La cefalea cervicogénica ocupa el tercer lugar en incidencia de cefaleas, teniendo características clínicas particulares y un tratamiento variado.
Este tipo de dolor es especialmente común en mujeres adultas y se asocia con el antecedentes de traumatismo (directo o indirecto) en la región cervical.
La clínica es bastante específica (salvo excepciones) e incluye dolor unilateral, originado en la región occipital y que se irradia hacia la porción frontal de la cabeza, asociado de manera infrecuente a náuseas y vómitos.
La cefalea tensional, migraña y neuralgia occipital son algunas de las condiciones comúnmente mencionadas para establecer un diagnóstico diferencial cuando las características clínicas del paciente no son tan evidentes.
Por otro lado, el tratamiento es variado e incluye el abordaje farmacológico con AINES y el uso de métodos invasivos como la denervación por radiofrecuencia. Todos estos aspectos serán descritos a continuación.
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¿Cuáles son las manifestaciones clínicas de esta condición?
Al igual que otros tipos de cefaleas, existe un patrón bastante característico que permite orientar el diagnóstico, aunque el mismo se realiza de manera más específica teniendo en cuenta los antecedentes personales del paciente.
El dolor suele ser unilateral (afecta a un solo lado de la cabeza) que generalmente se inicia en la región occipital (en la parte posterior de la cabeza) y eventualmente puede irradiarse hacia la región frontal (en la parte anterior).
Si bien siempre existe variabilidad, la intensidad del dolor es moderado y puede existir una serie de síntomas adicionales inespecíficos, tales como trastornos gastrointestinales (como náuseas y vómitos), aunque son infrecuentes y pueden prestarse a confusión con un cuadro migrañoso.
Como se mencionó anteriormente, es importante recordar que los antecedentes son vitales para establecer el diagnóstico.
En una buena cantidad de casos la presencia de traumatismos directos sobre la región cervical (o, incluso, los indirectos debido a movimientos de aceleración que suelen suceder en algunos accidentes automovilísticos) son causas de cefalea cervicogénica.
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¿Con cuáles otras patologías se puede establecer el diagnóstico diferencial?
Si bien muchos casos son evidentes (dada la combinación de antecedentes traumáticos con patrones clínicos clásicos), existen algunos pacientes que pueden negar (de manera intencional o no) la existencia del traumatismo o presentar características clínicas atípicas.
En esos casos, existen elementos que hablan a favor de otras patologías que podrían ser similares a la cefalea cervicogénica, aunque con mecanismos de producción totalmente distintos.
La cefalea tensional es, epidemiológicamente, una de las primeras opciones a considerar debido a su frecuencia y, clínicamente, por algunas similitudes. Quizá la más llamativa es el predominio occipital del dolor y la duración crónica del dolor. Sin embargo, la cefalea tensional suele ser bilateral y no está asociada con traumatismos cervicales.
La migraña debe considerarse siempre que los síntomas persistan de manera crónica y existan otros síntomas menos comunes asociados (como las alteraciones gastrointestinales).
Sin embargo, el patrón de localización del dolor es distinto, ya que en la mayoría de los casos los pacientes con migraña refieren el dolor (por lo menos inicialmente) en la porción anterior de la cabeza, al contrario que en la cefalea cervicogénica.
Por último, la neuralgia occipital por afección directa de los nervios de esta región (como el occipital mayor) puede provocar síntomas similares, aunque es más común la presencia de alteraciones sensitivas (conocidas como parestesias) regionales y el carácter lancinante del dolor.
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¿Cómo es el tratamiento de la cefalea cervicogénica?
Dependiendo de la intensidad de los síntomas, el tratamiento inicial puede involucrar analgésicos de uso común (del grupo de los antiinflamatorios no esteroideos) y la fisioterapia.
Eventualmente puede evolucionar a métodos invasivos como la rizotomía (sección quirúrgica de un nervio) y descompresión quirúrgica, aunque son métodos que pueden presentar grandes efectos secundarios y no ser lo suficientemente efectivos para el tratamiento del dolor.
La denervación por radiofrecuencia es una técnica que se basa en la generación de lesiones térmicas dirigidas por un electrodo capaz de afectar el funcionamiento de los nervios seleccionados, con la consecuente disminución de la percepción del dolor.
Es efectiva, aunque suele utilizarse en casos crónicos y refractarios al tratamiento médico debido a que se trata de un método invasivo.
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Fuentes y referencias:
Pareja J, et al. Cefalea cervicogénica. Diagnóstico, diagnóstico diferencial y principios generales del tratamiento. Rev. Soc. Esp. Dolor 2005;12:24-32.
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