La actividad de diferentes áreas del cerebro se altera durante el desarrollo del fenómeno adictivo. Por esta razón, el estudio de la relación que existe entre la anatomía y la neurofisiología del sistema mesolímbico resulta importante.
Se entiende por sistema mesolímbico a uno de los principales circuitos dopaminérgicos cerebrales, el cual conecta el mesencéfalo con el sistema límbico.
Va desde el área ventral tegmental hasta el núcleo accumbens y conecta en su trayectoria con otras estructuras como la amígdala e incluso la corteza prefrontal.
Las terminales dopaminérgicas que llegan al núcleo accumbens son el sitio de acción de las drogas adictivas, las cuales provocan un aumento en la liberación de dopamina en este núcleo.
Los estudios sobre las adicciones han demostrado que las células dopaminérgicas del área ventral tegmental estimulan el núcleo accumbens donde hay receptores de tipo D1 (excitación) y D2 (inhibitorio).
Cuando el área ventral tegmental se activa libera dopamina, la cual activa los receptores D1. Esto puede ocurrir ante la presencia de reforzadores naturales y artificiales, como son las drogas de abuso.
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Estructuras del sistema mesolímbico
Las conexiones que existen entre el área ventral tegmental y el núcleo accumbens, forman el sistema de recompensa o el sistema límbico motor, área cerebral de los trastornos adictivos, el cual funciona con base en dos estructuras:
- Neuroanatómica: representada por proyecciones del hipotálamo lateral, la corteza prefrontal, el tálamo dorsomedial, el hipocampo y el área ventral tegmental.
- Neurofisiológica: representada por cuatro sistemas de neurotransmisores que son la dopamina, la serotonina, los péptidos opioides y el ácido gamma-aminobutírico.
Características de la dopamina
La dopamina es un neurotransmisor endógeno, producido a partir del aminoácido tiroxina.
Está relacionada con las funciones motoras, las emociones y los sentimientos de recompensa o placer.
Se encuentra en regiones del cerebro como el hipotálamo (respuesta hormonal), la sustancia nigra (motora) y el sistema límbico (emociones y placer), por eso guarda relación con el funcionamiento del circuito de recompensa.
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Dopamina y drogas de abuso
Las drogas como la cocaína, los opioides, el alcohol y la nicotina, promueven la liberación de la dopamina y causan hiperactividad de la misma, que se traduce en sensación de placer, creando así memoria de esa acción.
La literatura informa que al incrementarse el consumo de alcohol, se pierde la sensibilidad de los receptores de dopamina que eventualmente se destruyen y como consecuencia, hay hiperactividad de la dopamina circulante.
Esta situación a su vez genera una mayor dependencia al alcohol.
Así, a medida que se aumenta la dosis de la sustancia de abuso, se libera mayor cantidad de dopamina, disminuye el número de receptores y por tanto se hace necesario para el consumidor incrementar la dosis habitual para sentir el mismo efecto.
Cirugía ablativa o de extirpación: un posible tratamiento
Por esta razón se cree que una forma de tratamiento contra la dependencia a las sustancias de abuso sería por medio de la cirugía ablativa en el núcleo accumbens, con el fin de interferir en el circuito de recompensa o con los síntomas que están relacionados con la adicción.
La neurocirugía como estrategia contra los trastornos psiquiátricos desde su comienzo ha encontrado posiciones en contra y a favor, algunos de los detractores afirman que su aplicación no es totalmente segura o que se trata de una práctica rara y por tanto no existe experiencia en este tipo de proceder.
Los que están a favor se apoyan en que la cirugía ablativa brinda una opción de tratamiento para aquellos cuya respuesta farmacológica no es la correcta, ya sea porque existen efectos adversos o porque no se adhieren adecuadamente al tratamiento.
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Bibliografía
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