Cefalea mixta: síntomas y evolución


El término cefalea mixta hace referencia a una entidad clínica caracterizada por la conjunción de dos trastornos: la cefalea tensional y la migraña. Ambos pueden presentar sintomatología similar, lo cual hace difícil el diagnóstico diferencial.

cefalea mixta

Para entender las razones por las cuales se ha decidido clasificar esta entidad como única, es importante entender cuáles son sus características y cómo diferenciar cada uno de sus componentes. Es de esto de lo que te hablaremos a continuación.

Cefalea mixta, punto de encuentro entre dos síndromes neurológicos

1.   Migraña

Es posible definir la migraña como un “síndrome benigno y repetitivo de dolor acompañado de otras manifestaciones de disfunción neurológica en combinaciones diversas”. Esta patología es más común en las mujeres y los episodios dolorosos suelen asociarse con hipersensibilidad a estímulos externos, náuseas y vómitos.

Los médicos usualmente toman en cuenta varios signos que ayudan al diagnóstico de esta entidad, tales como la presencia de dolor unilateral, de carácter pulsátil, de moderada a severa intensidad y que se agrava con el movimiento.

Alrededor del 20 al 25% de los pacientes presentan un “aura migrañosa”, que se caracteriza por la presencia de alteraciones visuales en forma de destellos o líneas que se desplazan por todo el campo visual, además de otros síntomas neurológicos.

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2.   Cefalea tensional

Los síntomas de la cefalea tensional están bastante bien definidos, a pesar de que todavía existan dudas acerca de su causa. El nombre de este síndrome hace referencia al dolor que se produce por la tensión nerviosa y la contracción muscular.

Este último evento puede desarrollarse en momentos de estrés y en pacientes con trastorno de ansiedad generalizada, los cuales desencadenan fuertes y constantes episodios de cefalea en horas de la tarde, durante las jornadas laborales.

Se caracteriza por cefalea bilateral (de ambos lados), como si existiera un cinturón apretando toda la cabeza del paciente. El dolor suele ser de evolución lenta y puede aparecer varios días seguidos (inclusive más de la mitad del mes).

3.   ¿Qué es la cefalea mixta?

Clásicamente, los médicos se ven obligados a diferenciar entre la migraña y la cefalea tensional, debido a que este último es uno de los síndromes más frecuentes que se atiende en atención primaria, y ambas patologías tienen enfoques terapéuticos distintos.

La diferencia real radica en que, en su nivel más elemental, la migraña es el dolor de cabeza que se acompaña de otros signos, y la cefalea tensional es el dolor sin tales signos (náuseas, vómitos y alteraciones sensoriales).

Es por esto que se decidió agrupar a los pacientes con síntomas de ambos trastornos en una entidad clínica conocida como cefalea mixta, también conocida como cefalea crónica diaria.

No se ha establecido una causa de cefalea mixta específica, sin embargo, se ha planteado el papel de la predisposición genética, el alcohol, aditivos alimentarios, exceso o déficit de sueño y sobredosis de algunos medicamentos.

Estos pacientes suelen tener el antecedente de migraña en la adolescencia, que empieza a complicarse ocasionalmente con cefalea tensional diaria con el pasar de los años, alternada con nuevos episodios de migraña asociada a náuseas y vómitos. Sin embargo, este patrón puede cambiar y se puede presentar en el sentido inverso.

Entendiendo este último punto, los pacientes presentan elementos de ambas enfermedades que realmente deterioran la calidad de vida y conducen, habitualmente, al consumo prolongado de analgésicos sin prescripción médica, lo cual entra dentro de la descripción del uso inadecuado y poco racional de los medicamentos.

No se ha encontrado una cura definitiva, así como tampoco se ha encontrado cura para las dos alteraciones que componen a la cefalea mixta. Al ser muchas veces el resultado de una estrecha interacción entre factores ambientales y la predisposición genética a sufrir el dolor, hace casi imposible el manejo integral de la enfermedad.

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Referencias bibliográficas:

Longo DL, Fauci AS, Kasper DL, Hauser SL, Jameson JL, Loscalzo J, editores. Harrison principios de medicina interna. Vol 2. 18a ed. México: McGraw‐Hill; 2012.

Diego J. Pereira