Una investigación reciente parece abrir una nueva vía para la detección y seguimiento de la acroleína, una molécula vinculada a varias enfermedades neurológicas, como la esclerosis múltiple. El estudio sugiere nuevas posibilidades terapéuticas tomando como diana la acroleína.
La Esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica y progresiva de origen desconocido, que afecta aproximadamente a 2,5 millones de personas en todo el mundo, es más frecuente en mujeres y tienen un inicio entre los 20 y 50 años de edad.
Aunque aún no se sabe su origen exacto, se ha atribuido a un aparente componente autoinmune, por lo que todos los esfuerzos en la terapia han sido dirigidos a suprimir o modular la respuesta inmunitaria.
Esta nueva línea de investigación permite ampliar las posibilidades de encontrar otra ruta patogénica que explique el origen de la enfermedad y el daño neurológico progresivo.
¿Qué es la acroleína?
Es un producto del metabolismo de las grasas, que provoca un daño en los lípidos del tejido nervioso a través de un proceso metabólico denominado peroxidación lipídica.
Esta molécula funciona como una neurotoxina que se acumula alrededor de las neuronas y participa en procesos de desmielinización y degeneración axonal.
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Principios de la investigación
El Dr. Riyi Shi de la Universidad de Purdue en West Lafayette (Indiana), viene estudiando a la acroleína y su relación con patologías neurológicas desde hace varios años.
Junto con el Dr. Mattson, Director del Dentro de Esclerosis Múltiple de la Universidad de Indiana, en Indianápolis, diseñaron un estudio que permitió demostrar la relación de los niveles de acroleína en sangre y orina con los síntomas de actividad de la enfermedad y la disminución de dichos valores con la administración de ciertos medicamentos.
La principal dificultad radicaba en la medición de la acroleína con fines clínicos, que es una sustancia muy volátil e inestable.
Esta dificultad fue superada con la medición de metabolitos estables que se encuentran en niveles proporcionales a la acroleína del sistema nervioso central, según los experimentos en ratones.
Papel patogénico de la acroleína
La investigación hecha por los Dres. Shi y Mattson se extendió a humanos, donde se pudo medir con facilidad el metabolito de la acroleína en 40 pacientes con la enfermedad y en 23 controles sanos.
Los investigadores hallaron que en las personas con EM el metabolito de la acroleína estaba elevado en comparación con las personas sin la enfermedad.
En ratones, hubo una correlación de la medición del metabolito de la acroleína en orina y sangre con los niveles de acroleína cerebral, así mismo, se demostró que esos niveles aumentaron en ratones incluso en antes de la aparición de síntomas de la enfermedad.
Por otra parte, se estudió el efecto de medicamentos conocidos como “eliminadores de acroleína”:
- Hidralazina: vasodilatador usado en hipertensión arterial e insuficiencia cardíaca.
- Fenelzina: antidepresivo.
Se demostró que después de la administración de hidralazina a ratone enfermos, disminuía los niveles de acroleína y sus metabolitos.
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Utilidades de la acroleína
Los investigadores han propuesto que esta sustancia tenga utilidad a varios niveles:
- Para medir efectividad del tratamiento para EM.
- Correlacionar niveles de acroleína con la actividad de la enfermedad.
- En la toma de decisiones terapéuticas.
- Diseño de nuevos tratamientos enfocados a la eliminación de la acroleína en el sistema nervioso central.
Nuevas fronteras en esclerosis múltiple
A pesar de que es necesario hacer más estudios científicos con muestras de pacientes más numerosas para confirmar estos hallazgos, es muy esperanzador demostrar a nivel experimental el efecto de la hidralazina sobre los niveles de acroleína.
¿Se traducirá la disminución de la acroleína en beneficios clínicos para los pacientes? Una pregunta que la investigación científica tendrá que responder.
Otra posibilidad atractiva que sugirió el estudio está relacionada con la detección de la elevación de esta sustancia en forma precoz, antes de que aparezcan o empeoren los síntomas clínicos.
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Referencias
Tully M. et al. Systemic Acrolein Elevations in Mice With Experimental Autoimmune Encephalomyelitis and Patients With Multiple Sclerosis. Front. Neurol., 15 June 2018 Disponible en:
https://doi.org/10.3389/fneur.2018.00420.
Shi, R., Page, J. C., & Tully, M. (2015). Molecular mechanisms of acrolein-mediated myelin destruction in CNS trauma and disease. Free radical research, 49(7), 888-95.