En mayores de 50 años y con más de 15 años de evolución de la enfermedad se encontró que la fatiga y el deterioro del funcionamiento de las piernas fueron más comunes en aquellos con peor progresión de la esclerosis múltiple.
Síntomas de fatiga y alteraciones del funcionamiento de las extremidades inferiores, como debilidad o espasmos, son más comunes que ocurran en aquellas personas que pasarán de una forma remitente-recurrente de esclerosis múltiple a una forma progresiva secundaria de la enfermedad. Así informa mediante un comunicado de prensa la Academia Americana de Neurología (AAN). El estudio será presentado en abril en la Reunión anual de la AAN.
Como ya hemos comentado en artículos anteriores, la gran mayoría de las personas con esclerosis múltiple comienza manifestando una forma de la enfermedad, llamada esclerosis múltiple recurrente – remitente, que se caracteriza por la ocurrencia de brotes o crisis durante los cuales los síntomas se agudizan. A estos brotes suele seguir un periodo relativamente libre de los síntomas más intensos.
Sin embargo, al pasar los años muchas personas con EM hacen la transición hacia una forma (para algunos más bien una fase) más difícil de la enfermedad, llamada esclerosis múltiple secundaria progresiva ¿Hay algún síntoma que pueda indicar quiénes pasarán a esta forma de EM y quiénes no? La respuesta a esta pregunta no es insignificante. Según una de las autoras del estudio, la profesora de la Universidad de Buffalo, en EE.UU, Bianca Weinstock-Guttman:
Una mejor comprensión de quién está en alto riesgo de empeorar puede eventualmente permitirnos adaptar tratamientos más específicos para estas personas «.
También te puede interesar leer: Vinculan las enfermedades autoinmunes a mayor riesgo de demencia.
Progresión de la esclerosis múltiple en mayores de 50 años: 5 años de estudio aportan algunas claves.
En la investigación se estudió a un total de 150 personas con esclerosis múltiple recurrente – remitente que tenían 50 años o más. Todos los participantes llevaban como mínimo 15 años de evolución de la enfermedad.
Al inicio del estudio se realizó una valoración completa de los síntomas y del nivel de funcionamiento. Cinco años después se repitieron las mismas pruebas. En ese tiempo, el 30% de los investigados había pasado a la forma secundaria progresiva de EM.
Las personas que hicieron la transición eran hasta cuatro veces más propensas a tener síntomas de fatiga. Las alteraciones en el funcionamiento de las piernas estaban presentes en el 53% de los que pasaron a EM secundaria progresiva, mientras que en los que no empeoraron, esta cifra fue de 22%.
También te puede interesar leer: Calor y esclerosis múltiple.
Si existe fatiga y debilidad en las piernas, ¿se pasa a EM secundaria progresiva?
No, en ningún momento es esa la conclusión que se puede sacar de este estudio. Si nos fijamos en las cifras, es evidente que muchas personas con ambas manifestaciones no llegaron a empeorar.
El conocimiento de indicadores fiables de un peor pronóstico de EM pasa por la realización de este tipo de estudios, que no se pueden generalizar, pero si se unen a los resultados de otras investigaciones ayudarán a construir instrumentos de evaluación más objetivos.
También te puede interesar leer: Dolor en la esclerosis múltiple, tratamiento y tipos fundamentales.
Referencias
American Academy of Neurology (2017). How can we predict whose MS will worsen? American Academy of Neurology. Disponible en https://www.aan.com/PressRoom/Home/PressRelease/1531
Vaughn, C., Kavak, K., Bushra, A., Noyes, E., Edwards, K., Goodman, A., … Weinstock-Guttman, B. (2017). AAN 69 th ANNUAL MEETING ABSTRACT. . Disponible en https://www.aan.com/PressRoom/Home/GetDigitalAsset/12349