La hipocinesia se describe como la disminución de la amplitud del movimiento, la cual puede estar presente en trastornos degenerativos como el párkinson.
La hipocinesia y bradicinesia son términos que se suelen utilizar con bastante frecuencia, aunque el segundo se refiere al enlentecimiento del movimiento, mientras que la hipocinesia se refiere a la disminución de su amplitud. En todo caso, ambos son elementos que componen los trastornos hipocinéticos en general.
Estos generalmente se relacionan con el parkinsonismo (primario o secundario) y suelen presentarse en conjunto con temblores y rigidez muscular, los cuales son elementos clínicos suficientes para establecer el diagnóstico en la mayoría de los casos. Es sobre los aspectos básicos de estas condiciones de lo que se hablará a continuación.
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¿Cuáles enfermedades suelen cursar con hipocinesia?
Este término se suele usar (muchas veces indistintamente junto con el de bradicinesia) para describir a la enfermedad de Parkinson y a los síndromes parkinsonianos. Son entidades muy similares pero cuyo origen es diferente.
¿Qué es la enfermedad de Parkinson y cómo se produce la disminución de amplitud del movimiento?
Se trata de una enfermedad neurodegenerativa caracterizada por la lesión selectiva de neuronas pertenecientes a la vía nigroestriada. Es decir, aquella que comunica la sustancia negra (una estructura dentro del mesencéfalo) y el cuerpo estriado (perteneciente a los ganglios basales).
Dichas neuronas se caracterizan por la liberación de dopamina como neurotransmisor principal, lo cual le permite ejercer influencia sobre los movimientos corporales. Cualquier lesión en dicha región puede provocar trastornos motores muchas veces irreversibles.
Aparte de esta característica, los pacientes con enfermedad de Parkinson también sufren de temblores en reposo y rigidez muscular.
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¿Qué son los síndromes parkinsonianos y qué puede causarlos?
También llamados parkinsonismos secundarios, son un conjunto de enfermedades producidas por agentes externos o internos que simulan síntomas propios de la enfermedad de Parkinson primaria, pero cuya causa real es distinta y muchas veces reversible.
Probablemente, la causa más común de hipocinesia asociada a esta condición es el consumo de fármacos neurotrópicos (es decir, que afectan el sistema nervioso central). Entre estos se encuentran los neurolépticos y los antidopaminérgicos en general.
Los neurolépticos son fármacos que se utilizan para el tratamiento de las psicosis (enfermedades caracterizadas por trastornos en la percepción adecuada de la realidad), cuyo mecanismo de acción es el bloqueo selectivo de receptores de dopamina en el cerebro.
Esto quiere decir que dichos medicamentos logran disminuir el efecto de la dopamina en el sistema nervioso, lo cual, por una parte, alivia los síntomas de los trastornos psicóticos como la esquizofrenia, pero a su vez empeoran ciertas condiciones y originan efectos adversos indeseados. Entre estos se encuentra el parkinsonismo secundario, también dado por hipocinesia o bradicinesia, rigidez muscular y temblores.
Las intoxicaciones por manganeso, monóxido de carbono, cianuro y pesticidas pueden causar esta condición. Por otro lado, algunas lesiones e infecciones pueden provocar el parkinsonismo secundario como una secuela, entre las que se encuentran los episodios de encefalitis, traumatismos, tumores y abscesos.
Algunas enfermedades neurodegenerativas pueden provocar la enfermedad, como el síndrome de Shy-Drager, la atrofia multisistémica y la parálisis supranuclear progresiva.
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¿Tiene cura?
En el caso de la enfermedad de Parkinson primaria o idiopática, al tratarse de un trastorno neurodegenerativo, este no puede ser curado completamente debido a que el tejido nervioso no puede regenerarse, salvo estrictas excepciones.
Sin embargo, es posible atenuar considerablemente los síntomas gracias a medicamentos que aumenten la disponibilidad de dopamina cerebral, como la levodopa, un precursor bioquímico de dicha sustancia. En este caso la hipocinesia mejora considerablemente.
Las otras enfermedades que se engloban dentro del grupo de los parkinsonismos secundarios pueden resolverse dependiendo de la causa. En aquellos casos que sean producidas por fármacos, el cambio de la dosis suele atenuar los efectos adversos de manera considerable.
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Fuentes y referencias:
Longo DL, Fauci AS, Kasper DL, Hauser SL, Jameson JL, Loscalzo J, editores. Harrison principios de medicina interna. Vol 2. 18a ed. México: McGraw‐Hill; 2012.
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