La Asociación Americana de Psiquiatría elaboró una guía sobre el uso de antipsicóticos en las personas con demencia. Ofrece pautas precisas para el diseño de tratamientos que minimicen los riesgos.
La Asociación Americana de Psiquiatría publicó recientemente en la revista American Journal of Psychiatry una guía sobre el uso de fármacos antipsicóticos para controlar la agitación o la psicosis en las personas con demencia.
En la guía recomiendan que estos compuestos solo deben ser usados en caso de que los síntomas sean muy severos y causen daño al propio paciente o a quienes le rodean.
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Los antipsicóticos y su impacto real en la salud de las personas con demencia
Los fármacos antipsicóticos se usan en las personas con demencia para controlar síntomas como los delirios y alucinaciones, aunque tal vez la mayor fuente de prescripciones venga de las alteraciones conductuales que tanto sobrecargan al cuidador.
La agitación o conductas agresivas pueden ser susceptibles de tratarse con estos fármacos.
Sin embargo, lo beneficios son más que discutidos. Las investigaciones que encuentran un impacto negativo de los antipsicóticos sobre la salud cognitiva de los adultos mayores se suceden un día sí y otro también.
En la guía de la APA añaden que las investigaciones que han encontrado beneficios, en el mejor de los casos, estos pueden calificarse de modestos. Por otro lado, hay estudios que indican que estos compuestos pueden aumentar el riesgo de muerte entre las personas con demencia. En aquella causada por los cuerpos de Lewy, el riesgo de un efecto potencialmente mortal es más elevado.
Recomendaciones de la APA sobre el uso de antipsicóticos en las personas con demencia
La APA, en primer lugar, recomienda evaluar cuidadosamente la necesidad real de usar esos fármacos. En ocasiones las alucinaciones o delirios no tienen un impacto tan negativo como para acudir a este tipo de compuestos. Según la presidenta de la APA, Renée Binder:
Una decisión debe tomarse sólo después de una evaluación a fondo y la revisión de los beneficios y los daños potenciales del tratamiento antipsicótico, así como otras opciones de tratamiento posibles.
Consideran que deben usarse en casos de agitación o psicosis que representen un peligro para la persona o quienes lo rodean, si se considera que con su uso se puede disminuir el sufrimiento del paciente, mejorar su calidad de vida y reducir la sobrecarga del cuidador.
Si efectivamente, el profesional considera que los beneficios de usar antipsicóticos superan los riesgos, entonces la APA aconseja empezar con dosis bajas e ir aumentando a medida que sea necesario. Si a las cuatro semanas no se notan efectos positivos, se debe ir disminuyendo la dosis hasta parar el tratamiento. Si por el contrario, el fármaco ha resultado efectivo, no se recomienda superar los cuatro meses de tratamiento, a menos que se haya intentado concluir anteriormente y el enfermo tuviese una recaída importante.
Los especialistas deben monitorizar mensualmente a los pacientes que están recibiendo el tratamiento antipsicótico y hacerlo durante cuatro meses más después de concluido el tratamiento.
Sobre compuestos específicos alerta contra el uso del haloperidol y de los fármacos inyectables de acción prolongada.
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Referencias
Fiore, K. (2016, May 2). APA urges cautious use of Antipsychotics in dementia. MedpageToday. Disponible en http://www.medpagetoday.com/Psychiatry/GeneralPsychiatry/57648
Reus VI, et al «The American Psychiatric Association practice guideline on the use of antipsychotics to treat agitation or psychosis in patients with dementia» Am J Psychiatry 2016; 173(5).