Cefalea matutina: las cuatro claves para comprenderla


La presencia de dolor que despierta a los pacientes por las mañanas y sigue un patrón muy fácilmente identificable son las características que definen a la cefalea matutina.

cefalea mixta

Pocos síndromes clínicos establecen una perfecta relación entre baja frecuencia y fácil identificación clínica. La cefalea matutina es un ejemplo de ello, siendo especialmente reconocible gracias a la presentación horaria que la caracteriza y su asociación con el sueño.

Existen una serie de datos importantes para comprender de manera integral esta patología, y sobre eso lo que venimos a comentar el día de hoy.

Es un trastorno poco frecuente y de reciente descubrimiento

También es llamada cefalea del despertador y fue descrita a finales de la década de los noventa, por lo que es considerada la última cefalea primaria descrita hasta el momento. A pesar de que en su primera descripción se documentaron muy pocos casos, parece que la incidencia de la patología va en aumento.

Se caracteriza por dolor generalmente en adultos de mediana edad (a partir de los 50 años) que suele ser intenso e interrumpe el sueño del paciente, lo cual ha permitido postular la posible participación de los cambios moleculares que existen en el cerebro durante este período en la génesis de la enfermedad.

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La cefalea matutina está estrechamente relacionada con el sueño

El dolor puede desarrollarse en cualquier momento, pero siempre en asociación con el sueño. De hecho, puede haber periodicidad en la presentación de estos cuadros clínicos.

Se plantea que la aparición de los trastornos moleculares que conllevan a la generación del dolor aparezca durante la fase REM del sueño (en la que se producen movimientos oculares rápidos), a pesar de que existen varias excepciones asociadas a los casos crónicos de esta entidad.

cefalea matutina

De hecho, se plantea que uno de los desencadenantes más fuertes para empezar a sufrir de esta enfermedad son los cambios en los patrones del sueño (por ejemplo, por cambios en horario de trabajo) y no siempre está asociado con los sueños cortos diarios en horas de la tarde, probablemente porque estos episodios nunca llegan a la fase REM.

Las características clínicas son muy particulares

Como se comentó anteriormente, suele afectar a adultos a partir de los 50 años de edad. El dolor siempre aparece en relación al sueño y provoca que los pacientes se despierten, logrando así una sensación de incomodidad bastante pronunciada. Por suerte, la duración de estos episodios es relativamente breve (de veinte minutos a una hora), aunque existen casos atípicos.

La localización del dolor también puede variar ampliamente (pudiendo afectar de manera continua a todo el cráneo o presentarse de manera difusa), presentando un carácter pulsátil (por lo que tiende a ser intermitente) y, por suerte, la intensidad generalmente es leve.

Es importante acotar que durante el resto del día los pacientes no suelen presentar cefalea ni trastornos como la migraña.

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Tiene características en común con la cefalea en racimos




La cefalea de Horton parece guardar una cierta relación con esta entidad, por lo menos en materia de fisiopatología.

La primera evidencia que respalda esta afirmación es el hecho de que ambas patologías parecen desarrollarse durante el período de sueño REM antes mencionado, además de asociarse a mecanismos temporales tipo reloj biológico (es decir, que la aparición de los episodios dolorosos está predeterminada y se da de manera espontánea siguiendo un patrón establecido).

En este sentido, se ha postulado el papel de la serotonina como un neurotransmisor importante en la regulación de dicho reloj biológico, además de la melatonina, una sustancia que participa mucho en la génesis del sueño.

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Fuentes y referencias:

Morales F. Síndrome de cefalea hípnica. Rev. Soc. Esp. Dolor. 1999; 6:363-367

Diego J. Pereira