Microglía, sus funciones dentro del sistema neuroinmune

Las células microgliales forman parte del sistema neuroinmune. Estas células detectan los cambios ocurridos en su microentorno y responden generando neuroprotección.

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En verde, la microglía. Crédito de imagen: Gabriel Luna, Neuroscience Research Institute, University of California Santa Barbara. Credit: Gabriel Luna, Neuroscience Research Institute, University of California Santa Barbara. CC BY

El sistema neuroinmune está involucrado en el desarrollo, funcionamiento normal y envejecimiento del sistema nervioso central (SNC).

Las células microgliales son las principales células inmunitarias residentes del SNC, pues en esta localización la infiltración de leucocitos periféricos es limitada.

Fueron descritas en 1918 por el médico e investigador Pío del Río Hortega, el cual realizó los primeros apuntes sobre su función fagocítica (captura o digestión de partículas sólidas), plasticidad, distribución regional y heterogeneidad.

La microglía juega un papel importante en la homeostasis (fenómeno que rige la estabilidad del medio interno de las células) y defensa del huésped contra los patógenos y los trastornos del SNC.

Características de la microglía

Estas células se originan en el saco vitelino durante la fase embrionaria y, posteriormente, a partir de las células madre en la médula ósea.

Migran al SNC en las etapas tempranas del desarrollo y permanecen allí como una población de macrófagos (principales células fagocíticas).

Son incapaces de realizar funciones efectoras y de presentación de antígenos, mientras no existan lesiones o infecciones en el SNC.

microglia funciones

¿Cuáles son las principales funciones de la microglía?

El genoma microglial les permiten realizar tres funciones, las cuales adquieren importancia desde la etapa embrionaria hasta la edad adulta.

  1. Detectar los cambios que ocurren en su entorno
  2. Llevar a cabo tareas de mantenimiento fisiológico
  3. Proteger al SNC contra agentes autodestructivos

A continuación revisaremos los aspectos principales de estas funciones.

Función de vigilancia

Se ha descrito que las células microgliales están en constante movimiento, por esta razón pueden escanear el área que las rodea y trasladarse rápidamente hacia el sitio de la lesión cuando así se requiera.

El material genético involucrado en esta función (alrededor de 100 genes) se expresa de manera uniforme en todas las células microgliales, lo cual sugiere que todas son capaces de realizar la vigilancia.

Esta función constituye un requisito para que puedan realizarse las restantes funciones.

Función de mantenimiento

Incluye acciones de remodelación sináptica, migración hacia los sitios donde existen neuronas muertas, así como mantenimiento de la homeostasis de la vaina de mielina.

Entre los genes involucrados en esta función están los que codifican quimioquinas (proteínas que dirigen la migración leucocitaria), quimioatrayentes y proteínas con participación en la fagocitosis y la remodelación sináptica.

Es importante señalar que la ocurrencia de esta función de forma aberrante puede provocar neurodegeneración.

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Función de defensa

microglía
En verde, la microglía. Crédito de imagen: National Institute of Allergy and Infectious Diseases/NIH

La microglía media la defensa del huésped contra patógenos infecciosos y proteínas propias dañinas como el péptido beta amiloide (enfermedad de Alzheimer) y la huntingtina mutada (enfermedad de Huntington).

Para realizar esta función, sintetiza péptidos antimicrobianos y expresa receptores Fc. Estos últimos actúan a través del reconocimiento de los patógenos una vez que los anticuerpos han actuado sobre ellos.

Luego de estas acciones de reconocimiento (consideradas estímulos), la microglía inicia una respuesta neuroinflamatoria que incluye la producción de diversos mensajeros químicos, con el objetivo de reclutar células adicionales e inducirlas a eliminar agentes dañinos.

Sin embargo, a diferencia de la inflamación periférica, la neuroinflamación puede limitarse a la microglía y no reclutar leucocitos circulantes. Si esta situación se prolonga en el tiempo, ocurre neurotoxicidad y puede iniciar la neurodegeneración.

Resulta evidente que la función de defensa proporciona a la microglía herramientas peligrosas. Por eso es importante señalar que existen diversos puntos de control inmunológicos que evitan la ocurrencia de acciones exageradas.

Se ha descrito que las células microgliales nunca están completamente en reposo, pues el cumplimiento de las funciones anteriores las mantiene en constante compromiso.

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Bibliografía

Quesada Yamasaki Daniel, A. S. (2016). El papel de la microglía en la señalización neuroinflamatoria y la respuesta neuroinmune. Revista eNeurobiología 7 (16), 101016.

Suzanne Hickman, S. I. (2018). Microglia in neurodegeneration. Nature Neuroscience 21, 1359–1369.

 

Lechner Rodríguez Aguilar