Conoce 4 posibles causas de la cefalea en racimos

La cefalea en racimos o de Horton es una entidad neurológica esencial en la que se han identificado algunas causas desencadenantes muy comunes.

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La genética, los traumatismos craneoencefálicos, alcohol, tabaco y el sueño son solo algunos de los factores identificados que pudiesen ser la causa real o desencadenantes de los síntomas propios de la cefalea en racimos.

Es importante considerar que clásicamente se considera una enfermedad primaria del sistema nervioso, por lo que no existe una sola causa determinante que se pueda vincular de manera estricta al origen de la cefalea en racimos.

Sin embargo, los factores antes mencionados se han identificado en estos pacientes luego de varios estudios clínicos, demostrándose que contribuyen en mayor o menor medida en la aparición del síndrome. Es sobre estos elementos tan importantes de lo que hablaremos a continuación.

Características esenciales de la cefalea en racimos

Es una cefalea “aparentemente primaria” conocida desde hace siglos, que se caracteriza por ataques dolorosos generalmente perioculares y unilaterales (de un solo lado) acompañados de síntomas de alteración del sistema nervioso autónomo como lagrimeo excesivo.

Forma parte de las “cefaleas trigémino-autonómicas”, haciendo referencia al nervio trigémino, el quinto de los pares craneales.

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Genética como posible causa de la cefalea en racimos

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A pesar de que durante un tiempo se asumió que la cefalea en racimos era una entidad que se presentaba de manera esporádica (por la influencia de diversos agentes ambientales sobre el paciente), actualmente se considera que existe una tendencia a la transmisión genética de dicha enfermedad.

En tal sentido, el mecanismo podría ser autosómico dominante. Esto quiere decir que el o los genes afectados pueden expresar la enfermedad cuando uno solo de los progenitores tiene el padecimiento. Por lo tanto, no es necesario que ambos padres tengan el gen dañado o alterado.

A pesar de que los estudios epidemiológicos indican que es una enfermedad mucho más común en hombres que en mujeres, esto no quiere decir que la posible transmisión genética de la enfermedad esté ligada a un cromosoma sexual, ya que no se ha podido demostrar dicha relación.

Traumatismos craneoencefálicos

Al igual que los trastornos neuroconductuales, la epilepsia, hidrocefalia y otras condiciones neurológicas, la cefalea puede ser considerada una secuela de los traumatismos craneoencefálicos.

Esto no encaja con la teoría de que la cefalea en racimos o de Horton es una enfermedad primaria, pero es innegable que en varios estudios clínicos se ha demostrado que estos pacientes presentan mayor cantidad de antecedentes relacionados a traumatismos que los grupos controles.

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Alcohol y tabaco

No ha quedado claro si estos factores ambientales son desencadenantes del síndrome o si simplemente son factores causales.

Estos también suelen estar presentes en pacientes con otro tipo de cefaleas primarias, pero llama la atención la ausencia aparente del mismo efecto de la menstruación, la menopausia y la terapia hormonal sustitutiva, los cuales no se consideran causa de la cefalea en racimos pero sí de otras enfermedades similares.

En todo caso, la predisposición genética es el factor fundamental que permitiría a estos elementos (consumo de alcohol y hábitos tabáquicos acentuados) desencadenar los síntomas.

El sueño

Este caso se refiere exclusivamente al factor desencadenante más poderoso identificado en la actualidad en estos pacientes.

No se trata de una causa fundamental, sino de un factor que promueve la aparición de las crisis dolorosas en pacientes que ya sufren la cefalea en racimos como enfermedad de base.

El dolor suele aparecer de manera característica al poco tiempo después de que el paciente se acueste. De hecho, los estudios epidemiológicos reportan que los ataques aparecen predominantemente en horas de la madrugada, despertando al paciente, lo cual es un factor fundamental para realizar el diagnóstico clínico de la enfermedad.

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Fuentes y referencias:

García J, et al. Cefalea en racimos. Arch Med 2006;2(6).

Diego J. Pereira