Así es la vascularización del cerebro, un ejemplo de impecable organización

El cerebro humano consta de un sistema de vascularización complejo destinado a mantener la irrigación constante de este órgano vital en cualquier situación.

vascularización del cerebro
Las arterias de la base del cerebro. El polo temporal del cerebro y una porción del hemisferio cerebeloso se han eliminado en el lado derecho | Henry Vandyke Carter, extraído de Wikimedia Commons

Los órganos vitales (como el cerebro, riñones y corazón) tienen un sistema de irrigación muy eficaz destinado a proveer sangre con nutrientes y oxígeno necesarios para el metabolismo celular de cada tejido.

El polígono de Willis podría ser el mejor de los ejemplos, en virtud de la compleja organización estructural destinada a satisfacer a un tejido que, de llegar a lesionarse, no puede repararse por sí solo.

A pesar de ello, la mortalidad de los accidentes cerebrovasculares (en los que se obstruye una de estas arterias) es muy alta.

Puede ser explicada por varios factores, pero es importante acotar que de no existir la distribución vascular del cerebro, el daño producido por esta enfermedad podría ser considerablemente mucho mayor. Es sobre las particularidades de la irrigación del cerebro (y encéfalo) de lo hablaremos en este artículo.

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Aspectos generales de la vascularización del cerebro

Es importante acotar que la irrigación de este órgano viene dada por múltiples arterias, siendo también múltiple su drenaje venoso.

Esto cumple una función vital: asegurar la adecuada perfusión de oxígeno y difusión de nutrientes a las neuronas en todo momento. Si llegase a lesionarse u obstruirse alguna arteria, la circulación colateral permitiría que el daño no fuese tan grande.

Esto cobra sentido al entender el hecho de que el tejido nervioso no se regenera, probablemente por la evidente complejidad estructural y funcional del mismo.

Los accidentes cerebrovasculares siguen siendo la primera causa de morbimortalidad en muchos países, por lo que el conocimiento adecuado de la vascularización del cerebro permite entender mejor el trastorno y actuar de manera efectiva durante el tratamiento.

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¿Cuáles son las arterias que irrigan el encéfalo?

irrigación del cerebro
Representación esquemática del polígono de Willis, arterias del cerebro y tronco cerebral | Wikimedia Commons

Principalmente viene dada por las dos arterias carótidas internas y las dos arterias vertebrales. Estas, al penetrar el cráneo y distribuir sus ramas, se encontraran principalmente en el espacio subaracnoideo (el lugar entre la aracnoides y la duramadre, dos de la tres capas meníngeas que recubren el sistema nervioso).

Muchas veces los traumatismos pueden originar graves hemorragias subaracnoideas, que se describen como “el peor dolor de cabeza” de la vida de los pacientes afectados.

La arteria carótida interna de cada lado se origina en la bifurcación de la arteria carótida común (presente en el cuello) y, en su porción cerebral, origina la arteria oftálmica, comunicante posterior, coroidea, cerebral anterior y cerebral media.

La arteria vertebral de cada lado nace de la arteria subclavia (que se encuentra en relación con la clavícula). A partir de su porción craneal, se originan las ramas meníngeas, la arteria espinal posterior y anterior, la cerebelosa posteroinferior y las medulares.

La combinación de las arterias vertebrales de cada lado origina la arteria basilar, que a su vez se divide en arterias pontinas, laberíntica, cerebelosa anteroinferior (y superior) y cerebral posterior.

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¿Qué es el polígono de Willis?

poligono de Willis imagen
Círculo de Willis en angiografía cerebral | Prof Frank Gaillard, Radiopaedia.org, rID: 36076

Si bien la irrigación del encéfalo viene dada por numerosas ramas arteriales antes mencionadas, es importante acotar que varias de ellas se comunican en la porción central e inferior del cerebro, formando un sistema conocido como polígono de Willis o círculo arterial cerebral.

Al establecer varias conexiones, es posible “suplir” de sangre una determinada zona cerebral en los casos en los que se obstruya o lesione alguna arteria.

Este está formado por la comunicación entre las dos arterias carótidas internas y las dos arterias vetebrales. Entre las ramas de estas arterias (que se mencionaron en el apartado anterior), destacan la comunicante anterior, cerebral anterior, comunicante posterior, cerebral posterior y basilares como parte del polígono.

Sin embargo, es posible que se presenten algunas variaciones anatómicas en ciertos pacientes, en donde existe ausencia de las arterias comunicantes (unilateral o bilateral).

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Fuentes y referencias:

Snell R.S. Neuroanatomía Clínica. 7ma edición. Wolters Kluwer Health España. Barcelona (2010).

Diego J. Pereira