Sexo y cefalea, una convivencia más frecuente de lo que crees


Las relaciones sexuales suelen asociarse de manera patológica a ciertas alteraciones somáticas como la cefalea. Esta puede suceder en pacientes totalmente sanos o puede cursar como un síntoma adicional secundario a otras patologías de base.

cefalea coital

Una de las costumbres más placenteras de los seres humanos puede verse constantemente saboteada debido a la presencia de un tipo de cefalea coital, patología ampliamente estudiada e incluida en las clasificaciones internacionales de cefaleas.

Existen distintos grados dependiendo de la severidad de los síntomas y los investigadores han podido determinar una serie de causas directas que forman, en la mayoría de los casos, el blanco terapéutico de estos molestos síntomas.

Se trata de una enfermedad relativamente desconocida, por lo que suele infradiagnosticarse al no percibirse como importante por parte de los pacientes, pero muchas veces puede llegar a ser limitante. Es sobre esta condición y sus características sobre lo que venimos a hablarte el día de hoy.

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Cefalea sexual benigna: una entidad bien definida

Inicialmente llamada cefalea orgásmica benigna, se describe como aquella cefalea producida luego de la actividad sexual o masturbación sin asociación con otras patologías.

Generalmente es de inicio bilateral, es prevenible si existe abstinencia sexual y no se asocia a otras alteraciones intracraneales. La duración puede variar entre pocos minutos y tres horas, aunque por lo general la duración media suele ser de treinta minutos.

La edad media de presentación suele ser alrededor de los 40 años y suele afectar más a hombres que a mujeres. Muchos pacientes tienen antecedentes de migraña y algunas veces se asocia con otro subtipo de cefalea que aparece posterior al esfuerzo físico.

Tipos de cefalea coital

Las crisis de esta condición pueden agruparse en tres tipos dependiendo de sus características y causas particulares.

Cefalea coital tipo I

Es un dolor predominantemente occipital (zona posterior del cerebro) que se intensifica durante el coito y se agrava justo durante el orgasmo.

Es el segundo subtipo más frecuente. Esta se asocia a un aumento de las contracciones musculares involuntarias en la región maxilofacial en respuesta al estímulo sexual que desencadenan el dolor.

cefalea coital

Cefalea coital tipo II (o explosiva)

Suele ser pulsátil, frontooccipital y su aparición coincide con el orgasmo. Por lo general dura unos treinta minutos y es el subtipo más frecuente.

Se asocia con elevaciones importantes de la tensión arterial (sin necesidad de darse en un paciente previamente hipertenso), lo cual asemeja esta patología a las cefaleas paroxísticas que sufren los pacientes con feocromocitoma, un tumor de las glándulas suprarrenales.

Cefalea coital tipo III (o postural)

Suele aparecer luego del orgasmo y es de carácter opresivo. Puede durar varias semanas y es el menos frecuente de todos. Este tipo se asocia con una pérdida de líquido cefalorraquídeo por los sistemas de drenaje normales durante la relación sexual.

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Existen otros tipos de cefaleas primarias y secundarias que se asocian a actividad sexual.

Si bien la cefalea sexual benigna es aquella que se caracteriza exclusivamente por su asociación con el orgasmo, existen otras entidades neurológicas bien clasificadas que pueden agravarse durante las relaciones sexuales.

La cefalea tensional crónica suele darse en el sexo femenino y es desencadenada antes, durante o después del coito. Los factores que influyen en la aparición de los síntomas son los trastornos de ansiedad, depresión, sueño y estrés.

En los pacientes con migraña, las relaciones sexuales suelen ser precipitantes del dolor. Por otro lado, es infrecuente en la cefalea en racimos o de Horton.

La actividad sexual también es desencadenante de cefaleas secundarias a otras patologías como las alteraciones estructurales, malformaciones vasculares, infartos cerebrales y el feocromocitoma.

Por ejemplo, aquellos pacientes con lesiones ocupantes de espacio (LOE) en el sistema nervioso y malformaciones de la fosa craneal posterior, suelen desarrollar cefaleas recurrentes que pueden ser desencadenadas por la actividad sexual.

Los pacientes con malformaciones vasculares pueden debutar con hemorragias intracraneales producidas durante el coito. Por otro lado, el feocromocitoma, que ya mencionamos que es un tumor de las glándulas suprarrenales, suele relacionarse mucho con la cefalea sexual benigna tipo II.

Además, los pacientes que estén sometidos a un tratamiento crónico con antihipertensivos, amiodarona y antidepresivos suelen tener una mayor incidencia de cefaleas relacionadas con la actividad sexual, aunque los mecanismos no están del todo claros.

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Fuentes y referencias

Sánchez J. Actividad sexual y cefalea. Kranion 2002;2:63-70.

Diego J. Pereira