Sinapsis nerviosa, la base del funcionamiento cerebral

La sinapsis nerviosa es un proceso químico o eléctrico que permite la adecuada supervivencia de las neuronas y, por ende, de todo el organismo.

sinapsis nerviosa
Sinapsis neuronal, obra artística. Crédito: Stephen Magrath. CC0

Las neuronas son células especializadas del sistema nervioso, las cuales contienen varias partes como el soma, axón y dendritas. Estas últimas generalmente están involucradas en la comunicación funcional entre dos o más neuronas, un proceso llamado sinapsis.

Las sinapsis nerviosas pueden ser eléctricas o químicas, siendo este último grupo las más frecuentes. Se caracterizan por la liberación de mediadores bioquímicos conocidos como neurotransmisores, los cuales interactúan rápidamente con estructuras postsinápticas conocidas como receptores.

Si quieres conocer más acerca de este peculiar proceso biológico, este artículo es para ti.

También te puede interesar leer: ¿Cómo se transmite el impulso nervioso?

¿Cómo se organizan las neuronas?

En términos generales, toda neurona tiene una parte central llamada cuerpo o “soma” en la cual se aloja el núcleo y diversas estructuras vitales para la supervivencia de la célula.

De ahí, se desprenden unas ramas llamadas “axones”, unas estructuras alargadas que son abundantes en proteínas que transportan sustancias desde el soma hasta los extremos, llamados dendritas.

Las dendritas son la porción terminal de las neuronas, abundantes y muy ramificadas, las cuales son el punto más importante de contacto con otras células. El proceso funcional (no físico) mediante el cual dos o más neuronas se comunican, se denomina sinapsis.

¿Cuáles son los tipos de sinapsis?

Podemos hablar de dos tipos de sinapsis: eléctrica y la química.

La sinapsis eléctrica es aquella que se produce entre dos neuronas íntimamente cercanas entre sí, gracias a la presencia de canales (proteínas) que permiten la adecuada transmisión de elementos químicos cargados eléctricamente (como el sodio o el potasio) entre dos o más neuronas.

Este tipo de sinapsis, a pesar de que son sumamente rápidas, son raras. Esto probablemente viene influenciado por el hecho de que es difícil para el organismo modular la actividad de dichas neuronas, ya que siempre se produce una misma respuesta independientemente del estímulo.

Por otro lado existen las sinapsis químicas, las cuales se basan en la liberación de mediadores químicos (como su nombre indica) que, luego de interactuar con proteínas especializadas en la membrana postsináptica de una segunda neurona, desencadenan una serie de respuestas intracelulares bastante complejas que se traducen en un efecto determinado.

Los mediadores químicos son llamados en su conjunto neurotransmisores, los cuales interactúan con unas proteínas especializadas en la membrana postsináptica llamadas receptores.

También te puede interesar leer: La importancia de los neurotransmisores en la depresión

¿Qué son los neurotransmisores?

Neurotransmisores en las áreas límbicas del cerebro humano, PET | Dr Jim Myers, Imperial College London. CC BY-NC

Son estructuras químicas sumamente diversas que sirven como mediadores químicos en la sinapsis nerviosa. Estos pueden dividirse en varios grupos, y los más famosos incluyen la adrenalina, noradrenalina, serotonina, dopamina, glutamato y GABA.

Llama la atención que todos ellos están asociados a una función en particular. Por ejemplo, la adrenalina y noradrenalina se asocian al sistema nervioso simpático, mientras que el glutamato se considera la principal sustancia excitadora del cerebro, al contrario que el GABA.

¿Qué son los receptores?

Si bien generalmente se asocia los efectos de una determinada vía nerviosa al neurotransmisor involucrado, es importante resaltar que el papel realmente determinante en una sinapsis nerviosa es el receptor, una proteína especializada que generalmente se ubica en la membrana de la neuronapostsináptica.

Existe gran variedad de receptores, que se diferencian según su alteración luego de la interacción con neurotransmisores.

Todos cambian su conformación química, y la forma en que esto sucede y permite la activación de “segundos mensajeros” permite, finalmente, la producción de cientos de moléculas que generan un cambio celular importante.

También te puede interesar leer: Síncope vasovagal, el desmayo de origen neurohormonal

Fuentes y referencias:

Arthur C. Guyton, John E Hall. Tratado de Fisiología Médica. 12a Ed. Ed. Elsevier. Barcelona (2011).

Snell R.S. Neuroanatomía Clínica. 7ma edición. Wolters Kluwer Health España. Barcelona (2010).

Diego J. Pereira