Siguen confirmando que un análisis de sangre podría ayudar a diagnosticar un trastorno del espectro autista en niños


Los niveles de dos proteínas, una relacionada con la tiroides y la otra con el sistema inmunitario, podría ayudar a diagnosticar un trastorno del espectro autista en niños a edades muy tempranas.

diagnosticar un trastorno del espectro autista

Conozco padres que viven desde hace tiempo con la duda de si su hijo tiene, o no, un trastorno del espectro autista. El diagnóstico tradicional, que se basa en pruebas neuropsicológicas, observación del comportamiento del niño y rigurosas entrevistas a la familia es más acertado a medida que el niño crece, pero en los primeros años de vida dar un diagnóstico de autismo acertado es muy complicado.

Encontrar un indicador biológico que ayude a hacer más objetivo ese proceso diagnóstico es una de las metas actuales de la investigación científica. Pero también es una meta complicada. Ya no se habla de autismo a secas, sino de trastornos del espectro autista (TEA).

Hay tanta diversidad en las personas con TEA como en la vida misma ¿Existen cambios biológicos específicos para cada tipo de trastorno? Esa es una pregunta sin respuesta, pero lo que nadie duda es que un marcador biológico que se encuentre es ya un avance.

Y en ese camino un grupo de investigadores, pertenecientes al Centro Médico de la Universidad del Suroeste de Texas, en EE.UU, ha confirmado que los niveles de dos proteínas que pueden medirse con un análisis de sangre, podría ayudar a diagnosticar el trastorno del espectro autista en niños.

La investigación ha sido publicada recientemente en la revista Journal of Neuroinflammation.

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Análisis de la tiroides y del sistema inmunitario para diagnosticar el trastorno del espectro autista en niños

Los investigadores analizaron muestras de sangre de 30 niños con TEA con edades entre 2 y 8 años y 30 niños con un neurodesarrollo típico. La investigación solo incluyó varones, debido a que los niños son mayoría entre los casos de TEA.  También se excluyeron del estudio niños con síndrome de Asperger.

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Realizaron la medición de los niveles de más de 100 proteínas y llegaron a identificar 11 que parecen tener cierta relación con el autismo.

De esas 11, dos resultaron ser las que mejor indicaban la presencia de un trastorno del espectro autista: la Interleuquina-8 (IL-8) y la hormona estimulante de la tiroides (TSH).

El resultado no ha sido una sorpresa, sino la confirmación de datos que ya se han visto en estudios previos. Este río definitivamente suena bastante.

En concreto, los investigadores observaron que en los niños con TEA la TSH estaba a niveles bajos, mientras la IL-8 (proteína relacionada con el sistema inmunitario), estaba elevada.

Los investigadores encontraron que si se analizaba solo el valor diagnóstico de la TSH, esta acertaba en el 74 % de los casos. Sin embargo, analizando en conjunto los niveles de ambas proteínas la precisión diagnóstica escalaba al 82%. Lejos de ser ideal, pero bastante atractivo teniendo en cuenta el panorama actual.

Aunque no parezca que por el momento la evaluación del neurodesarrollo vaya a dejar de tener el papel fundamental que tiene en el diagnóstico de TEA, sin dudas un biomarcador sería un elemento de apoyo inestimable.

Referencias

CDC (2016): Evaluación y diagnóstico. Disponible en https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/autism/screening.html

Singh, Sarika et al. (2017): Serum thyroid-stimulating hormone and interleukin-8 levels in boys with autism spectrum disorder. Journal of Neuroinflammation. Disponible en https://jneuroinflammation.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12974-017-0888-4

Redacción TiTi