Los agentes tóxicos que pueden aumentar el riesgo de enfermedad de Parkinson


Estudios descriptivos han encontrado relación entre la enfermedad de Párkinson y agentes tóxicos como disolventes, herbicidas o metales. Los resultados sugieren que estas sustancias pueden aumentar el riesgo de padecer la enfermedad.

Agentes tóxicos y enfermedad de Párkinson

Se conoce bastante sobre los mecanismos biológicos que llevan a los síntomas de la enfermedad de Parkinson, una patología caracterizada por la incapacidad de algunas neuronas de producir dopamina, una sustancia neurotransmisora fundamental para la realización de movimientos voluntarios.

Lo que sí se desconoce son las causas del inicio de esa neurodegeneración.

Los científicos en la actualidad creen que se debe a una combinación de factores genéticos y medioambientales.

Sobre estos últimos se han realizado descubrimientos que apuntan hacia agentes tóxicos como posibles desencadenantes de la neurodegeneración que conduce al párkinson.

En el año 1982 se identificaron personas con síntomas muy semejantes al párkinson entre consumidores de heroína.

Descubrieron que se debía a una sustancia, MPTP, que accidentalmente se encontraba en algunos lotes de heroína.

A partir de ahí se consolidó la hipótesis de la influencia ambiental en el surgimiento de la enfermedad. En este artículo te voy a hablar de algunos agentes tóxicos que se considera que aumentan el riesgo de padecer enfermedad de Parkinson.

Enfermedad de Párkinson y agentes tóxicos ¿Una relación probada?

Enfermedad de Párkinson y agentes tóxicos

Pesticidas

De todas las sustancias químicas relacionadas con un mayor riesgo de Párkinson, los pesticidas son los que cuentan con más evidencia científica. Algunos estudios han encontrado tasas más elevadas de párkinson entre personas que por razones laborales han estado expuestas durante mayor tiempo a este tipo de sustancias.

Entre ellas se encuentra la rotenona, un insecticida usado hasta el año 2007 y el paraquat, un herbicida altamente tóxico si es ingerido, que actualmente está prohibido en la Unión Europea aunque es de uso común en todo el mundo.

También se han encontrado vínculos entre la permetrina y un mayor riesgo de párkinson. La permetrina es una sustancia comúnmente usada como repelente de mosquitos y otros insectos.

Metales

La investigación científica no ha llegado a resultados consistentes sobre la influencia de la exposición a metales y la aparición de párkinson. Se ha sugerido que el manganeso puede ser un factor de riesgo aunque no hay un consenso al respecto.

Disolventes

Se ha asociado la exposición a largo plazo (de ocho a 33 años) al tricloroetileno (TCE) con la enfermedad de Parkinson. El tricloroetileno está prohibido en  la industria farmacéutica y alimentaria sin embargo aún se utiliza como desengrasante en la industria. Estudios realizados en gemelos muestran que el que ha estado expuesto al tricloroetileno debido a razones laborales tiene mayores posibilidades de padecer párkinson.

La sola exposición a estos tóxicos no parece ser suficiente para desarrollar la enfermedad. De hecho, la ciencia no puede asegurar sin margen de duda que sean una causa directa de párkinson.

Los resultados que se tienen en la actualidad se basan en estudios observacionales debido a la imposibilidad de realizar experimentos de esta índole en humanos. Sin embargo, la naturaleza tóxica de las sustancias aquí mencionadas, algunas de ellas aún de uso autorizado, hace que cualquier conducta preventiva esté justificada.

Redacción TiTi