Las hormonas sexuales parecen ser una de las claves que a nivel biológico explican las diferencias entre hombres y mujeres en la esclerosis múltiple.
Las diferencias observadas en la progresión y presentación clínica entre sexos y edades en la esclerosis múltiple han impulsado el estudio de los fenómenos involucrados en la activación de la enfermedad y su relación con niveles hormonales sexuales.
Es este artículo, te presentamos una breve descripción del conocimiento actual que tenemos de la influencia hormonal en la EM.
Diferencias entre géneros en la esclerosis múltiple
La EM es más frecuente en mujeres con una relación 3:1. Además, las mujeres tienen recaídas más frecuentes y más lesiones en la resonancia magnética (RM) cuando el inicio de la EM es temprano.
Los hombres acumulan más discapacidad, tienen una progresión más rápida y peores resultados, con mayor compromiso en cerebelo, deterioro cognitivo y una mayor atrofia de materia gris en la RM.
Se sabe que existe una combinación de factores hormonales y genéticos en el curso de la enfermedad. Entre las hormonas involucradas tenemos estrógenos, progesterona, prolactina y andrógenos.
La implicación hormonal hace que etapas fisiológicas de cambios hormonales como el embarazo, puerperio y menopausia impacten en la enfermedad.
Veamos con más detalle estas diferencias.
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Embarazo
Existen evidencias que sugieren una asociación entre el número de partos y el riesgo de EM. A mayor descendencia, menor riesgo de un primer evento desmielinizante.
Una edad materna mayor en el parto se ha asociado a un aumento de la prevalencia de EM, aunque existen también otros factores que tienen influencia, como la dieta y la obesidad.
Algunos estudios indican, aunque es controversial, que existe un efecto acumulativo en multíparas que favorece la menor progresión a la discapacidad.
Además, las tasas de recaída en el tercer trimestre disminuyen en 70%, con un aumento de recaídas en los 6 meses después del parto, siendo el riesgo 3 veces más alto que antes del embarazo durante ese periodo.
La hormona gonadotrofina coriónica del embarazo parece tener un efecto protector, disminuyendo la actividad de células T inmunes y la producción de citosinas involucradas en los procesos inflamatorios.
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Menarquia y pubertad
Se ha visto una relación entre la edad de la menarquia (aparición de la primera menstruación) con el inicio de la enfermedad. Una menarquia temprana podría implicar un mayor riesgo de inicio temprano de la EM.
Puerperio
El puerperio es el tiempo que transcurre desde que ocurre el parto hasta que el cuerpo femenino logra recuperar las características previas al embarazo.
En esta etapa hay un aumento en las tasas de recaída, debido a la caída abrupta de estrógenos, progesterona y glucocorticoides. Se ha descrito un síndrome inflamatorio de reconstitución inmune, secundario a rebote de células inflamatorias.
Aunque las recaídas posparto parecen depender más del número de recaídas en el año previo al embarazo, recaídas durante el embarazo y a la discapacidad previa.
Lactancia
Durante la lactancia, los niveles de prolactina, oxitocina, progesterona y glucocorticoides se incrementan. Hay datos controversiales de que la hiperprolactinemia está relacionada a recaídas clínicas de la EM.
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Menopausia
En mujeres con inicio tardío de la enfermedad, luego de la menopausia, se ha visto que la progresión es similar en ambos sexos.
En los hombres la progresión es mas rápida cuando el inicio es entre los 20 y 50 años
Sin embagro, en la menopausia los estudios han sido muy controversiales y no hay mucha información. Antes se ha reportando empeoramiento de los síntomas en la EM durante la menopausia, más recientemente se ha reportado mejoría en estos casos.
Hay estudios que sugieren que la privación de hormonas sexuales por envejecimiento ovárico, induce neurodegeneración y pérdida de materia gris con un mayor grado de discapacidad.
Importancia de las diferencias de género en la EM
Hay asociaciones entre el género, interacciones genéticas y ambientales en la susceptibilidad a la EM, aunque es muy difícil atribuir síntomas y progresión a un solo efecto biológico.
Uno de los retos de la ciencia actual es desentrañar los mecanismos moleculares involucrados y descubrir nuevos.
Estos hallazgos permitirían establecer otras rutas terapéuticas que podrían variar de acuerdo al sexo y tendrían un efecto neuroprotecctor o de reparación.
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Referencias
Ysrraelit, M. C. and Correale, J. Impact of sex hormones on immune function and multiple sclerosis development. Immunology. 2019; 156: 9-22. doi:10.1111/imm.13004
Pakpoor J, Wotton CJ, Schmierer K, Giovannoni G, Goldacre MJ. Gender identity disorders and multiple sclerosis risk: a national record‐linkage study. Mult Scler 2016; 22:1759–62.