4 formas en que el párkinson afecta tu mente (y qué puedes hacer para manejarlo)


Ansiedad, depresión, trastorno del control de los impulsos; alteraciones a las que los pacientes con párkinson se ven más expuestos ¿Se pueden tratar? Sí, existen alternativas a considerar en cada caso.

párkinson afecta tu mente

¿Sabes que ansiedad y depresión se desarrollan de forma más frecuente en las personas con párkinson que en la población general? ¿Y que el tratamiento con los llamados agonistas dopaminérgicos se asocia a mayor riesgo de trastorno del control de los impulsos?

Pues sí, estamos hablando del párkinson, un trastorno del movimiento que tiene origen en alteraciones cerebrales. Y cuando de cerebro se trata entran en juego sistemas, redes neuronales; hablamos de que una alteración se refleja es muchos procesos.

En el cerebro de las personas con párkinson disminuye un químico cerebral, la dopamina, y las consecuencias se extienden mucho más allá de las conocidas alteraciones motoras.

¿Cómo afecta el párkinson eso que llamamos mente (procesos psicológicos)? No sucede en todos, pero las siguientes alteraciones son más comunes en los afectados por la enfermedad que en el resto de la población.

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Así afecta tu mente la enfermedad de Parkinson

Aumenta la ansiedad

quitar la ansiedad

Se considera que entre 20% y 50% de los pacientes con párkinson manifiesta síntomas significativos de ansiedad, siendo el llamado trastorno de ansiedad generalizada la presentación más frecuente.

Se considera que la ansiedad es un síntoma que antecede a las manifestaciones motoras, de forma que los pacientes con párkinson refieren más ansiedad que la población general años antes del diagnóstico.

La ansiedad generalizada se manifiesta a través de preocupación excesiva, hipervigilancia, tensión muscular o trastornos del sueño.

¿Cómo afrontar la ansiedad en el párkinson?

Las opciones de tratamiento para controlar la ansiedad son muy conocidas, esencialmente se trata de alternativas farmacológicas y no farmacológicas.

En el caso de los fármacos se aconsejan solo cuando la ansiedad sea desmedida y otros enfoques no farmacológicos han fallado.

Técnicas de respiración profunda, que podrás encontrar con una simple visita a YouTube, pueden ayudar a relajarte. Al principio demanda algo de esfuerzo, pero como todo, una vez ganas en práctica los ejercicios de respiración se hacen muy fácilmente.

También puedes probar inscribirte en terapias alternativas como yoga o tai chi (si tus capacidades físicas te lo permiten); no funcionan para todos, pero muchas personas sienten que les ayuda a calmar su ansiedad.

Además, estas dos últimas técnicas pueden ayudarte a manejar algunos síntomas motores de la enfermedad.

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La depresión puede aparecer mucho antes que la rigidez o los temblores

depresión en personas con párkinson

Tengo referencias cercanas de una persona que pasó años buscando un diagnóstico a sus síntomas, entre ellos, episodios frecuentes de depresión y estreñimiento crónico.

Con los años se hizo evidente que lo anterior fue el preludio de la enfermedad de Parkinson.

La depresión llega a afectar entre 20% y 45% de los enfermos de párkinson y, al igual que la ansiedad, suele aparece antes que los síntomas motores.

Además de los propios procesos patológicos que ocurren en el cerebro de los enfermos, otros factores como el aislamiento social o el desasosiego de padecer una enfermedad crónica incurable contribuyen a aumentar la prevalencia de depresión entre los pacientes.

¿Cómo se trata la depresión en el párkinson?

Como en muchas alteraciones psicológicas (como la ansiedad que mencionamos antes) se suele aconsejar comenzar con terapias no farmacológicas, aunque esto depende de los síntomas.

De forma general se aconseja hacer un esfuerzo por no abandonar las relaciones sociales (las asociaciones de pacientes pueden ser un buen lugar para hacer nuevos amigos) y practicar deporte, que además se está descubriendo que tiene un efecto muy positivo sobre los síntomas motores de la enfermedad.

Ten en cuenta que en ocasiones, por mucho que lo deseemos y le pongamos empeño, necesitamos ayuda extra para lidiar con la depresión.

Si sientes que ya es hora de obtener esa ayuda, acude a un profesional (puedes empezar por tu médico de cabecera) que te dirá las alternativas con las que puedes contar.

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Trastorno del control de los impulsos

agonistas dopaminérgicos

Algunos pacientes con párkinson experimentan la desagradable sorpresa de que no pueden contener el impulso de apostar en juegos de azar, realizar compras desorbitas sin necesidad alguna o incluso, se conocen casos de pacientes adictos al sexo.

La causa no es directamente la enfermedad de Parkinson, sino los medicamentos usados en el tratamiento, especialmente los llamados agonistas dopaminérgicos (p. ej. ropinirol).

¿Qué hacer cuando surge un trastorno del control de los impulsos?

El primer paso es el manejo de la medicación que desencadenó los síntomas. Hay que tener en cuenta que el afectado puede negarse a reconocer el problema, por lo que la familia debe estar atenta a las señales.

En algunas circunstancias se puede acordar con el paciente limitar el acceso a las tarjetas de banco o Internet.

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Demencia asociada a la enfermedad de Parkinson

demencia asociada a la enfermedad de Parkinson

El párkinson no es una enfermedad que causa demencia en todos los que la padecen, pero sí es cierto que aumenta el riesgo de padecer ese temido síndrome.

La demencia asociada al párkinson, al menos al inicio, no causa una pérdida de memoria tan acusada como el alzhéimer, sino que predominan síntomas como el enlentecimiento de la velocidad en que procesamos la información o las dificultades para concentrarse.

¿Cómo se trata la demencia en el párkinson?

No existe un tratamiento específico para la demencia en el párkinson, sino que se emplean los fármacos que están en el mercado para otras enfermedades, por ejemplo, para el alzhéimer.

En la actualidad la demencia en los pacientes con párkinson no tiene cura, aunque el campo científico continúa haciendo esfuerzos para vencer este trastorno.

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Dunia Chappotin