los-ritmos-circadianos.aspx

Redacción TiTi