Síndrome de Leigh: una extraña enfermedad mitocondrial


Se trata de una rara condición debido a alteraciones mitocondriales, con una clínica muy inespecífica y un proceso diagnóstico difícil.

miopatía mitocondrial primaria
Crédito de imagen: Odra Noel. CC BY-NC

Las alteraciones moleculares son la base de todas las enfermedades. Sin embargo, en algunos casos dichos problemas son tan básicos e importantes para la vida, que tienen la capacidad de afectar a todos los órganos y sistemas de manera muy generalizada y atípica, lo cual dificulta enormemente el proceso diagnóstico debido a la falta de signos característicos y a la baja incidencia de estas enfermedades.

El síndrome de Leigh es un ejemplo de este grupo que se suele asociar a la deficiencia de una proteína llamada citocromo C oxidasa. A continuación destacaremos las principales particularidades de esta condición.

¿Qué son las mitocondrias?

Se trata de unos compartimientos muy numerosos encargados de varias funciones, especialmente dentro del metabolismo energético.

Sucede que, gracias a un complejo proceso de transporte de electrones provenientes de la oxidación de macromoléculas (como los carbohidratos, lípidos y proteínas), es posible producir energía química en las mitocondrias.

Ese proceso es totalmente dependiente de oxígeno, gracias al cual funcionan un conjunto de proteínas (como la citocromo c oxidasa) ancladas dentro de la mitocondria encargadas de la producción de moléculas con alto contenido energético.

Más tarde, estas pueden ser utilizadas para obtener la energía necesaria para realizar cualquiera de las funciones corporales: producir secreciones, la motilidad intestinal, movimientos musculares o transmisión de impulsos nerviosos.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome de Leigh?

El síndrome de Leigh, al igual que la mayoría de las condiciones pertenecientes a este grupo, no tiene signos o síntomas característicos. Entendiendo que las disfunciones mitocondriales pueden afectar cualquier tipo de células, es evidente que dicho problema puede afectar cualquier órgano o sistema.

Específicamente dentro del sistema nervioso, es posible encontrar ataxia (falta de coordinación), torpeza motriz y trastornos afectivos o en el desarrollo social.

Estos síntomas siempre se sustentan de alguna manera en alteraciones estructurales del sistema nervioso central, las cuales pueden ser evidenciadas gracias a estudios de neuroimagen específicos. Entre ellos destaca la tomografía computarizada y la resonancia magnética nuclear.

Entre los hallazgos más comunes destaca las alteraciones en los ganglios basales, unas estructuras de sustancia gris ubicadas casi en el centro del cerebro y que se relacionan con trastornos motores.

Es evidente que, ante la presencia de estos síntomas tan inespecíficos y la extraña naturaleza de los estudios imagenológicos, el diagnóstico generalmente es difícil.

Es por ello que esta condición se considera infradiagnosticada y que, cuando se realiza el diagnóstico adecuado, es porque existen otras alteraciones sistémicas que obligan a pensar en la base molecular del problema.

Entre ellas destacan las disfunciones musculares que pueden expresarse, por ejemplo, con estrabismo, que es la incapacidad de mantener ambos globos oculares alineados debido a que alguno de los músculos extraoculares se encuentra disfuncional, provocando desviación anómala de alguno de los ojos.

Otro componente a considerar son las alteraciones osteoarticulares, como el pie cavo. Se trata de una deformidad congénita en la cual la punta de los pies está excesivamente curva, incapacitando al paciente para caminar.

En todo caso, el diagnóstico de esta entidad es sumamente raro debido a la dificultad en la asociación de síntomas.

¿Cómo se hace el diagnóstico del síndrome de Leigh?

enfermedad de Leigh

Para detectar definitivamente las alteraciones mitocondriales es obligatorio el uso de sofisticados métodos moleculares destinados a la identificación de deficiencias proteicas en ciertos tejidos.

Estas proteínas en déficit son parte de un complejo molecular llamado cadena de transporte de electrones (como la citocromo C oxidasa), y son aquellas que permiten la producción de energía química dentro de la mitocondria.

Otros métodos también permiten detectar alteraciones una pequeña fracción del ADN que se encuentra dentro de la mitocondria y que permite entender la base de la deficiencia proteica de estos pacientes.

En todo caso, los métodos diagnósticos específicos son de laboratorio y muy sofisticados, por lo que requieren un centro hospitalario o institución de alto nivel.

Fuentes y referencias:

Aznar J, et al. Síndrome de Leigh por déficit de citocromo C oxidasa: Caso clínico. An Esp Pediatr 1996;45:286-288.

Diego J. Pereira