Conmoción cerebral, cuando un pequeño golpe puede llevarse tu memoria (momentáneamente)


La concusión cerebral, más conocida como conmoción cerebral, es un tipo de lesión encefálica benigna y común, cuyos síntomas incluyen amnesia y pérdida del conocimiento.

Los traumatismos producen varias reacciones cuando son producidos dentro del sistema nervioso. El desplazamiento de estructuras de manera momentánea puede comprometer durante algunos segundos gran cantidad de funciones corporales por el desplazamiento de estructuras vitales para la vida.

Cuando los eventos mecánicos son leves, suelen provocar una concusión o conmoción cerebral, caracterizada por palidez, hipotensión, pérdida del conocimiento y de la memoria. Es sobre sus principales características definitorias de lo que hablaremos a continuación.

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¿Por qué se produce una conmoción cerebral?

Este episodio se produce después de algún tipo de traumatismo que genera daño agudo, pero usualmente reversible del tejido cerebral.

En la mayoría de los casos, la lesión en la cabeza (independientemente del contexto) suele ocasionar el desplazamiento del cerebro en un sentido anteroposterior, el cual por inercia cae o presiona el tronco encefálico (también llamado tallo cerebral, compuesto por la médula oblonga, el puente y el mesencéfalo).

El tronco encefálico es una estructura vital encargada del adecuado mantenimiento de muchas funciones vitales, como la presión arterial, frecuencia cardíaca y respiratoria. Esto explica el conjunto de alteraciones momentáneas de la concusión cerebral.

De hecho, esta zona es tan delicada que si algún tumor o lesión aparece en sus proximidades, la cirugía está contraindicada por el alto riesgo de complicaciones durante el acto quirúrgico.

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¿Cuáles son los síntomas de conmoción cerebral?

concusión cerebral

Las primeras manifestaciones incluyen palidez, hipotensión y aumento de la sudoración, además de pérdida del conocimiento.

Generalmente la concusión se asocia a un período de amnesia retrógrada y/o anterógrada. En el primer caso, existe pérdida de memoria relacionada a eventos previos al trauma, mientras que en el segundo la pérdida se asocia a los eventos inmediatamente posteriores al mismo.

Generalmente es reversible, aunque en las lesiones más graves la amnesia puede involucrar semanas o meses. Sin embargo, es importante considerar que una concusión común y corriente no suele generar secuelas neurológicas, aunque puede existir un leve compromiso en la memoria o concentración como resultado de lesiones minúsculas que no pueden ser visibles en estudios de imagen.

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¿Cuáles son las alteraciones que producen estos síntomas?

Como se comentó anteriormente, los cambios que suelen producirse no son visibles ni en estudios de imagen ni en el análisis macroscópico del cerebro después de que el paciente haya muerto por cualquier otra causa.

Sin embargo, las alteraciones microscópicas sí pueden ser evidentes y son una respuesta natural a los mecanismos bioquímicos desencadenados como respuesta al trauma.

Estas se relacionan con agotamiento de una molécula que se encarga de aportar energía para la realización de diversas reacciones químicas conocida como ATP y la ruptura de algunos elementos que forman parte de la barrera hematoencefálica, una “estructura” que impide la entrada de elementos extraños al sistema nervioso central por vía sanguínea.

¿Cuál es la diferencia con otras lesiones?

concusión cerebral secuelas

Otro término usado en neurología incluye la contusión, una condición que también deriva de traumatismos, pero que se asocia a hemorragia y aumento de volumen. En este caso, el desplazamiento del cerebro contribuye a la ruptura de vasos que se encuentran en la cara interna del cráneo.

Generalmente se asocian a pérdida del conocimiento y otras alteraciones dependiendo de la extensión de la hemorragia y su localización, pudiendo provocarse hasta convulsiones y cefalea de muy fuerte intensidad en los casos más complejos.

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Fuentes y referencias:

Longo DL, Fauci AS, Kasper DL, Hauser SL, Jameson JL, Loscalzo J, editores. Harrison principios de medicina interna. Vol 2. 18a ed. México: McGraw‐Hill; 2012.

Diego J. Pereira