Un amplio estudio de imágenes del cerebro obtenidas a través de resonancia magnética concluye que los primeros cambios se dan en el hipocampo y estos ocurren alrededor de la cuarta década de vida. Algo semejante sucede con otras alteraciones que también surgen en este periodo.
Miles de imágenes por resonancia magnética de pacientes con alzhéimer, con deterioro cognitivo leve (un estado que en muchos casos es el paso previo a la demencia) y de sujetos sanos añade más evidencia a la concepción de que el alzhéimer es una enfermedad que comienza a ocasionar las primeras alteraciones décadas antes de que los síntomas sean evidentes.
Si se toma en cuenta como indicadores de la enfermedad los cambios que se pueden detectar a través de resonancia magnética, específicamente la llamada atrofia cerebral (pérdida de volumen de estructuras del cerebro), ya existen diferencias entre las personas sanas y aquellas que están desarrollando alzhéimer poco antes de los 40 años, edad que parece crítica en la enfermedad.
A estas conclusiones llegaron los autores de un estudio recientemente publicado en la revista Scientific Reports en el que se persiguió describir los cambios a lo largo de la vida que experimenta el cerebro de las personas con alzhéimer en comparación con personas sanas.
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Más de 4000 imágenes por resonancia magnética para describir los cambios que provoca el alzhéimer
En este impresionante estudio se logró analizar imágenes por resonancia magnética de 1877 personas menores de 55 años sin deterioro de las funciones intelectuales (sujetos sanos, sin deterioro cognitivo), 959 personas con deterioro cognitivo leve y 426 pacientes con enfermedad de Alzheimer.
Los investigadores construyeron un modelo de la trayectoria del envejecimiento normal del cerebro y un modelo con la trayectoria de las personas que terminan desarrollando alzhéimer.
La comparación entre los dos modelos permitió detectar los primeros cambios que se producen en algunos de los biomarcadores más conocidos de enfermedad de Alzheimer.
Por ejemplo, el hipocampo es la estructura cerebral que más tempranamente parece recibir el impacto del alzhéimer. Ya se detectan las primeras diferencias entre personas sanas y aquellas con alzhéimer y deterioro cognitivo leve antes de los 40 años, entre los 37 y los 39 años.
El hipocampo es una estructura del cerebro ubicada en el lóbulo temporal que está estrechamente vinculada a la memoria.
A la atrofia del hipocampo parece seguirle la atrofia de la amígdala alrededor de los 40 y los 44 años. La amígdala es una estructura muy conocida por su participación en los procesos emocionales.
Su deterioro en los pacientes con alzhéimer se ha relacionado con la pérdida de habilidad para el procesamiento emocional y los déficits olfativos tempranos, ya que también está vinculada con el olfato.
A los investigadores les llamó la atención que, en relación a su tamaño, la atrofia de la amígdala es más pronunciada que la del hipocampo.
La dilatación de los ventrículos laterales, otro de los cambios más conocidos que provoca el alzhéimer, ocurre al final de la tercera década de vida y a inicios de la cuarta.
Los ventrículos cerebrales son cavidades llenas de líquido cefalorraquídeo que durante la enfermedad de alzhéimer se dilatan debido a la pérdida de tejido cerebral.
Los investigadores hacen notar que las diferencias entre personas sanas y aquellas con alzhéimer o deterioro cognitivo leve en relación a la dilatación de los ventrículos es significativa en la mediana edad, pero alrededor de los 65 años ya deja de ser notable, debido a que en el envejecimiento cerebral normal también ocurre este cambio.
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La cuarta década de vida, clave en el desarrollo del alzhéimer
Vistas las conclusiones de este estudio resulta notable cómo los cambios relacionados con la atrofia cerebral en el alzhéimer se precipitan alrededor de la cuarta década de vida.
Los investigadores opinan que:
Los factores de estilo de vida de este período crítico pueden tener un impacto específico en el hipocampo, aumentando la vulnerabilidad a la demencia”.
Numerosos estudios han observado que hay factores relacionados con el estilo de vida, como la dieta, la actividad física o el tabaquismo que pueden influir en el riesgo de una persona de desarrollar alzhéimer y, consecuentemente, demencia.
Aunque el estudio tiene limitaciones importantes, como el hecho de que no siguió durante años la evolución de un mismo grupo de personas, algo que se considera óptimo cuando se va a analizar un proceso dinámico como los cambios a lo largo del ciclo vital de diferentes estructuras cerebrales, sí es verdad que la cantidad de imágenes por resonancia magnética analizadas le confiere un valor especial.
Sus resultados coinciden en gran medida con estudios previos que apuntan al hipocampo y al lóbulo temporal en general como el lugar en el que el alzhéimer comienza a dejar sus primeras huellas.
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Fuentes
CNRS (2019): Alzheimer’s: How does the brain change over the course of the disease? En https://www.eurekalert.org/pub_releases/2019-03/c-ahd030819.php
Coupé, Pierrick; Manjón, José Vicente; Lanuza, Enrique; Catheline, Gwenaelle (2019): Lifespan Changes of the Human Brain In Alzheimer’s Disease. Scientific Reports. En https://www.nature.com/articles/s41598-019-39809-8#ref-CR64