La esclerosis múltiple (EM) parece influir en el desarrollo de la materia gris de los menores con la enfermedad. El impacto clínico de este fenómeno aún debe ser estudiado.
Los menores con esclerosis múltiple podrían experimentar una trayectoria evolutiva diferente del volumen de su materia gris, según concluyen los resultados de una investigación publicada en la revista Neurology.
En el mismo estudio, que incluyó a un total de 68 pacientes con EM en edades pediátricas (que en muchos países europeos alcanza hasta los 18 años) también se observó que un cociente intelectual más elevado parecía relacionarse con una evolución de la materia gris más semejante a la de niños y niñas sin EM.
La materia gris es un tejido del sistema nervioso central compuesto fundamentalmente por cuerpos de neuronas (además de dendritas y otro tipo de célula llamadas gliales), mientras que en la llamada sustancia o materia blanca predominan los axones (“extremidades” del cuerpo de las neuronas) cubiertos de una capa lipoproteica llamada mielina que le confiere su color blanco.
Tradicionalmente la EM se ha visto como una enfermedad de la sustancia blanca ya que el daño más conocido de la enfermedad es el que ocurre en la mielina.
Sin embargo, hace algunos años que la investigación científica ha venido observando que en los pacientes con EM también se daña la sustancia o materia gris mediante un fenómeno conocido como atrofia o pérdida de volumen de la materia gris, un cambio que se ha asociado a discapacidad.
Sin embargo, la mayoría de las investigaciones sobre este tema se han realizado en personas adultas con EM, ¿qué sucede cuando hablamos de individuos que aún están en proceso de desarrollo? ¿qué sucede con el volumen de la materia gris en los niñas y adolescentes con esclerosis múltiple?
Según el estudio publicado en Neurology, la enfermedad pudiera estar influyendo en el desarrollo de la materia gris de estos menores.
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Buscando lo común en un proceso diverso
Para realizar el estudio los investigadores, pertenecientes a la Universidad de Milan, en Italia, analizaron resonancias magnéticas de 68 pacientes pediátricos con EM, 26 menores sin la enfermedad similares en sexo y edad a los que se les realizó la resonancia magnética en el mismo equipo que a los pacientes y 317 menores sin EM de los cuales se obtuvo sus imágenes por resonancia magnética gracias a un proyecto externo que las tenía recopiladas.
El primer reto de los investigadores fue determinar trayectorias evolutivas “estándar” del volumen de la sustancia gris entre las personas en edades pediátricas, ya que no es un proceso uniforme y en cada persona pueden ocurrir variaciones.
Con este fin estudiaron las neuroimágenes de los 317 menores sin EM y construyeron un cuadro de la evolución del volumen de la sustancia gris en edad pediátrica y de las variaciones que podían producirse en este proceso.
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¿Qué observaron?
Según comentan los investigadores:
Hallamos un fallo en las trayectorias de desarrollo de la materia gris esperadas por sexo y edad en pacientes pediátricos con EM en varias regiones corticales pertenecientes a los lóbulos frontal, temporal, parietal y occipital y al cerebelo, así como en las regiones subcorticales que comprenden el tálamo y el núcleo caudado.”
La evolución del volumen de materia gris en los menores con EM podría ser diferente que la del resto de la población pediátrica sin la enfermedad pero, ¿qué implica esto? Los investigadores observaron que:
La falla en el desarrollo de la materia gris en regiones clave del cerebro, como el tálamo, el núcleo caudado, el precuneus y las regiones frontales, se asoció con la gravedad de la discapacidad clínica”.
Además, los investigadores observaron que un mayor coeficiente intelectual se asoció a una mayor preservación de la materia gris y a una evolución de este parámetro más cercana a la estándar.
Otra observación importante de este estudio fue que, si bien algunas alteraciones del volumen de la materia gris parecen estar provocadas por las lesiones típicas en la sustancia blanca que se producen en las personas con EM, otras no, lo que sugiere que hay más de un proceso involucrado que aún debe ser identificado.
Los investigadores insisten en la importancia de las intervenciones terapéuticas para evitar nuevas lesiones a la materia blanca y como consecuencia, también a la materia gris.
Un estudio que deja muchas incógnitas
¿Cómo influye a largo plazo la atrofia de la materia gris en el estado funcional de los menores? ¿Qué otros mecanismos están provocando la pérdida de volumen o por el contrario, podrían tener un efecto protector? ¿Una mayor actividad de la enfermedad impacta en la sustancia gris?
Más preguntas que respuestas, más dudas que certezas; una de las consecuencias de la buena ciencia.
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Fuentes
Ermelinda De Meo, Alessandro Meani, Lucia Moiola, Angelo Ghezzi, Pierangelo Veggiotti Massimo Filippi, Maria A. Rocca (2019): Dynamic graymatter volume changes in pediatric multiple sclerosis. Neurology. En https://n.neurology.org/content/92/15/e1709