Una investigación encuentra que las condiciones durante el embarazo pueden condicionar el envejecimiento ¿Podemos comenzar a envejecer antes de haber nacido?
Todos marchamos poco a poco hacia la vejez. A medida que pasan los años ganamos conciencia de esa gran verdad pero ¿cuándo comienza a desencadenarse el proceso de envejecimiento? Una investigación realizada por un equipo internacional de investigadores dirigido por la Universidad de Cambridge sugiere que el envejecimiento comienza mucho antes de lo que suponíamos, incluso antes de nacer, y que las condiciones ambientales del útero materno son factores determinantes. Veamos de qué se trata.
Las condiciones durante el embarazo condicionan el proceso de envejecimiento.
Los seres humanos poseemos 23 pares de cromosomas donde está grabada nuestra información genética. Los telómeros son los extremos de esos cromosomas y su principal función es evitar que ellos se deshilachen como un cordón que ha perdido el plástico de la punta. A medida que envejecemos estos telómeros se vuelven más cortos y los científicos han considerado que pueden utilizarse para medir el envejecimiento.
Basándose en eso, el estudio del hablamos —financiado por la British Heart Foundation— se centró en medir la longitud de los telómeros en los vasos sanguíneos de ratas de laboratorio adultas nacidas de madres que fueron o no alimentadas con antioxidantes en embarazos normales y con complicaciones.
La complicación más frecuente en el embarazo es la reducción del oxígeno al que el bebé puede acceder. En los seres humanos esta complicación ocurre con frecuencia debido al hábito de fumar en mujeres embarazadas. Para simular esta complicación, los investigadores colocaron un grupo de ratas de laboratorio embarazadas en una habitación con un contenido de oxígeno de un 7% menos que lo normal.
Al finalizar la investigación se encontró que las ratas adultas nacidas de madres con menos oxígeno durante el embarazo tenían telómeros más cortos que las ratas nacidas de un embarazo sin complicaciones, es decir, que las primeras envejecían más rápido.
Las ratas nacidas de embarazos complicados también tenían más riesgos de padecer enfermedades del cardiovasculares. Sin embargo, cuando las madres con embarazo complicado habían recibido antioxidantes, su descendencia tenía menos riesgo de este tipo de enfermedades. A su vez las ratas nacidas de embarazos sin complicaciones y de madres que consumieron antioxidantes también se vieron favorecidas con telómeros mas largos, es decir con más juventud que el resto de las ratas de la misma edad.
¿El ritmo del envejecimiento está determinado incluso antes de nacer?
Las implicaciones de este estudio son sumamente interesantes. En primer lugar, colocan las claves del envejecimiento incluso antes de que hayamos nacidos, dando un papel esencial a las condiciones ambientales del útero. Y si bien los antioxidantes como el tomate, el ajo, el café y el té, entre otros eran ampliamente conocidos por retrasar el envejecimiento, de este estudio parece deprenderse que sus beneficios son ciertos incluso cuando llegan a nosotros a través de la dieta de nuestras madres. El estudio, por supuesto, no fue realizado con humanos, pero los científicos tienen buenas razones para creer que esto es también aplicable a nuestra especie.
Por otro lado, las complicaciones en el embarazo parecen estar ligadas al riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Pero por ahora los mecanismos implicados quedan solo como tentación para futuras investigaciones. Mientras esperamos resultados que esclarezcan más el asunto, empecemos a hacer lo que está en nuestras manos: si estás embarazada, no fumes y consume alimentos ricos en antioxidantes, tu hijo te lo agradecerá durante una larga vida.
Referencias
CAM. Old before your time: Study suggests that ageing begins in the womb. Disponible en http://www.cam.ac.uk/research/news/old-before-your-time-study-suggests-that-ageing-begins-in-the-womb
Giussani, D. A. Divergence of mechanistic pathways mediating cardiovascular aging and developmental programming of cardiovascular disease