Aunque no recuerda tu nombre, aún disfruta contigo, aunque ya no se reconoce a sí misma en el espejo, es perfectamente capaz de experimentar emociones. Ya no puede sostener una conversación con la lógica de todos, pero aún gusta de hablar desde su actual realidad.
Que si una buena alimentación para que no pierda peso, que si estimulación cognitiva para intentar mantener las capacidades que aún tiene, que si la medicación para mejorar un poco su estado…¡hey! ¿Y qué tal algo para simplemente hacerle sentir bien, que disfrute?
Estamos tan ocupados con las tareas más tradicionales del cuidado (aseo, alimentación, vestir, etc.) y las extras que nos recomiendan todos los expertos (estimulación cognitiva, actividad física), que es normal que pasemos por alto algo tan básico como simplemente crear momentos en que la persona se sienta bien.
Nos despertamos ya ansiosos por la primera tarea que tenemos que hacer y al poco de haberla comenzado, ya estamos pensando en la siguiente. Poco espacio queda a la improvisación y al más simple disfrute
Para mí siempre es importante recordar que aunque la persona ya no pueda reconocer a quienes le rodean, en muchos casos ya no puede reconocerse ni a sí misma, sigue teniendo necesidades y emociones como todos, sigue siendo capaz de disfrutar.
Llegado determinado punto ya no es fácil saber realmente qué le puede gustar (el propio afectado ya no será capaz de saberlo ni de comunicarlo) y es ahí donde debemos estar atentos a sus reacciones en el día a día.
Prueba con algunas actividades y observa su comportamiento, fíjate si se siente cómodo o por el contrario, le produce ansiedad. Si lo rechaza, es mejor no insistir en que lo haga.
A continuación te propongo algunas actividades que puedes intentar, son fáciles y pueden llegar a reportar un gran placer a la persona afectada.
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Habla de un tema que sabes que disfruta
Yo conocí a un afectado por alzhéimer al que la mayoría de quienes le rodeaban intentaban evitar. La causa era que resultaba una persona muy huraña, a la que todo le molestaba y se negaba a hacer casi cualquier tipo de actividad.
“Casi” porque si esa actividad giraba alrededor de un tema, esa persona mágicamente cambiaba de actitud y era la más participativa de todas, ¿cuál tema? ¡El fútbol!
Durante toda su vida fue un gran futbolero y aún el alzhéimer no había podido borrar el hincha del Real Madrid que había en él (sí, era del Madrid, la historia no puede ser perfecta).
Lo que quiero decirte con esta anécdota es que intentes encontrar ese tema que aún logra despertar la ilusión de la persona afectada. Puede ser hablar de sus hijos, de su antiguo trabajo o simplemente de cocina.
Interactúa con una mascota
Hay algo muy instintivo y profundo en esa especie de encanto instantáneo que ejercen los animales de compañía sobre los humanos, específicamente cuando son pequeños.
Ves el cachorro de un perro y aunque en realidad nunca has pensado en tener una mascota, se te cae la baba ante esos movimientos torpes.
Que una persona tenga alzhéimer no evita que siga teniendo ese impulso amacachorros dentro, al contrario.
¿No tienes mascotas? No importa, seguramente algún familiar o amigo tendrá. Pídele que la próxima vez que venga a visitarte lo traiga y se lo presente a la persona con alzhéimer, te sorprenderá las buenas migas que harán.
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Vayan a lugares que sabes que siempre ha disfrutado
Conocí a una persona con demencia que no le gustaba salir de su casa, le ponía muy ansiosa todo el tráfico y el ruido. Sin embargo, le encantaba caminar por el pasillo exterior de su casa y simplemente asomarse en el frente, mirar su calle de toda la vida y regresar.
Así de simple. Los habrá que todavía disfrutan de ir a ver escaparates y otros de ir al bar a tomar un café con su pareja o amigos.
Estas son posibilidades más factibles en fases leves y moderadas de la enfermedad, pero en fase avanzada, aunque haya que llevar a la persona en una silla de ruedas porque su movilidad está reducida, podemos intentar ir a lugares que sabemos que siempre ha disfrutado, por ejemplo, a misa.
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Atrévete con la música
Cantar o escuchar música posiblemente sea la actividad que más se recomienda a las personas con alzhéimer y es así porque suele funcionar muy bien. Poner la música que siempre le ha gustado a la persona con demencia e invitarla a tararear puede regalarles un momento muy placentero.
Recuerdo ir por un pasillo con tres personas con demencia a mi alrededor e ir todos cantando alegremente, así que sí, es una actividad que siempre recomiendo.
Siéntate, tómale la mano y simplemente hagan…nada (o vean la tele, que es más o menos lo mismo)
Para las personas con alzhéimer y para todos en general: hay veces que lo mejor que podemos hacer es sentarnos, respirar y abrazar la nada.
Realmente no tenemos que estar todo el tiempo haciendo algo. Conozco a alguien que trabaja en un centro para personas con parálisis cerebral y en alguna ocasión me ha comentado la rutina que tienen los usuarios ¡No sé cómo aguantan! Nunca están sin hacer nada, nunca.
Siempre hay que participar en una clase, recibir rehabilitación o ponerse a dibujar.
Pues bien, si eres familiar de una persona con alzhéimer, de vez en vez para, tómale de la mano con todo el amor del mundo y simplemente descansen, disfruten de ese contacto y de estar juntos.
El viaje del alzhéimer es largo, difícil y las recompensas hay que encontrarlas en esos detalles.
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