El riesgo de caídas en las personas con párkinson puede ser 19% mayor 10 años antes del diagnóstico. El riesgo de fractura de cadera también es mayor. Los autores sugieren que las manifestaciones clínicamente significativas de la enfermedad pueden estar presentes mucho antes del diagnóstico.
Aunque no las veamos, seguramente existen diferencias entre las condiciones físicas de las personas sanas y aquellas que, aun suponiéndolas sanas en el momento de compararlas, terminan siendo diagnosticadas años después con una enfermedad. Sobre todo en el caso de las enfermedades de larga evolución, como la enfermedad de Parkinson. Cuando una persona es diagnosticada con párkinson, generalmente porque los primeros síntomas se hacen evidentes, la pérdida de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra —las involucradas en los procesos motores— ya alcanza el 30% del total (Fearnley & Lees, 1991), aunque algunas investigaciones llegan a decir que esa cifra escala hasta el 70%. Pero más allá de los signos patológicos que no son observables a simple vista ¿Existen otros cambios más visibles décadas antes del diagnóstico? Una investigación de científicos suecos publicada en la revista Neurology en mayo del pasado año, encontró que hasta 30 años antes del diagnóstico de párkinson las personas experimentan una reducción de la fuerza muscular. El descubrimiento dio lugar a que los científicos se preguntaran si además de esas alteraciones de la fuerza muscular, existían problemas con el equilibrio que se reflejaran en un mayor riesgo de caídas o fracturas de cadera años antes del diagnóstico.
El resultado de la incógnita es un nuevo estudio publicado en la revista PLOS Medicine, en el que encontraron que las caídas que provocan lesiones y las fracturas de cadera son más comunes entre los enfermos de Parkinson que entre la población en general décadas antes del diagnóstico de la enfermedad.
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Enfermos de párkinson: 19 % más de riesgo de caídas perjudiciales 10 años antes del diagnóstico.
La investigación de los científicos de la Universidad de Umeå, en Suecia, tiene la solidez estadística a la que nos tienen acostumbrados los investigadores nórdicos. En un primer momento se analizaron los registros de salud de 24 412 personas diagnosticadas con enfermedad de Parkinson entre los años 1988 y 2012. Esta información la compararon con los datos de los registros de 243 363 personas sin párkinson. Los investigadores encontraron que alrededor de 20 años antes del diagnóstico de la enfermedad, el 18% de los enfermos sufrió una caída que requirió cuidados de urgencia. Entre las personas sanas ese tipo de evento se dio en 11.5% de los casos estudiados.
Después de ajustar el análisis teniendo en cuenta otros factores que pueden influir en el riesgo de caída, encontraron que la enfermedad de Parkinson se asociaba a un 19% más de riesgo de caídas perjudiciales 10 años antes del diagnóstico, y 36% más de riesgo de fractura de cadera 15 años antes del diagnóstico de párkinson.
Pero el estudio va más allá. Tomaron otro grupo de datos correspondientes a 622,333 personas con algún evento de caídas con lesión y lo compararon con los datos de otro grupo que no tenía registrado caídas. Aquí también comprobaron que entre las personas que han experimentado caídas de relativa importancia, la incidencia de párkinson fue ligeramente mayor. Concluyen los autores que el riesgo de ser diagnosticados con enfermedad de Parkinson 10 años después de una caída perjudicial es 18% mayor.
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Aunque la investigación está lejos de poder hablar de causas; no es este un tipo de estudio que busque causas, sino describir lo que ha sucedido y señalar fenómenos relevantes, sí sugiere, según concluyen los autores citados en un comunicado de prensa de PLOS, que:
(…) el deterioro neurodegenerativo clínicamente significativo puede estar presente muchos años antes de la aparición clínica de la enfermedad.
Referencias
Cheng, H.-C., Ulane, C. M., & Burke, R. E. (2016). Clinical progression in Parkinson’s disease and the Neurobiology of Axons. Ann Neurol,67(6), . Disponible en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2918373/
Fearnley, J., & Lees, A. (1991). Ageing and Parkinson’s disease: Substantia nigra regional selectivity. Brain : a journal of neurology.,114, 2283–301. Disponible en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/1933245/
Gustafsson, H., Aasly, J., Stråhle, S., & Nordström, A. (2015). Low muscle strength in late adolescence and Parkinson disease later in life. Neurology., 84(18), 1862–9. Disponible en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25841033
Nyström, H., Nordström, A., & Nordström, P. (2016). Risk of injurious fall and hip fracture up to 26 y before the diagnosis of Parkinson disease: Nested Case–Control studies in a nationwide cohort. PLOS Medicine, 13(2), e1001954. doi:10.1371/journal.pmed.1001954
PLOS (2016, February 2). Parkinson’s disease diagnosis may be preceded by increased risk of injury-causing falls. Eureka Alert. Disponible en http://www.eurekalert.org/pub_releases/2016-02/p-pdd020116.php