La memoria de trabajo es fundamental en el aprendizaje, para el éxito escolar y en el día a día. Durante el envejecimiento es uno de los procesos que más deteriora. En enfermedades como el alzhéimer, llega un momento en que prácticamente no existe.
Ponte en mi lugar por unos pocos segundos: para hacer este texto sobre la memoria de trabajo (MT) tengo que recordar información almacenada desde hace muchos años, pero también tengo que tener presente información nueva que voy recopilando, por ejemplo, artículos científicos que he revisado hace apenas 5 minutos.
Esa información la tengo que tener “a mano”, porque la voy a usar para hacer el artículo. La voy a manipular para construir ideas que a ti te suenen coherentes.
Después de usar lo que necesito posiblemente la información nueva la olvide casi completamente, mientras que esa que conozco desde hace años deje de tenerla presente hasta que la vuelva a necesitar.
¿Qué es? Definición de memoria de trabajo y sus componentes
Por si eres de los que prefiere un buen concepto a varios ejemplos, aquí te va la definición de memoria de trabajo más conocida:
Conjunto de procesos mentales encargados del almacenamiento y la manipulación de la información de manera temporal” (Baddeley & Hitch, 1974).
Baddeley y Hitch fueron los que propusieron el modelo de memoria de trabajo más conocido en la actualidad.
Ellos plantearon que la MT tiene varios componentes, lo que algunos ven como tipos de memoria de trabajo.
Dos de los componentes de la memoria de trabajo están relacionados con el almacenamiento de la información, tanto visual y espacial como numérica y verbal.
Un tercer componente sería el responsable de manipular toda esa información almacenada temporalmente, tanto activando la que necesitamos, como inhibiendo la que ya no es útil.
El cuarto componente de la memoria de trabajo, identificado en el año 2000, se relaciona con la utilización en el presente de información que tenemos almacenada desde hace años, la memoria de hechos concretos enmarcados en un momento determinado.
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Ejemplos de memoria de trabajo
¿Llegas al súper y se te olvida lo que tenías que comprar?
¿Sacar cuentas no se te da muy bien?
¿Si te dan varias instrucciones al mismo tiempo te quedas sin saber qué hacer?
Si la respuesta a alguna de estas preguntas es sí, esa es la memoria de trabajo diciéndote que ella es especial, pero con limitaciones muy humanas.
Otros ejemplos de memoria de trabajo:
- Seguir una conversación: Mantener en mente lo que alguien acaba de decir mientras formulamos nuestra respuesta.
- Matemáticas mentales: Calcular mentalmente la propina en un restaurante sin usar papel o calculadora.
- Lectura comprensiva: Recordar el comienzo de una oración mientras se lee hasta el final para comprender su significado completo.
- Instrucciones de varios pasos: Recordar una lista de instrucciones breves sin necesidad de volver a consultarlas.
- Puzzle o rompecabezas: Mantener en mente las piezas que necesitas encontrar mientras visualizas el resultado final deseado.
¿Un último ejemplo? Este es clásico y muy usado, quizás porque todos lo entienden: cuando te dan un número de teléfono que quieres anotar (los que todavía realizan ese acto casi vintage en tiempos de smartphones) la memoria de trabajo es la que te permite tener activa esa información por pocos segundos, una vez lo anotas, desaparece casi mágicamente.
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Memoria de trabajo, un bien preciado pero limitado
Es difícil hacer dos cosas a la vez, ¿verdad? Al menos dos cosas que lleven tu participación activa, que si una ya la tienes automatizada esa sí es más fácil.
Es lo que tiene la memoria de trabajo, es limitada en tiempo y en el número de informaciones que podemos retener y manipular.
Seguramente has escuchado que siete es el número mágico. Que esa es la cantidad máxima de información aleatoria que podemos almacenar en la memoria a corto plazo.
Y aunque la memoria de trabajo es un tipo de memoria a corto plazo, sus leyes son otras. El siete es demasiado optimista y se habla de que podemos asimilar no más de 4 o 5 unidades de información a la vez.
Y esto último también depende de la complejidad de la información. Por ejemplo, podemos retener más dígitos que letras y más palabras cortas que largas.
¿Y cuánto dura? Pues se considera que, si no vamos a usar la información reiteradamente, la duración en la memoria de trabajo es de entre 10 y 15 segundos. Después de eso, seguramente pidas que te repitan el número de teléfono.
Importante: si una actividad pone sobre tu memoria de trabajo una cantidad de información que sobrepasa tu capacidad o exige que la retengas por un tiempo excesivo, entonces lo más probable es que no puedas resolver la situación de forma exitosa…a menos que acudas a las estrategias que pueden ayudarte a mejorar el rendimiento de tu memoria de trabajo, un tema que sin dudas tocaremos en un próximo artículo.
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Referencias
Cowan, N. (2008). What are the differences between long-term, short-term, and working memory? Progress in Brain Research, 169, 323–338. http://doi.org/10.1016/S0079-6123(07)00020-9
López,M. (2011): Memoria de trabajo y aprendizaje: aportes de la neuropsicología. Cuad. Neuropsicol. Vol. 5 Nº 1; 25 – 47.
Sadie f. Dingfelder (2005): A workout for working memory. APA (36) 8. Disponible en http://www.apa.org/monitor/sep05/workout.aspx