Una investigación realiza una extensa revisión bibliográfica y concluye que existen elementos suficientes para considerar la hipótesis de las infecciones orales como factor de riesgo de la enfermedad de alzhéimer.
No es un titular efectista ni una duda traída por los pelos en una investigación de dudoso fundamento. Eso es lo que se preguntan dos reputados científicos después de revisar más de 200 investigaciones sobre la relación entre infecciones orales y enfermedad de alzhéimer. Elementos suficientes hay al menos para que la duda pueda plantearse sin sonrojos y que además concluyan que efectivamente, los microbios orales pueden estar en la etiología de los casos de alzhéimer esporádico de inicio tardío que habitualmente se detectan pasado los 65 años. La investigación aparece publicada en la revista Journal of Oral Microbiology y los autores son Ingar Olsen, de la Universidad de Oslo en Noruega y Sim K. Singhrao de la University of Central Lancashire en Reino Unido.
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¿Cómo pueden ser un riesgo las infecciones orales en el alzhéimer?
Parece que contribuyendo a la inflamación del cerebro que además de las placas amiloides y los ovillos neurofibrilares también es una característica de la enfermedad de alzhéimer.
La inflamación cerebral, a pesar de lo que indica la palabra, no hace referencia a ningún enrojecimiento o hinchazón. La inflamación ocurre como una reacción del sistema inmunitario ante la presencia de agentes nocivos como las placas amiloides y otras infecciones, entre ellas las que pueden llegar al torrente sanguíneo desde la boca.
Los investigadores han establecido que muchas bacterias de la boca, especialmente en personas con enfermedades de las encías, viajan a través del torrente sanguíneo y traspasan la barrera hematoencefálica que es la encargada de proteger al sistema nervioso central pero que en la vejez ve comprometida su integridad. El profesor Olsen explica que cientos de microbios pueden causar inflamación cerebral:
Incluso la Candida oral y el herpes virus podrían causar la inflamación en el cerebro que vemos en los pacientes de Alzheimer.
Candida albicans es un hongo muy común en la población que generalmente no provoca grandes consecuencias si no entra en el torrente sanguíneo. El herpes simple está presente en más del 70 % de la población después de los 50 años de edad. Persiste latente en el sistema nervioso periférico y se reactiva periódicamente en el cerebro según explica en un comunicado de prensa la editorial de la revista en que fue publicado el estudio.
Los investigadores alertan que con una población mayor en constante crecimiento las infecciones por hongos se han disparado. Aunque el estudio no puede afirmar que las infecciones orales son un factor de riesgo sí concluye que hay elementos lo suficientemente sólidos como para seguir investigando en esta línea.
De confirmarse las infecciones orales como un factor de riesgo de la enfermedad de alzhéimer, la higiene bucal y los tratamientos para combatir las infecciones desde temprana edad pueden tener un impacto significativo. Aunque para cuidar la salud bucal no tenemos que esperar tantas investigaciones ¿verdad?
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