La apatía en la enfermedad de Parkinson tiene una alta prevalencia, siendo una causa frecuente de conflictos interpersonales para el enfermo.
Puede ser difícil admitirlo, pero no te interesa nada, ninguna actividad ni ninguna compañía parece motivarte o despertar un mínimo de interés en ti. Levantarte del sofá no parece valer el esfuerzo. En las conversaciones con la familia o con los amigos te limitas a observar. Elena, tu esposa, ya no sabe qué hacer. Te estás cargando tu matrimonio y lo sabes, pero tampoco haces nada.
Lo anterior es una mezcla de varios testimonios recogidos a enfermos de párkinson o sus cuidadores, ambas víctimas de las consecuencias de la apatía, un estado emocional particularmente prevalente entre estos enfermos.
Se estima que entre el 16.5% y el 42% de los enfermos de párkinson padece apatía (Pluck & Brown, 2002), un síntoma caracterizado por la falta de motivación, interés e iniciativa. La persona con apatía tiene problemas para iniciar espontáneamente una actividad y para mantenerla hasta completar el objetivo inicial de la misma. El enfermo se muestra indiferente, con un estado afectivo aplanado.
Es importante diferenciar bien la apatía de la depresión, también común en las personas con párkinson y en las enfermedades neurodegenerativas en general. Los enfermos deprimidos tienen sentimientos de tristeza, de culpa e inutilidad: las personas apáticas más bien no sienten, su afectividad es como una línea recta sin fin.
Causas de la apatía en la enfermedad de Parkinson.
Es importante que enfermos y familiares comprendan que la apatía, esencialmente, es el resultado de los cambios que a nivel bioquímico va provocando la enfermedad en el cerebro de los afectados.
La dopamina es un químico cerebral fundamental para la realización de movimientos voluntarios, pero también para nuestros estados afectivos. En los enfermos de párkinson progresivamente van muriendo neuronas productoras de dopamina, de ahí que los efectos de la enfermedad se reflejen en todas las funciones en las que interviene ese neurotransmisor.
La apatía es más común en los hombres de mayor edad que en las mujeres con párkinson. Parece disminuir al inicio de la enfermedad con el tratamiento dopaminérgico, pero vuelve a aumentar alrededor de los cinco años del diagnóstico. Las investigaciones también han apuntado a que es más común en las personas con deterioro cognitivo. De manera general se considera un indicador de un mayor deterioro físico y cognitivo (Pagonabarraga, Kulisevsky, Strafella, & Krack, 2015).
Tratamiento de la apatía en la enfermedad de Parkinson
No existe un fármaco específico para tratar la apatía en los pacientes de párkinson. Algunos ensayos clínicos han mostrado cierto beneficio del uso de la rivastigmina y también el metilfenidato sin que exista un consenso al respecto. Hablar con el médico sobre las diferentes opciones y la posibilidad de aplicarlas siempre es una estrategia adecuada.
Los enfoques no farmacológicos parecen ser una opción muy recomendable teniendo en cuenta las limitaciones de las terapias farmacológicas. La apatía, evidentemente, supone un reto al enfermo. Elimina aquello que más necesita para luchar contra ella: la motivación. Sabiendo las trampas que puede poner un estado de apatía, es recomendable que la persona afectada:
- Haga una planificación de actividades diarias, tanto aquellas que debe hacer por demandas de la vida cotidiana, como otras por simple placer. Implique a su cuidador/a en esta planificación.
- No solo planifique una agenda diaria, sino que ponga como meta realizar al menos una actividad a la semana de aquellas que antes disfrutaba particularmente, por ejemplo, ir a cenar fuera.
- Duerma las horas necesarias y con la calidad suficiente.
- Enfoque su atención en una tarea a la vez, su objetivo inmediato es ese próximo paso, los otros ya le seguirán.
- Explore, “fuerce” su participación en diferentes actividades hasta que identifique aquella que logre sacarlo, aunque sea temporalmente, de su apatía. Para algunas personas es el yoga, para otros los grupos de autoayuda, la práctica deportiva, etc.
Referencias
García-Ramos (2010). Apatía en la enfermedad de Parkinson.Neurología, 25(01), 40–50. doi:10.1016/S0213-4853(10)70021-9
Pagonabarraga, J., Kulisevsky, J., Strafella, A. P., & Krack, P. (2015). Review discrimination of apathetic syndromes to guide treatment. www.thelancet.com/neurology, 14(14), . Recuperado de http://apps.elsevier.es/watermark/ctl_servlet?_f=10&pident_articulo=90407058&pident_usuario=0&pcontactid=&pident_revista=602&ty=42&accion=L&origen=zonadelectura&web=www.elsevier.es&lan=en&fichero=602v14n05a90407058pdf001.pdf
Parkinson’s Disease Foundation. (2016). Apathy – Parkinson’s disease foundation (PDF) Recuperado de http://www.pdf.org/apathy
Pluck, G. C., & Brown, R. G. (2002). Apathy in Parkinson’s disease.Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry, 73(6), 636–642. doi:10.1136/jnnp.73.6.636