Parkinson 2017, lo más destacado del año que termina


El campo del párkinson en 2017 no tuvo avances espectaculares, pero sí se han mantenido creciendo de forma sostenida tendencias que ya vienen de otros años.

Parkinson 2017

Año de avances discretos, pero sólidos. La investigación en el campo de párkinson tiene buena salud, podría estar mejor, sin dudas, pero el volumen de estudios sobre la enfermedad no es despreciable, mucho menos su calidad.

Este año salió al mercado estadounidense un nuevo fármaco para el tratamiento de las discinesias en el párkinson. Con marca comercial de Gocovri, es una formulación de alta dosis de amantadina, un fármaco que lleva  muchos años en el mercado como tratamiento de la enfermedad.

En la línea de los avances farmacológicos también destacó el inicio de un ensayo clínico de fase II con nilotinib, un fármaco que ya está en el mercado para el tratamiento de un tipo de cáncer y que investigaciones previas, tanto en humanos como en animales de laboratorio, mostraron que podía mejorar los síntomas de la enfermedad.

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Parkinson 2017: tendencias sólidas que seguirán avanzando

En 2017 seguimos siendo testigos del constante desarrollo de las terapias regenerativas para la enfermedad.

Desde tratamientos experimentales con células madres a otros tipos de terapias celulares que buscan compensar la pérdida de neuronas dopaminérgicas en el cerebro de los enfermos.

Hay un ensayo clínico con células madre especialmente relevante. Se está desarrollando en Australia y los primeros resultados apuntan a que el procedimiento, hasta el momento, es seguro.

Este ensayo puede ayudar a abrir las puertas a la aprobación de las terapias con células madre para el párkinson, aunque aún falten varios años para poder confirmar que la técnica es en verdad segura.

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La estimulación cerebral profunda (DBS por sus siglas en inglés) es otro de los procedimientos que parece seguir perfeccionándose a un ritmo pausado, pero constante (como es de esperar).

Este año se ha hablado de DBS Plus, una técnica desarrollada por la Universidad de Kentucky mediante la cual, a la par de los electrodos que se implantan en el cerebro de los enfermos, también se trasplanta tejido nervioso periférico que potencialmente estimularía la regeneración del tejido nervioso dañado.

Parkinson 2017

Ese procedimiento está en sus inicios y todavía hay que ver la seguridad a largo plazo, aunque los resultados iniciales son positivos.

Otra investigación encontró que la DBS a una frecuencia menor de lo que se hace en la actualidad puede mejorar la cognición de los enfermos de párkinson, una nueva línea de investigación que se abre alrededor de esta tecnología.

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El deporte, una alternativa terapéutica que cada vez cuenta con más respaldo

Que el deporte es beneficioso para el párkinson no es noticia, pero en este 2017 se siguió confirmando.

Un estudio publicado en la revista Journal of Parkinson’s Disease encontró que realizar algún tipo de actividad deportiva durante al menos 2.5 horas a la semana ya se asociaba a mejor estado de salud entre los enfermos de párkinson.

Lo anterior bien puede justificarse en el hecho de que el deporte contribuye al buen estado de salud en general, sin que tenga mucho que ver si eres o no un paciente con párkinson.

Sin embargo, un estudio publicado en  JAMA Neurology encontró que el deporte de alta intensidad sí lograba ralentizar el desarrollo de síntomas de la enfermedad, un resultado que está en la misma dirección que otras investigaciones previas.

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¿Es el deporte la opción terapéutica más ignorada? Posiblemente sí.

La investigación del párkinson pasa a la vanguardia

Los test genéticos directos al consumidor han encontrado en las personas con párkinson un grupo entusiasta dispuesto a participar y a impulsar la investigación científica.

Tanto es así que la Fundación Michael J. Fox llegó a un acuerdo con la empresa de genética personal 23andMe para analizar el genoma de miles de pacientes en un proyecto denominado Fox Insight.

La información recopilada será de acceso abierto para investigadores de todo el mundo y se espera que siente las bases de la llamada medicina de precisión para la enfermedad de Parkinson.

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¿Qué esperar para 2018?

A falta de oráculos certeros, tiramos de lógica para pronosticar que en 2018 las líneas que más desarrollo seguirán teniendo será la genética (por lo demás algo común en 2017 en las ciencias de la salud) y las terapias regenerativas, estas últimas debido a la continuación de los ensayos clínicos que hay en marcha.

Los métodos de estimulación cerebral seguirán evolucionando progresivamente, tanto en la precisión del área donde se aplican como en el control que podrá tenerse sobre ellos, algo de lo que pueden beneficiarse de forma especial los enfermos en fase avanzada.

De la ciencia básica es de donde podemos esperar las mayores sorpresas y siempre cabe la posibilidad de que un fármaco de los varios que hay en ensayo clínico también deslumbre.

En fin, que lo que más podemos desear es que 2018 desborde todos nuestros pronósticos.

Dunia Chappotin