Investigadores israelíes intentan responder por qué parece producirse un despertar creativo en muchas personas diagnosticadas con Párkinson. Concluyen que los medicamentos para el párkinson estimulan la creatividad.
Padecer una determinada enfermedad habitualmente significa una cascada de síntomas y consecuencias muchas veces impredecible.
El ejemplo más sencillo es el de un dolor muscular que lleva a tomar antiinflamatorios no esteroides y estos a su vez provocan alteraciones digestivas.
La enfermedad de Parkinson no es la excepción. Ya hemos hablado de algunos efectos a largo plazo de la toma de medicamentos para controlar los síntomas de la enfermedad como son los movimientos involuntarios denominados discinesias.
En medio de tantos factores negativos que rodean la enfermedad parece surgir también una rara ventaja, las personas con enfermedad de Parkinson pueden ver estimulada su creatividad.
Este hecho llamó la atención de la neuróloga israelí Rivka Inzelberg. Ella intenta desde hace años encontrar las causas del despertar creativo de personas con párkinson.
Citada en la web del Ministerio de Relaciones Exteriores Israelí, explica el origen de la investigación:
Comenzó con mi observación de que los pacientes con Párkinson tienen un especial interés por el arte y tienen aficiones creativas incompatibles con sus limitaciones físicas.
En el año 2013 ya publicó un primer estudio sobre la creatividad en personas con Párkinson y este año 2015 en una investigación publicada en la revista Annals of Neurology da un paso adelante intentando responder al por qué.
Las causas parecen estar en la medicación para estimular la producción de dopamina que toman las personas con la enfermedad.
Inzelberg dice que hay una larga tradición que vincula la dopamina a más creatividad, pone el ejemplo de Van Gogh o más concretamente la de un paciente suyo, de profesión dramaturgo, que deseaba tomar más fármacos porque en su opinión lo ayudaban en el trabajo.
La dopamina libera la creatividad
En el estudio Inzelberg y un grupo de investigadores del Centro Médico Sheba y de la Universidad de Bar-llan analizaron a 27 personas con Parkinson que estaban bajo tratamiento por la enfermedad y otras 27 personas sanas que constituían el grupo control.
Se evaluó mediante diferentes instrumentos variables cognitivas como el lenguaje, afectivas como la depresión e indicadores de creatividad valorados con test específicos como el Tel Aviv Creativity Test.
De forma general se constató que las personas bajo tratamiento con fármacos que estimulan la producción de dopamina mostraron una mayor creatividad visual y verbal en comparación con el grupo control.
Para los autores del estudio las causas pueden estar relacionadas con que estos fármacos actúan mediante la reducción de la inhibición latente resultando en una ampliación de la red de asociación y un pensamiento divergente enriquecido.
Inzelberg aclara que no en todas las personas con párkinson se despertará un interés artístico pero opina que las clases y actividades relacionadas con el arte pueden reportar notables beneficios a los enfermos.