Epilepsia, trastorno de conducta durante el sueño REM y sonambulismo son ejemplos de trastornos que pueden cursar con episodios de agresividad durante el sueño. En casos muy raros las consecuencias son fatales. Son situaciones que escapan de la voluntad del afectado.
En Incógnito, un libro del neurocientífico y divulgador David Eagleman, se cuenta la historia de Kenneth Parks, un chico de 23 años de Toronto, Canadá, que en la noche del 23 de mayo de 1987 se levantó de la cama y condujo más 22 km hasta el pueblo en el que vivían sus suegros.
Al llegar a la casa cogió una herramienta de su coche, entró y golpeó a su suegra hasta el punto de provocarle la muerte. Al suegro también lo atacó, pero sobrevivió.
Después, Parks volvió a su coche y condujo hasta una comisaría de policía cercana donde confundido, se le pudo escuchar decir «Creo que he matado a algunas personas…, mis manos».
Durante la investigación y el juicio, el testimonio de Parks fue siempre el mismo: no recordaba nada de lo sucedido. Estaba en un estado de sonambulismo.
El caso de Kenneth Parks es muy poco frecuente, al igual que lo son las conductas agresivas en general durante el sueño.
Sin embargo, esto no quiere decir que no ocurran. A continuación, te voy a presentar 3 trastornos donde sin saberlo y sin poder controlarlo, algunas personas llegan a tener comportamientos agresivos durante el sueño.
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Trastorno de conducta durante el sueño REM
Las personas con este trastorno tienen sueños muy vívidos que se acompañan por movimientos bruscos de las extremidades y el tronco.
Tiene lugar durante una de las fases del sueño, la llamada fase REM, en la cual normalmente ocurre una notable disminución del tono muscular que impide la realización de movimientos.
En las personas con el trastorno no ocurre así, al contrario, tienen movimientos violentos que llegan a provocar que se dañe a sí mismo y a su compañero de cama.
Se ha reportado que en 64% de los casos hay agresión a la persona con la que duerme.
Es importante conocer que este trastorno constituye un factor de riesgo para desarrollar enfermedades neurodegenerativas, en especial enfermedad de Parkinson.
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Trastornos del despertar
¿No sabes qué son los trastornos del despertar? ¿Y si te digo sonambulismo y terrores nocturnos? Seguramente que estos dos últimos términos te son más familiares, ambos forman parte de los llamados trastornos del despertar del sueño no REM.
Estos episodios ocurren en el contexto de un despertar incompleto del sueño. En el sonambulismo, trastorno que padecía Kenneth Parks, la persona se levanta de la cama y camina, siendo difícil comunicarse con él y lograr que despierte.
Quienes padecen terrores nocturnos aparentemente despiertan presos del terror, generalmente con un grito de pánico, agitados, con el corazón acelerado, sudando. Aunque parecen despiertos, en realidad están dormidos y no recuerdan el episodio.
En ocasiones en una misma persona pueden darse ambos trastornos y se han documentado casos (muy poco frecuentes) con un final lamentable. Tal es el caso de la señora Cogdon quien en 1950 causó la muerte de su hija con un hacha.
La noche anterior al dramático suceso, la señora Cogdon había entrado en la habitación de su hija de nueve años, Pat, y había hecho movimientos en su cara como si la cepillara. Posteriormente explicaría que había soñado que su casa estaba llena de arañas que estaban cubriendo a Pat.
Al día siguiente de ese suceso fue a ver a su médico que le recetó un sedante. En la noche, los terrores nocturnos volvieron a invadir el sueño de la señora Cogdon, esta vez haciéndole creer que había soldados atacando a su hija.
Para defenderla, fue en busca de un hacha con la que golpeó dos veces al supuesto atacante, que en realidad era su pequeña hija.
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Epilepsia
Algunos tipos de epilepsia provocan crisis durante la noche, por ejemplo, la llamada epilepsia nocturna autosómica dominante del lóbulo frontal.
En algunos casos la crisis puede manifestarse a través de golpes, mordidas, agarres bruscos, expresiones faciales de ira o gritos.
El acto violento generalmente se inicia abruptamente, es de corta duración, no se dirige intencionalmente hacia otros y no involucra habilidades intrincadas o movimientos con propósito.
Como en los casos anteriores, es importante puntualizar que estas conductas son ajenas totalmente a la voluntad de la persona y que padecer alguno de los trastornos aquí mencionados no implica necesariamente manifestar agresividad.
Son situaciones poco frecuentes y en la mayoría de los casos pueden evitarse consecuencias extremas poniendo en práctica medidas preventivas, por ejemplo, no dejando en la noche objetos peligrosos al alcance de la persona.
El tratamiento del trastorno de base es fundamental también para lograr el control de los síntomas.
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Fuentes
Francesca Siclari, Ramin Khatami, Frank Urbaniok, Lino Nobili, Mark W. Mahowald, Carlos H. Schenck, Michel A. Cramer Bornemann, Claudio L. Bassetti, Violence in sleep, Brain, Volume 133, Issue 12, December 2010, Pages 3494–3509, https://doi.org/10.1093/brain/awq296
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Santín, J (2013): Sueño y epilepsia. Revista Médica Clínica Las Condes. En https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0716864013701846
