Los neurotransmisores son un conjunto de sustancias que participan en las sinapsis químicas, cuya interacción con receptores específicos permiten provocar una respuesta determinada.
El descubrimiento de estas sustancias ha permitido comprender muy bien cómo funciona el sistema nervioso, lográndose descubrir las bases moleculares de diversas patologías y la creación de tratamientos específicos para las mismas.
Este es el caso de la depresión, la enfermedad de Parkinson y la esquizofrenia, por mencionar algunos ejemplos.
Es sobre las principales características de los neurotransmisores de lo que hablaremos a continuación.
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Los neurotransmisores participan en las sinapsis
Las neuronas poseen prolongaciones que permiten la comunicación efectiva entre ellas, sin embargo estas nunca se comunican directamente. Es decir, nunca llegan a tocarse, ya que siempre existe un espacio minúsculo conocido como hendidura sináptica.
Esta hendidura sináptica es el espacio natural existente entre dos neuronas relacionadas. Entonces, ¿cómo se comunican estas neuronas si nunca llegan a tocarse? Mediante las sinapsis, que se define como la comunicación funcional y no física entre dos neuronas.
Este proceso puede ser de dos tipos: eléctrico o químico. Por diversas razones moleculares que incluyen el adecuado control y regulación de funciones corporales, la sinapsis química es la más común en el sistema nervioso central.
- Neurotransmisores
- Cualquiera de las aproximadamente 50 sustancias químicas, generalmente una pequeña amina o un péptido, pero también una sustancia como el gas óxido nítrico, por el cual una neurona se comunica con otra neurona o con un músculo o glándula a través de una sinapsis.
Definición de sinapsis extraída del Diccionario de Psicología de Oxford de Andrew M. Colman (2003).
La principal característica de este tipo de sinapsis es que es mediada por una serie de sustancias llamadas neurotransmisores.
Como se comentó anteriormente, son moléculas destinadas a permitir la comunicación entre dos o más neuronas. Esto se logra mediante la liberación de un neurotransmisor proveniente de una neurona presináptica, el cual interactúa con receptores específicos situados en la neurona postsináptica.
Este simple proceso desencadena una serie de respuestas en la segunda neurona que permite un efecto “en cadena” que termina con la ejecución de cualquier función corporal.
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Las respuestas neuronales no dependen del tipo de neurotransmisor, sino del receptor
Siguiendo el ejemplo explicado anteriormente, los neurotransmisores deben interactuar con receptores específicos situados en la neurona postsináptica para poder generar una determinada respuesta.
Estos receptores no son más que proteínas ancladas en la célula postsináptica que, luego de interactuar con ciertas sustancias, cambian su forma y generan una serie de reacciones químicas en cadena que permiten generar cambios metabólicos importantes dentro de la célula.
Lo anterior lleva finalmente al cumplimiento de cualquier función corporal: contracción muscular, liberación de hormonas y vasoconstricción, entre otros.
Si se analiza el caso de cualquier neurotransmisor, como la serotonina, es posible encontrar gran cantidad de receptores específicos para esa sustancia. La activación de algunos receptores van a mediar una respuesta, mientras que la activación de otros van a mediar una respuesta totalmente distinta.
Este detalle es un mecanismo o “truco” para que el cuerpo pueda dividir ciertas funciones corporales optimizando el uso de una sola sustancia, con el objetivo de no invertir energía creando moléculas complejas que sirvan como neurotransmisores.
Con solo pequeños cambios moleculares en la estructura de los receptores, es posible desencadenar gran cantidad de cambios celulares utilizando un mismo neurotransmisor.
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¿Cuáles son los neurotransmisores más importantes?
Esto depende enteramente del sistema que se esté considerando. Por ejemplo, la principal sustancia estimuladora en el cerebro (por su cantidad y potencia) es el glutamato, al contrario que el GABA, un neurotransmisor inhibidor importante. Los niveles de ambas sustancias permiten decidir si se va a activar o inhibir determinada vía nerviosa.
Por ejemplo, si existen muchos estímulos glutamatérgicos, es probable que el paciente desarrolle una convulsión tónico-clónica generalizada. Por el contrario, si aumentan los estímulos gabaérgicos, se pueden aliviar estos síntomas. El juego entre ambas sustancias es la finalidad de los tratamientos antiepilépticos.
Otro ejemplo es la adrenalina y acetilcolina. La primera es una sustancia relacionada con el sistema nervioso simpático, el cual participa en situaciones de lucha o huida aumentando la frecuencia cardíaca, respiratoria y dilatando las pupilas. La acetilcolina participa en el sistema parasimpático, contrarrestando todos los efectos antes mencionados.
Por lo general, siempre que existe un neurotransmisor que cumpla determinada función, existe otro que la contrarresta. Esta es una manera que tiene el organismo para obtener un estado de equilibrio cuando sea necesario.
Otras sustancias importantes son la dopamina (relacionada con la enfermedad de Parkinson) y la serotonina (con la depresión).
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Fuentes y referencias:
Arthur C. Guyton, John E Hall. Tratado de Fisiología Médica. 12a Ed. Ed. Elsevier. Barcelona (2011).
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