Cuando Ana dijo al grupo de amigas que estaba embarazada a nadie le tomó por sorpresa. Ana es para las compis la amiga que va marcando el paso. La que primero encontró el trabajo soñado, la del novio encantador de toda la vida, la que primero se casó en una de esas bodas que se planifican por años. Lo que sí no esperábamos era que a Ana el niño le quitara las ganas de todo; que al preguntar por Carlos, Ana apenas dijera un “está bien, un bebé, ya sabéis”.
La realidad de lo que sucedía, como es común, me tocó escucharla a mí, la amiga psicóloga del grupo. Ana tenía su mundo al revés; sentir llorar a Carlos la desesperaba, lo miraba y para nada salía el amor y el enternecimiento que se suponía debía sentir, darle de mamar ya le pesaba como una esclavitud y recibir la visita de amigos y familiares que solo hablaban del bebé era uno de sus peores momentos.
Las cosas no mejoraban, sino que iban a peor. No era difícil saber qué le pasaba: Ana tenía depresión postparto.
¿Qué es la depresión post parto y cuáles son sus causas?
La depresión post parto es un problema de salud mental que afecta a las mujeres que han dado a luz. Es un tipo de depresión que puede ocurrir semanas o incluso varios meses después del parto, aunque existe un máximo de incidencia entre la cuarta y octava primera semana (). Se estima que entre el 13% y el 19% de las mujeres que han tenido un bebé la experimentan ( O’Hara y McCabe, 2013).
Hay que distinguir la depresión post parto de la tristeza post parto, técnicamente llamada disforia post natal, que suele aparecer entre tres y cinco días después del nacimiento del bebé. Esta última es tan común que se supone afecta al 80% de las madres y dura alrededor de dos semanas. La depresión post parto es un estado de tristeza más marcado y duradero que de no recibir una atención especializada, pone en riesgo el bienestar de la madre y el bebé.
Es importante conocer que este trastorno se debe fundamentalmente a la brusca disminución de hormonas esteroides que experimentamos las mujeres después del parto. A este factor se suman otros de orden psicológico y social que aumentan la vulnerabilidad; por ejemplo, las nuevas responsabilidades que implica tener un hijo, la disminución de las horas de sueño y las expectativas poco realistas alrededor de la maternidad.
Depresión post parto: 10 señales de alarma.
Aunque los síntomas pueden variar de una persona a otra, si padeces depresión post parto te serán familiares varios de los siguientes comportamientos y emociones:
- Te sientes triste, abatida, como si algo estuviese oprimiéndote constantemente.
- Sientes ganas de llorar a menudo, incluso sin razón aparente. Los ojos se humedecen sin apenas darte cuenta.
- Tienes sentimientos de culpa, crees que no eres una “buena madre” y que no eres capaz de cuidar adecuadamente de tu hijo/a.
- Evitas el contacto con los demás, en especial con aquellas que personas que sabes que quieren hablar sobre el bebé.
- Te arrepientes de haberte convertido en madre. Crees que todo estaría mejor si no hubieras dado este paso.
- Tienes problemas para dormir, o por el contrario, lo haces demasiado.
- Te muestras irritada a menudo. Tu pareja o tus otros hijos son objeto de tu mal humor.
- No te sientes cercana afectivamente a tu bebé. Estar con él te hace sentir desesperada.
- Tienes ideas de daño a ti misma o a tu bebé que te generan miedo y ansiedad.
- Al contrario de lo descrito hasta ahora, una madre con depresión post parto también puede mostrarse sobreprotectora, buscando siempre algún signo de enfermedad o peligro cercano a su hijo.
Si te identificas con estas señales y las has sufrido durante semanas sin que sientas alivio, busca ayuda. La depresión post parto es una condición médica y como tal, necesita de atención profesional.