Fármacos como el salbutamol podrían disminuir el riesgo de la enfermedad e incluso enlentecer la progresión del párkinson, gracias a su influencia sobre el gen de la alfa-sinucleína.
Hay investigaciones que gustan, que son atractivas, que tienen una lógica inapelable. Hoy venimos a hablar de una de ellas.
Los resultados fueron publicados en la revista Science y apuntan a que determinados compuestos presentes en medicamentos empleados para tratar el asma, como el salbutamol, pueden ayudar a enlentecer y prevenir el desarrollo de enfermedad de Parkinson.
Los científicos, pertenecientes a centros de investigación en EE.UU, Canadá y Noruega, concluyen que se debe comenzar a probar los fármacos identificados en un grupo de personas con párkinson.
Eso sí, bajo las estrictas condiciones de un ensayo clínico, no vaya nadie ahora a empezar a usar medicamentos que por el momento no han sido testados en personas con la enfermedad.
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Enlentecer la progresión del párkinson con un medicamento para el asma.
Los investigadores partieron de la idea de que, si se lograba reducir la actividad de un gen vinculado al riesgo de párkinson, se podría a su vez disminuir el riesgo de la enfermedad, incluso enlentecer su avance.
El gen es el que codifica la proteína alfa-sinucleína. Sucede que en el cerebro de la mayoría de las personas con párkinson la alfa-sinucleína se acumula formando lo que se conoce como cuerpos de Lewy, unas estructuras redondeadas que resultan tóxicas a las células nerviosas.
Según explican, hasta ahora los fármacos que se han probado teniendo la alfa-sinucleina como diana han buscado limpiar esos depósitos una vez ya están formados. Ahora el enfoque es diferente: quieren encontrar un fármaco que evite la formación de esos cuerpos de Lewy.
Buscando una sustancia capaz de regular el gen de la alfa- sinucleína probaron 1126 compuestos, incluyendo medicamentos ya aprobados, productos naturales, vitaminas o complementos nutricionales.
¿El ganador? Pues destacaron los llamados agonistas del receptor β-2 adrenérgico (β2AR). Que tanta palabra rara no llame al desconcierto: esencialmente significa que ese tipo de compuestos, presentes en varios fármacos aprobados para el tratamiento del asma, eran capaces de disminuir la actividad del gen.
Eran buena noticias, pero había que ir más allá, que para eso son investigadores de Harvard, ¿no? Pues bien, analizaron una base de datos de Noruega que contiene el historial clínico de millones de personas.
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Tomaron como muestra la información acumulada durante 11 años por 4 millones de sujetos. Y sí, en aquellos que usaban salbutamol, un medicamento que se emplea habitualmente para tratar el asma y que es un agonista de β2AR, el riesgo de párkinson era menor.
Y ya para redondear la ecuación encontraron que aquellas personas que habitualmente tomaban propranolol, un fármaco empleado en el tratamiento de la hipertensión y que promueve la expresión de la alfa-sinucleína, tenían un riesgo mayor de párkinson.
Con estos resultados no es de extrañar que los investigadores sugieran que los agonistas de β2AR deben ser estudiados más fondo. Teniendo en cuenta que ya están en el mercado, pasar a ensayos clínicos sería mucho más fácil de lo que sería con compuestos totalmente nuevos ¿Veremos dar este salto? Esperemos que sí.
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Fuentes y referencias
American Association for The Advancement of Science (2017): Compound regulates genetic risk factor in Parkinson’s disease. Disponible en https://eurekalert.org/pub_releases/2017-08/aaft-crg082817.php
Mittal et al. (2017): β2-Adrenoreceptor is a regulator of the α-synuclein gene driving risk of Parkinson’s disease. Science. Disponible en http://science.sciencemag.org/content/357/6354/891