Ansiedad en niños: síntomas y tratamiento

La ansiedad en niños puede ser una reacción normal ante situaciones estresantes o llegar al punto de constituir un trastorno que impide el adecuado desempeño escolar y hasta desarrollar relaciones personales exitosas.

estrés infantil

No tengo recuerdos míos sin tenerle un miedo desproporcionado a las ranas, desde las más pequeñas hasta las más grandes e impresionantes.

Ese miedo de pequeña hacía que no participara en actividades al aire libre con mis compañeros de clase o que la simple presencia de una rana hiciera que saliera gritando despavorida.

Ni yo ni mis padres creemos que haya sido casualidad que mi niñera durante buena parte de mi infancia también le tuviese un miedo patológico a las ranas.

Yo soy una adulta con una fobia específica, al igual que fui una niña con una fobia específica, en este caso a las ranas.

Las fobias son trastornos de ansiedad, los trastornos psiquiátricos que más comúnmente se desarrollan en niños y adolescentes.

Existen varios tipos de trastornos de ansiedad y por supuesto, también está la ansiedad normal, la que experimentamos todos ante situaciones de estrés.

¿Ansiedad normal o trastorno de ansiedad?

Es importante distinguir entre la ansiedad que cualquier niño puede experimentar ante situaciones que perciba como amenazantes (el primer día de clases, un examen, el divorcio de los padres, etc) y la ansiedad desmedida que constituye un trastorno.

Hablamos de trastorno cuando los síntomas que manifiesta el niño se mantienen en el tiempo, por ejemplo, no es lo igual que una niña o niño no desee separarse de sus padres el primer día de clases a que esto ocurra todos los días durante meses.

O que un día la ansiedad no le deje exponer una tarea en público a que el profesor tenga que evitar evaluarlo por vía oral porque es incapaz de hacerlo casi nunca.

Además, cuando existe un trastorno de ansiedad generalmente se da una desproporción ante las implicaciones reales de la situación y la reacción del menor.

ansiedad en niños

Volvamos a mi caso con la fobia a las ranas, ¿qué podía hacerme una rana que justificara mis gritos aterradores? Pues ahí está, una clara desproporción.

Otra diferencia importante es que la ansiedad cotidiana, la que experimentamos todos, no llega a afectar grandemente nuestra vida, en buena medida porque muchas veces logramos sobreponernos a ella.

Sin embargo, cuando existe un trastorno de ansiedad la persona no es capaz de sobreponerse a sus síntomas y termina viendo afectada alguna esfera de su vida.

En un niño con ansiedad esto puede traducirse en dificultades para establecer y mantener relaciones con sus iguales, rechazo escolar, problemas de aprendizaje y hasta abandono escolar.

También te puede interesar leer: Los traumas en la infancia, esa otra forma de allanar el camino a las experiencias psicóticas

Síntomas de los trastornos de ansiedad en niños (por tipo de trastorno)

Para hablar de los síntomas de la ansiedad en niños vamos a centrarnos en los tipos de trastornos más frecuentes en edades pediátricas:

  • Trastorno de ansiedad por separación.
  • Mutismo selectivo.
  • Fobia específica.
  • Trastorno de ansiedad social (fobia social).
  • Trastorno de pánico.
  • Trastorno de ansiedad generalizada.

Trastorno de ansiedad por separación en edad pediátrica

El menor con un trastorno de ansiedad por separación manifiesta una ansiedad desproporcionada al separarse de los padres u otras personas con las que se tiene vínculos de apego.

Además, puede manifestar:

  • Temor injustificado a que a sus padres fallezcan o a que algún evento lo separe de ellos.
  • Rechazo a separarse de los padres.
  • Rechazo a dormir solo.
  • Negación a salir fuera del ámbito en el que están los padres.
  • Pesadillas frecuentes.
  • Quejas de malestar físico como dolor de cabeza, deseos de vomitar o dolor de estómago.
  • Cuando se ve separado de sus figuras de apego, el menor puede mostrarse apático, retraído o tener dificultades para concentrarse.
  • En algunos casos el niño puede mostrarse agresivo contra quienes percibe que lo están separando de sus padres.
  • Los niños con este trastorno pueden parecer muy demandantes de atención.

Mutismo selectivo

cerebelo en niños con autismo

Los menores con mutismo selectivo tienen una incapacidad para hablar en ciertas situaciones sociales en las que se espera que se haga (como en la escuela), aunque sí son capaces de expresarse en otros contextos, por ejemplo, en el hogar.

Esta dificultad llega a afectar su rendimiento escolar y en muchos casos las relaciones sociales.

Es frecuente que los niños con mutismo selectivo sean descritos como tímidos y poco sociables.

También te puede interesar leer: Mutismo selectivo, un trastorno de ansiedad

Fobia específica

Aunque los miedos son muy comunes en los niños, estos generalmente van desapareciendo a medida que aumenta la madurez cognitiva.

Sin embargo, en algunos menores los miedos alcanzan niveles irracionales y desproporcionados (yo y las ranas, recuerda), llegando a mantenerse en el tiempo.

Cuando ese miedo lo desencadena la presencia o la anticipación de un objeto o situación específica, entonces hablamos de fobia específica, un trastorno que afecta entre el 5% y el 10% de los niños y adolescentes (Roma A. Vasa y Amy Krain Roy, 2013)

Las fobias específicas pueden tener por objeto un animal (ranas, serpientes, lagartos, etc), condiciones ambientales (tormentas, oscuridad) o situaciones como estar en un elevador o recibir una inyección.

La presencia de estos objetos o situaciones (o la mera posibilidad de estar expuesto) puede desencadenar una gran ansiedad, incluso un ataque de pánico.

La conducta habitual para enfrentar estos miedos es la evitación, lo que llega a afectar el desempeño del menor en algunas esferas, por ejemplo, impidiéndole asistir a algunas actividades escolares.

Trastorno de ansiedad social (fobia social)

El trastorno de ansiedad social, también conocido como fobia social, se manifiesta en un miedo excesivo y la evitación de situaciones sociales.

Es uno de los trastornos de ansiedad con comienzo típico en la infancia y la adolescencia que más tiende a cronificarse en la edad adulta si no se trata adecuadamente.

Es frecuente que los menores con fobia social no tomen la iniciativa al iniciar una conversación, teman hablar al frente de la clase y asistir a reuniones sociales, como los cumpleaños de los compañeros.

Como ocurre con todos los trastornos de ansiedad , el menor intentará evitar las situaciones sociales y si se ve obligado a involucrarse en una, lo hará presa de la angustia.

Su temor excesivo se podrá manifestar en temblores, molestias gastrointestinales, aumento de la frecuencia cardiaca, llanto, rabietas o negación a hablar.

Trastorno de pánico en niños y adolescentes

niño llorando

El trastorno de pánico no es muy común en niños y niñas, pero su frecuencia aumenta notablemente en la adolescencia. Se manifiesta en ataques de pánico de forma recurrente.

Un ataque de pánico es un miedo intenso que surge de forma abrupta y que llega a provocar:

  • Aumento de la frecuencia cardiaca.
  • Hiperventilación.
  • Sudoración.
  • Tensión muscular.
  • Dolores de cabeza.
  • Visión borrosa.
  • Sensación de irrealidad.

Además de estos síntomas, los ataques de pánico van acompañados de ideas como “voy a morir” “me está dando un infarto”.

El trastorno de pánico puede manifestarse con agorafobia y entonces la persona temerá (y evitará) enfrentarse a situaciones que él/ella cree que pueden desencadenar un ataque de pánico o dejarle expuesto si llega a experimentar uno.

Los ataques de pánico suelen alcanzar su máxima intensidad a los 10 minutos y comienzan a remitir entre los 20 y los 30 minutos.

También te puede interesar leer: Sincinesia, un fenómeno neurológico común en la infancia

Trastorno de ansiedad generalizada en la infancia

Los niños con este trastorno de ansiedad tienen preocupaciones persistentes y excesivas sobre diferentes problemas, generalmente cotidianos.

Suelen preocuparse por su salud o por la de personas cercanas o por conflictos con sus amigos. En realidad son preocupaciones que la mayoría de los niños (y adultos) suelen tener, solo que en las personas con trastorno de ansiedad generalizada las preocupaciones son más numerosas y se manifiestan con mayor frecuencia.

Estas preocupaciones se manifiestan casi todos los días y llegan a provocar irritabilidad, temblor, falta de concentración y alteraciones del sueño.

Se ha observado que los menores con este trastorno suelen ser muy autocríticos, lo que les lleva a evitar actividades en las que creen que no tendrán un buen desempeño.

También te puede interesar leer: Trastorno de ansiedad generalizada: causas, diagnóstico y tratamiento más actual

¿Cómo se trata la ansiedad en niños?

tratamiento dificultades contacto visual autismo

Si los padres sospechan que su hijo o hija tiene un trastorno de ansiedad, la mejor recomendación es acudir a un especialista, por ejemplo, un psicólogo especializado en la atención a niños y adolescentes o un psiquiatra infantil.

Algunos de los trastornos aquí descritos pueden remitir espontáneamente a medida que pasan los años, pero el riesgo de que se hagan crónicos y el niño con ansiedad termine siendo un adulto con ansiedad y más limitaciones, inclina la balanza a favor de buscar ayuda profesional.

El tratamiento psicológico de los trastornos de ansiedad se realiza fundamentalmente a través de una terapia llamada cognitivo conductual (aunque hay otras opciones y dependerá del especialista que atiende el caso elegir una u otra) e implicará:

  • Educar al niño y a sus padres (cuidadores en general) sobre qué es la ansiedad.
  • Enseñar técnicas para el manejo de las reacciones somáticas (como el aumento del ritmo cardiaco y la hiperventilación), incluyendo técnicas de respiración.
  • Proveer al menor de pensamientos alternativos que le ayuden a reestructurar las ideas irracionales que le provoca ansiedad.
  • Exposición gradual y controlada a la situaciones u objetos de la ansiedad. Por ejemplo, en el caso de una niña con ansiedad por separación se puede comenzar por hacer que la madre vaya por poco tiempo a tomar un café mientras la niña está en consulta, posteriormente se puede aumentar ese tiempo y en determinado punto se le puede hacer saber a la menor que su madre vuelve a casa y la recoge cuando haya terminado la consulta.

En algunos casos, el psiquiatra podría recomendar el tratamiento con psicofármacos, siempre bajo una estrecha supervisión profesional.

También te puede interesar leer: Cómo calmar la ansiedad ahora mismo (8 técnicas)

Fuentes

American Psychiatric Association (2013): Diagnostic and statistical Manual of Mental disorders (DSM-5)

Roma A. Vasa; Amy Krain Roy (2013): Pediatric Anxiety Disorders. A Clinical Guide

Wehry, A. M., Beesdo-Baum, K., Hennelly, M. M., Connolly, S. D., & Strawn, J. R. (2015). Assessment and treatment of anxiety disorders in children and adolescents. Current psychiatry reports17(7), 52.

Dunia Chappotin