Ellos se atreven a defenderla: la terapia electroconvulsiva no debe ser la última opción en la depresión resistente


La terapia electroconvulsiva debería ser planteada a los pacientes con depresión resistente como tercera opción, después de que hayan fallado dos intentos terapéuticos previos. Según un estudio reciente, hacerlo así se traduciría en más tiempo libre de síntomas.

Con la terapia electroconvulsiva o por electrochoque se estimula al cerebro con una corriente eléctrica leve. Un tratamiento estándar puede durar entre 6 y 12 sesiones.

Hay que tener un poco de valentía para defender abiertamente el uso de una terapia con tan mala aceptación social como la terapia electroconvulsiva (TEC).

Yo misma debo confesar que me ha tomado tiempo mirar con objetividad este tratamiento, al que tuve un primer acercamiento durante unas prácticas en un centro psiquiátrico.

El reflejo que recibí no fue el mejor, pero los años han pasado y actualmente un tratamiento con ETC se aleja de la imagen caótica que el imaginario popular guarda de ella.

Se realiza bajo anestesia y los movimientos corporales son mínimos, aunque esto no impide que siga siendo muy rechazada.

Eso es así a pesar de que se reconoce que es la opción más eficaz para tratar la depresión resistente, esa que no ha cedido a pesar de haberse usado dos o más fármacos antidepresivos con o sin terapia psicológica.

Recientemente, tres investigadores de la University of Michigan publicaron los resultados de un estudio (en JAMA Psychiatry) en el que hallaron que la ECT no solo era eficaz, sino que además su relación coste-utilidad era superior a la de seguir intentando tratar la depresión con otros fármacos.

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Un modelo matemático, varias trayectorias posibles y al final, ¿la ECT entra al podio?

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Entre los efectos secundarios más temidos de la ECT están las alteraciones de la memoria. En la mayoría de los pacientes son alteraciones de corta duración, aunque otros expresan que los efectos adversos se han mantenido en el tiempo.

Con el objetivo de analizar la rentabilidad del uso de ECT en EE.UU, los investigadores usaron un modelo matemático capaz de determinar cuál es la trayectoria terapéutica con mejor coste-utilidad para la depresión en diferentes escenarios.

El modelo se alimentó de los datos recabados por investigaciones científicas publicadas en los últimos años.

Los resultados sorprendieron a los propios investigadores, quienes vieron que el tratamiento con ECT comenzaba a ser más rentable a partir de que el paciente ya había probado con dos o más fármacos antidepresivos.

En el caso del tratamiento a personas con un primer episodio depresivo, la terapia farmacológica y la psicológica son las que presentan una mejor relación coste-utilidad.

Lo mismo se aplica para aquellos pacientes que han tenido un primer fracaso, en los cuales probar con otro antidepresivo y con psicoterapia es lo recomendado.

Pero a partir de este punto, cuando esa segunda alternativa ha fallado, ¿qué hacer? Pues según lo observado hasta ahora, en la mayoría de los casos lo que sucede es que se sigue probando con otros fármacos.

Un estudio del año 2009 encontró que, en promedio, los pacientes demoran 38 semanas y prueban con 5 medicamentos antes iniciar ECT.

Y esta estrategia lleva al fracaso en demasiadas ocasiones. Según comenta Daniel Maixner, uno de los autores del estudio:

«La ECT a menudo es considerada un último recurso por pacientes y proveedores. Lamentablemente, las investigaciones muestran que con múltiples fracasos con la medicación y una enfermedad de larga duración (a veces durante muchos años) la probabilidad de que los pacientes alcancen remisiones disminuye rápidamente a números muy bajos”.

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¿Qué sucede si se introduce antes la terapia electroconvulsiva?

Entre un 50% y un 60% de los pacientes que reciben ECT experimentan remisión de los síntomas depresivos.

Pues según este estudio, si se toma en cuenta un periodo de tiempo de 4 años a partir del inicio de la sintomatología depresiva, introducir la ECT como tercera opción de tratamiento llevaría a estar libre de síntomas dos terceras partes de ese tiempo.

Con un itinerario terapéutico estándar, la persona pasa más de la mitad del tiempo con síntomas de depresión activos.

Desde el punto de vista económico, un año de vida ajustado por calidad (AVAC), donde una unidad representaría un año vivido con plena salud, tendría un coste de 54,000 dólares si se introduce la ECT en tercer lugar, muy por debajo de lo que se considera rentable en EE.UU (donde se realizó el estudio).

Para Eric L. Ross, el director del estudio:

“Aunque elegir un tratamiento para la depresión es una opción muy personal que cada paciente debe realizar con su médico según sus preferencias y experiencia, nuestro estudio sugiere que la ECT debería estar sobre la mesa como una opción realista tan pronto como una tercera alternativa”.

En opinión de otra de las investigadoras, la Dra. Zara Zivin, no debemos dejar que estigmas del pasado eviten que este tratamiento se aplique a las personas adecuadas.

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Fuentes y referencias

Gavin, K (2018): ECT Emerges as Cost-Effective for Treatment-Resistant Depression. En https://labblog.uofmhealth.org/industry-dx/ect-emerges-as-cost-effective-for-treatment-resistant-depression

Ross EL, Zivin K, Maixner DF (2018): Cost-effectiveness of Electroconvulsive Therapy vs Pharmacotherapy/Psychotherapy for Treatment-Resistant Depression in the United States. JAMA Psychiatry. En https://jamanetwork.com/journals/jamapsychiatry/fullarticle/2680312

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