Un estudio clínico de la Universidad de Cambridge sugiere que la estimulación cerebral profunda podría resultar el tratamiento más efectivo para pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo que no responden a las terapias que hay actualmente en el mercado.
Los que hemos visto la serie del detective Adrian Monk ya no nos sorprendemos ante las llamativas conductas del curioso personaje. El protagonista de la popular serie de la cadena televisiva USA Network posee un talento especial para resolver crímenes y, al mismo tiempo, un desorden que le provoca conductas compulsivas y fobias extremas.
Sin embargo, el llamado Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) no es una invención para la pantalla. Se caracteriza por la persistencia de comportamientos compulsivos e ideas recurrentes que producen temor o aprensión. Este desorden afecta aproximadamente al 2.5% de la población mundial.
El TOC tiende a reducir drásticamente la calidad de vida de la persona afectada. Un caso claro de lo antes dicho fue publicado en el año 2013 por el Industrial Psychiatry Journal: un adolescente de 12 años bajó su rendimiento académico de forma alarmante, ¿la causa? Imágenes intrusivas y constantes de personas peleando o sangrando, algo totalmente inusual para él.
El joven era incapaz de detener estos pensamientos, lo cual le provocaba palpitaciones, miedo y falta de concentración. Por otra parte, al perder su capacidad para estudiar, las relaciones con su familia se resintieron. Nadie podía comprender lo que le pasaba. Solo dos años después de que comenzaron los síntomas, la madre decidió llevarlo al especialista donde fue diagnosticado y tratado.
El agotamiento físico y mental que produce esta condición conlleva en muchos casos discapacidad. Por esa razón es esencial encontrar un tratamiento que permita la recuperación efectiva de los pacientes.
Los tratamientos más usuales incluyen terapia cognitivo – conductual y fármacos inhibidores de la recaptación de serotonina como el Prozac o fluoxetina. Sin embargo, alrededor del 40% de los pacientes no muestran signos de mejoría.
Un equipo de investigadores británicos exploró la viabilidad de la Estimulación Cerebral Profunda como tratamiento para pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo severo. Los resultados de su investigación se publicaron recientemente en la revista Biological Psychiatry.
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Estimulación cerebral profunda: un tratamiento emergente
La Estimulación Cerebral Profunda (ECP) es un tratamiento quirúrgico mediante el cual se implantan neuroestimuladores que envían impulsos eléctricos a zonas específicas del cerebro. Esta terapia ha sido utilizada en la enfermedad de Parkinson en fase avanzada, pero solamente cuando se han agotado todas las opciones de tratamiento.
El estudio recientemente publicado en Biological Psychiatry sugiere la ECP como una oportunidad viable para mejorar el bienestar y la calidad de vida de pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo.
Su afirmación se basa en la realización de un ensayo doble-ciego con seis pacientes con trastorno obsesivo compulsivo y resistentes al resto de los tratamientos habituales.
Se monitoreó y comparó el efecto de los neuroestimuladores en dos zonas del cerebro previamente reportadas como importantes en el desarrollo de la enfermedad: el núcleo subtalámico y la cápsula ventral. El estudio tuvo una duración de 9 meses.
De acuerdo con los autores, la estimulación combinada de ambas zonas redujo los síntomas de forma efectiva, mientras que la estimulación individual del núcleo subtalámico mejoró la capacidad de adaptarse a nuevas reglas o situaciones (flexibilidad cognitiva).
La actividad sobre la cápsula ventral tuvo una influencia positiva sobre el estado de ánimo de los pacientes. De hecho, uno de los participantes afirmó sentirse alegre y listo para vivir independiente por primera vez en 10 años. Estos resultados parecen indicar que la ECT podría actuar sobre distintos circuitos cerebrales aliviando la depresión, las fobias y compulsiones de las personas con este trastorno en su forma más severa.
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Perspectivas para el tratamiento del Trastorno Obsesivo – Compulsivo
De acuerdo con la profesora Eileen Joyce del Queen Square Institute of Neurology, líder de la investigación, este es el primer estudio que compara los efectos de la estimulación cerebral profunda en dos zonas distintas del cerebro.
Sin embargo, se precisarán estudios a largo plazo, que incluyan un mayor número de pacientes femeninos y masculinos para realmente validar este método. La edad de los involucrados puede ser otra variable que deberá tenerse en cuenta.
De cualquier manera, esta colaboración entre especialistas del Colegio Universitario de Londres, la Universidad de Cambridge y otras instituciones británicas, proporciona una nueva esperanza de recuperación para las personas con trastorno obsesivo-compulsivo que no hayan alivio en las alternativas terapéuticas que hay ahora mismo en el mercado.
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Fuentes bibliográficas
Himanshu Tyagi et al. A Randomized Trial Directly Comparing Ventral Capsule and Anteromedial Subthalamic Nucleus Stimulation in Obsessive-Compulsive Disorder: Clinical and Imaging Evidence for Dissociable Effects. Biological Psychiatry (2019). En: http://www.biologicalpsichiatryjournalk.com/article/S0006-3223(19)30063-0/fulltext
University of Cambridge. Deep brain stimulation may significantly improve OCD symptoms, study suggests (2019, 7 de marzo). En: https://medicalxpress.com/news/2019-03-deep-brain-significantly-ocd-symptoms.html
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