Meningitis bacteriana: síntomas, causas y diagnóstico


La meningitis bacteriana es común en pediatría, caracterizada por signos neurológicos inespecíficos que deben tratarse para evitar complicaciones graves.

meningitis bacteriana
Crédito de imagen: Wellcome Collection.

La inflamación de las meninges lleva a la aparición de un cuadro neurológico grave que puede ser causado por múltiples etiologías.

Estas incluyen las bacterias, virus, hongos y parásitos, siendo las bacterias un grupo de microorganismos muy variado que, para su eliminación, es necesario utilizar un tratamiento antibiótico específico.

El diagnóstico clínico a veces suele ser difícil, por lo que la necesidad de utilizar métodos de laboratorio adicionales es vital para instaurar un tratamiento eficaz.

¿Qué son las meninges?

meninges
Crédito de imagen: SVG por Mysid. Original por SEER Development Team [1]. Traducido por Angelito7, Jmarchn
Son un conjunto de capas muy delgadas (pero resistentes) que recubren el sistema nervioso central y ocupan el espacio comprendido entre el cerebro y los huesos del cráneo. Son tres, que desde afuera hacia adentro se conocen como duramadre, aracnoides y piamadre. Por debajo de la aracnoides (espacio subaracnoideo) circula el líquido cefalorraquídeo.

Las meninges se encargan básicamente de proteger al cerebro y de participar en ciertas funciones metabólicas importantes.

Además, debido a que el líquido cefalorraquídeo circula en este lugar, las meninges cobran vital importancia en el mantenimiento de la presión intracraneana y del drenaje de sustancias de desecho de las neuronas.

¿Qué es la meningitis bacteriana?

Es un proceso inflamatorio de las meninges debido a una infección por bacterias. En este caso, dichos microorganismos se adhieren a las meninges (pudiendo llegar a ella por diversas vías como la sanguínea o por heridas abiertas de la piel) liberando sustancias dañinas que ocasionan la activación del sistema inmunitario.

Este proceso desencadena daño celular debido al intento de mantener la infección y eliminar a las bacterias lo más pronto posible.

¿Cuáles son los síntomas de una meningitis bacteriana?

Esto depende mucho de la edad del paciente. En los recién nacidos el cuadro clínico es indistinguible de una sepsis, caracterizado por fiebre, disminución de la temperatura corporal, irritabilidad, aumento de la frecuencia y amplitud respiratoria e inclusive convulsiones.

En los lactantes se añade al cuadro clínico los vómitos y el rechazo de las tomas de leche, además de la frecuente irritabilidad y la rigidez de nuca, que es más típica en los adultos.

En los mayores de un año destaca la fiebre elevada resistente al tratamiento antipirético habitual, el dolor de cabeza y los signos de irritación meníngea que suelen ser reconocidos y evaluados por el médico durante la exploración neurológica.

Estos incluyen los signos de Kernig y Brudzinski. Estos evalúan movimientos musculares involuntarios de los miembros que se producen durante el movimiento de la nuca, la cual suele presentar rigidez en casos positivos de meningitis bacteriana.

¿Cómo se hace el diagnóstico?

meningitis bacteriana diagnóstico
Crédito de imagen: Wikimedia Commons

La combinación de elementos clínicos y de laboratorio permite hacer el diagnóstico oportuno, el cual debe hacerse rápidamente para evitar la aparición de complicaciones.

El principal elemento de laboratorio a considerar es el estudio del líquido cefalorraquídeo. Al estar en estrecho contacto con las meninges, es lógico que parte de las sustancias y bacterias que causan la inflamación estén suspendidas en dicho líquido.

Para obtener una muestra para el análisis es necesario, por lo menos en los adultos, la realización de una punción lumbar.

Este es un procedimiento que se caracteriza por la aspiración de líquido luego de punzar un espacio determinado en la región lumbar. Es un procedimiento simple pero que debe ser realizado con cuidado, debido a la aparición de complicaciones transitorias como la cefalea postpunción lumbar.

Generalmente, el estudio del líquido se divide en dos vertientes que buscan identificar la meningitis bacteriana. Estos son el estudio citoquímico y el cultivo.

El primero de ellos funciona de manera similar a una hematología, y consiste en identificar niveles de glucosa, proteínas, acidez y otros factores importantes. El segundo busca conseguir el crecimiento de bacterias en medios de cultivo determinados para comprobar microbiológicamente la presencia de microorganismos en la muestra.

Si no se diagnostica y trata esta enfermedad, la incidencia de complicaciones es elevada. Estas incluyen abscesos cerebrales, alteraciones hormonales como la secreción inadecuada de la hormona antidiurética y el síndrome de hipertensión endocraneana, entre otras.

Fuentes y referencias:

Artigao F, et al. Meningitis Bacteriana. Asociación Española de Pediatría.

Diego J. Pereira