Esquizofrenia paranoide: guía para novatos


La esquizofrenia paranoide es un subtipo de esquizofrenia en la que predominan las ideas delirantes y las alucinaciones auditivas relativas a daño o persecución.

esquizofrenia paranoide

Una persona con esquizofrenia paranoide puede llegar a creer que familiares cercanos, como una madre, quiere envenenarlo a través de la comida o que sus amigos se están riendo de él todo el tiempo.

Pero ante todo la esquizofrenia, ya sea paranoide o de cualquier otro tipo, es una enfermedad susceptible de ser tratada. Y los enfermos y sus familiares son merecedores de toda la consideración y ayuda que se dispensa a los que padecen otras enfermedades.

¿Qué es la esquizofrenia?

La esquizofrenia, sin entrar en subtipos, es una enfermedad que provoca en quien la padece la aparición de varios de los siguientes síntomas:

Delirios

Se manifiesta en ideas irracionales, que no se pueden cambiar a pesar de demostrarle a la persona que lo que cree no es correcto. Este último punto es importante que los familiares y cuidadores lo tengan presente; por mucho que se intente demostrar la irracionalidad de una creencia, esta no va a desaparecer.

Una persona con delirio puede creer que la están persiguiendo, que la casa está llena de micrófonos o que seres extraterrestres están infiltrados en la vida cotidiana.

Alucinaciones

Percepciones, también erróneas, de estímulos que en realidad no se han producido. Las más comunes son las alucinaciones auditivas, en que la persona escucha voces, que bien pueden provenir del mismo interior de su cabeza o del exterior.

Las alucinaciones también pueden ser visuales (y a la vez auditivas, lo que sería una alucinación compleja) o táctiles.

Discurso desorganizado

La persona con esquizofrenia puede saltar de un tema a otro sin mucha conexión entre ellos, dar respuestas que tienen poca o ningún vínculo con la pregunta realizada o llegar a emitir palabras totalmente inconexas y carentes de sentido para la persona que le escucha.

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Comportamiento motor desorganizado

En muchas personas con esquizofrenia se puede apreciar cierta agitación en sus gestos (camina constantemente o mueve las manos sin parar), o por el contrario, una falta de actividad motora que puede llegar a ser extrema.

Los anteriores son los llamados síntomas positivos de la esquizofrenia, aquellos que no suelen aparecer en personas sin esquizofrenia.

Pero hay otro tipo de síntomas, lo síntomas negativos de la esquizofrenia, que hacen referencia a la disminución o pérdida de funciones que están en todas las personas y que en las esquizofrénicas se ven muy afectadas.

Muchas familias ven cómo a pesar de que los síntomas positivos están bajo control, la persona ya nunca es la misma, porque los síntomas negativos siguen presentes, impidiendo el normal desarrollo de la vida cotidiana.

Esquizofrenia, síntomas negativos

Expresión emotiva disminuida: el enfermo se muestra con un afecto plano, con poca expresión emocional a través del rostro o el cuerpo en general. Llegan a parecer indiferentes a todo lo que le rodea.

Abulia: una persona con abulia no suele realizar actividades por iniciativa propia. Pueden pasar horas sentados o acostados sin que espontáneamente decidan realizar algo.

Existen otros síntomas negativos que esencialmente reflejan afectaciones afectivas y en las relaciones con el medio. Generalmente las personas con esquizofrenia ven afectado su rendimiento académico, sus relaciones personas o su desempeño laboral.

En las últimas décadas, a medida que se han logrado fármacos más efectivos en el control de los síntomas positivos, la importancia de los síntomas negativos se ha visto agrandada, debido a que influye directamente en la calidad de vida del paciente.

Los síntomas cognitivos, como incapacidad atencional, deterioro de la memoria o dificultades para procesar la información, están entre las causas fundamentales de la baja incorporación al mundo laboral de las personas con esquizofrenia.

¿Qué es la esquizofrenia paranoide?

La esquizofrenia paranoide es un subtipo clínico de esquizofrenia, es decir, una forma de esquizofrenia en la que predominan unos síntomas mientras otros son menos comunes.

El de los subtipos de esquizofrenia es un tema polémico, ya que algunos profesionales no creen que pueda hacerse una división tan clara.

De hecho, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su quinta edición (DSM-V), que establece los criterios por los cuales debe diagnosticarse una enfermedad, no reconoce los subtipos clínicos de la esquizofrenia.

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¿Cuáles son las causas de la esquizofrenia?

A pesar de lo estudiada que ha sido esta enfermedad, la realidad es que aún no se sabe el mecanismo exacto que puede considerarse causa de la esquizofrenia.

Siendo exactos tendríamos que decir que la esquizofrenia es el resultado de muchos factores. No hay algo así como “x cosa causa esquizofrenia”, sino que muchas variables se unen para llevar a ella.

Entre los factores que hasta el momento se ha visto que aumentan el riesgo de esquizofrenia están:

Factores genéticos

Es muy común ver en una misma familia varios miembros con esquizofrenia y esto no es casual. Se han encontrado muchas alteraciones genéticas vinculadas a este mal.

Por el momento la esquizofrenia se considera poligénica, es decir, que no está causada por una sola mutación, sino que varias alteraciones en los genes aumentan el riesgo de padecerla.

esquizofrenia paranoide

Se ha descubierto que algunas de estas alteraciones también se asocian a otros trastornos mentales, como el autismo, el trastorno depresivo mayor o el bipolar (Schizophrenia Working Group of the Psychiatric Genomics Consortium, 2014)

Una persona que tiene un parentesco de primer grado (padre, madre, hermanos) con alguien con esquizofrenia tiene más riesgo de desarrollar la enfermedad. Esta misma situación se da para parentescos de segundo grado (NHS).

Si ambos padres sufren esquizofrenia, el riesgo de llegar a padecerla es del 40%.

Pero los genes no son suficientes para explicar la aparición de la enfermedad, al menos hasta donde alcanza el conocimiento científico actual. Otras circunstancias también contribuyen a aumentar el riesgo.

Desarrollo cerebral

La estructura del cerebro de muchas personas con esquizofrenia tiene sus particularidades, por ejemplo, el lóbulo temporal puede ser menor y los ventrículos más largos, aunque esto no ocurre en todos los que padecen la enfermedad ni es exclusivo de la esquizofrenia.

Sin embargo, se ha visto que muchas de las alteraciones genéticas de las que hablamos antes pueden influir en el desarrollo cerebral del feto, con lo cual ya desde ese momento se estarían sentando las bases de un mal que surge alrededor de los veinte años (Won et al., 2016).

Lo anterior justifica en buena medida que se hable de la esquizofrenia como un trastorno del neurodesarrollo.

Alteraciones en los niveles de sustancias químicas cerebrales

Los neurotransmisores, esas sustancias químicas que tanto se mencionan y que esencialmente son los mensajeros entre las neuronas, parecen estar en desequilibrio en el sistema nervioso de los afectados por esquizofrenia.

Son dos los neurotrasmisores que se han vinculado a la enfermedad: la serotonina y la dopamina. Los medicamentos más conocidos para la esquizofrenia influyen precisamente en los niveles de estas sustancias.

Complicaciones durante el embarazo y alrededor del parto

Se ha visto que factores como el consumo de drogas psicoactivas durante el embarazo, un bajo peso al nacer o complicaciones durante el parto son elementos que también pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad.

Desencadenantes

Una historia generalmente acompaña al primer brote psicótico en una persona con esquizofrenia. La familia o el enfermo suelen contar que todo comenzó a raíz de una ruptura de pareja o cuando probó la marihuana por primera vez.

Esos son desencadenantes, no causas de la esquizofrenia. Es decir, son situaciones que actúan como revulsivos cuando una persona ya tiene cierta predisposición a la enfermedad. Entre los más conocidos desencadenantes están:

  • Estrés
  • Consumo de drogas psicoactivas, como el cannabis o el LSD.

Esquizofrenia paranoide: síntomas.

¿Leíste bien lo relacionado con los síntomas de esquizofrenia? Porque sobre ellos vamos a hablar. En la esquizofrenia paranoide predominan como síntomas los delirios y alucinaciones y el contenido de estos está relacionado con ideas de persecución, celos, vigilancia.

Es común que estos contenidos giren sobre un mismo tema y este se mantenga durante toda la historia de la enfermedad.

Por ejemplo, una persona con esquizofrenia paranoide puede:

  • Creer que alguien o algo le quiere hacer daño, como matarlo, robarle o enviarlo a la cárcel.
  • Escuchar voces acusadoras, que lo amenazan o que acusan a otras personas de hacerle daño.
  • Sentir que los gestos o palabras de quienes le rodean van dirigidos hacia él, cuando no es así.
  • Manifestar celos irracionales, con la pareja o con otra figura de afecto.
  • Culpar a los demás de infligirle daños que en realidad no han tenido lugar

En la esquizofrenia paranoide es menos común que ocurran los síntomas de desorganización del pensamiento y de la conducta motora, así como los síntomas negativos.

Lo anterior no quiere decir que no ocurren en absoluto, al contrario, en los periodos activos de la enfermedad (lo que seguramente conozcas como crisis) se pueden observar varios de ellos claramente.  Solo que su aparición es menos común y leve.

Otras características de la esquizofrenia paranoide.

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De manera general se considera que la esquizofrenia paranoide tiene mejor pronóstico que otros subtipos clínicos. El deterioro de las habilidades sociales y laborales es menos marcado y con ayuda pueden llegar a tener niveles adecuados de funcionamiento diario.

Si el debut con la enfermedad ocurrió después de los 30 años, si anteriormente la persona tenía un nivel de funcionamiento adecuado y no existen antecedentes familiares de la enfermedad, se considera que la evolución será más favorable.

Es importante notar que la esquizofrenia se manifiesta en cada enfermo de manera particular. Lo descrito hasta aquí es solo una visión general que en cada individuo varía notablemente.

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Esquizofrenia paranoide: tratamiento

En primer lugar, hay algo que se debe tener en cuenta: no hay un tratamiento estándar y universal para todos los casos de esquizofrenia paranoide. Las familias y el enfermo pueden verse frustrados porque desde el primer tratamiento no obtienen los resultados que esperan.

Encontrar la terapia adecuada a cada caso lleva mucho de ensayo y error, probar varias combinaciones de fármacos a diferentes dosis hasta dar con la que mejor beneficios aporte y menos riesgos provoque.

La esquizofrenia es una enfermedad crónica, que no tiene cura por el momento. El tratamiento debe seguirse de por vida según las recomendaciones que da el médico. La adherencia al tratamiento es uno de los grandes problemas dentro de la comunidad de personas con esquizofrenia.

Hay que tener en cuenta que un abandono de la medicación, incluso una alteración de las pautas dadas por el profesional a cargo del caso, puede llevar a recaídas.

En relación a las terapias empleadas hay varias a tener en cuenta. Entre ellas:

Tratamiento farmacológico

Incluye los llamados antipsicóticos típicos (más antiguos) y atípicos, más modernos. Entre los primeros encontramos la clorpromazina o el haloperidol y al segundo grupo pertenecen fármacos como la olanzapina, clozapina,  risperidona y paliperidona (muy similar a la risperidona).

Hay presentaciones orales, pero también inyectables que se administran mensual, incluso trimestralmente.

¿Cuál es mejor? Pues depende, recuerda lo que dijimos de que el tratamiento de la esquizofrenia paranoide lleva mucho de ensayo y error.

Se considera que a nivel de efectividad, es decir, de control de síntomas, ambos grupos de fármacos son semejantes. La diferencia fundamental está en los efectos secundarios que provocan.

Los más antiguos se asocian a efectos negativos más notables, como las temidas alteraciones motoras. Los antipsicóticos atípicos suelen provocar un aumento de peso, además de otros problemas comunes a ambos tipos de fármacos, como la sedación, la falta de motivación y los problemas para concentrarse.

Normalmente los profesionales suelen comenzar prescribiendo antipsicóticos atípicos y si estos no funcionan, entonces prueban con otros compuestos.

Además de los antipsicóticos, dirigidos fundamentalmente a controlar la llamada sintomatología positiva, el médico puede mandar otros medicamentos dependiendo de los síntomas que predominen en cada caso, por ejemplo, antidepresivos, hipnóticos o ansiolíticos.

Terapias psicosociales

Si importante es controlar los síntomas psicóticos, importante también es lograr que la persona con esquizofrenia alcance el mayor nivel de funcionalidad y bienestar posible. Las terapias que se desarrollan desde la psicología y otras disciplinas ayudan precisamente a que la persona aprenda a vivir con su enfermedad.

Lo ideal es que se acuda a profesionales con experiencia en este tipo de patologías, que puedan orientar también a la familia. En las terapias psicosociales sucede como con las farmacológicas: hay que probar y seguir probando.

Puede que con un profesional no se establezca una relación exitosa, entonces ¡a cambiar!

Desde el punto de vista social y dependiendo del país, incluso de la provincia en la que viva la persona, existen programas dirigidos a afectados por esquizofrenia y sus familias. Pueden ayudar en temas como la inserción laboral o en programas específicos, como estimulación cognitiva.

Las asociaciones de familiares y personas con esquizofrenia son una fuente esencial de orientación que no debe pasarse por alto.

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Fuentes y referencias                               

Escudero y Johnstone (2014): Genetics of schizophrenia. Curr Psychiatry Rep Disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25200985

Mueser y Jeste (2008): Clinical Handbook Of Schizophrenia. New York, EE.UU. The Guilford Press

NHS Choises: Schizophrenia. Disponible en http://www.nhs.uk/Conditions/Schizophrenia/Pages/Causes.aspx

PV Gejman, AR Sanders,  y J Duan (2010): The Role of Genetics in the Etiology of Schizophrenia. Psychiatric Clinics of North America. Disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2826121/

Won et al. (2016): Chromosome conformation elucidates regulatory relationships in developing human brain. Nature. Disponible en http://www.nature.com/nature/journal/v538/n7626/full/nature19847.html

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