Una técnica de estudio con resonancia magnética permite comprobar que los enfermos de alzhéimer tienen la barrera hematoencefálica dañada, más que que las personas sanas de su misma edad.
Cuando hablamos de alzhéimer es habitual hacer referencia a las proteínas desnaturalizadas que están en el origen de la enfermedad o a la pérdida de conexiones entre las neuronas que ocurre en los enfermos y, cada vez más, al rol del sistema inmunitario en el alzhéimer. Pero la enfermedad implica muchas más afectaciones al cerebro, ya sea como consecuencia o como origen de la misma, de hecho, es un daño que al final del alzhéimer es casi total.
Entre las estructuras que se sabe afectadas está la barrera hematoencefálica (BHE), ese escudo natural que tenemos los seres humanos formado por una densa capa de células que regula la entrada de nutrientes esenciales para el funcionamiento de las neuronas y que mantiene alejadas moléculas tóxicas. A medida que envejecemos, la BHE se hace más permeable, lo que significa que aumentan las posibilidades de que sustancias tóxicas accedan a nuestros sistema nervioso central. En los enfermos de alzhéimer esa permeabilidad de la BHE es incluso mayor, según confirma una nueva investigación desarrollada por científicos del Centro Médico de la Universidad de Maastricht, en Países Bajos y publicada en la revista Radiology.
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Mayor permeabilidad de la barrera hematoencefálica dañada en enfermos de alzhéimer.
Los investigadores analizaron con técnicas avanzadas de resonancia magnética un parámetro denominado fugas de contraste que permite valorar el estado de permeabilidad de la BHE. Compararon las imágenes de 16 enfermos de alzhéimer en fase leve y 17 personas de la misma edad —el grupo control— sanas. Encontraron que las tasas de fugas eran significativamente mayores en los enfermos que en las personas sanas, especialmente en la materia gris, aún cuando se ajustaron los resultados teniendo en cuenta la posible influencia de otros factores, como enfermedades vasculares o diabetes.
Las consecuencias para la salud cerebral de esa mayor permeabilidad de la BHE las explica uno de los autores del estudio, el profesor Walter H. Backes:
Las fugas en la BHE significan que el cerebro ha perdido sus mecanismos de protección, la estabilidad de las células cerebrales está alterada y el medio en el que las células nerviosas interaccionan se vuelve condicionado a la enfermedad. Este mecanismo puede, eventualmente, llevar a disfunciones en el cerebro.
Otro resultado vino a apoyar la hipótesis de que el deterioro de la BHE puede estar implicada en la patología alzhéimer: a mayor deterioro de la barrera hematoencefálica se constató un deterioro cognitivo más acusado.
Para los autores del estudio la técnica de imagen empleada, denominada resonancia magnética dinámica mejorada por contraste, puede ser un instrumento muy valioso para evaluar la contribución del deterioro de la BHE en el inicio y progresión de las demencias.
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Referencias
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van de Haar, H. J., Burgmans, S., Jansen, J. F. A., van Osch, M. J. P., van Buchem, M. A., Muller, M., … Backes, W. H. (2016). Blood-Brain Barrier Leakage in Patients with Early Alzheimer Disease. Radiology, 152244. http://doi.org/10.1148/radiol.2016152244