Debido al deterioro y muerte de las células productoras de dopamina, los enfermos de párkinson experimentan buena parte de los síntomas motores que conocemos. Pero la dopamina no solo interviene en la regulación de los movimientos.
La dopamina es una biomolécula que sirve de mensajero a las neuronas, es decir, ayuda a que ellas se comuniquen entre sí. Pero no es un mensajero cualquiera, sino que, sin su presencia, muchas cosas en nuestra vida se verían alteradas.
Sin ir más lejos, muchas de las dificultades a la que se enfrentan los pacientes de párkinson se deben a la disminución dopamina.
Si sigues leyendo podrás enterarte del papel que juega la dopamina en este trastorno neurodegenerativo y de algunas de sus funciones más importantes.
El descubrimiento del rol de la dopamina en la enfermedad de Parkinson
En 1957 un joven farmacólogo sueco llamado Arvid Carlsson realizaba experimentos con conejos.
Su objetivo no estaba centrado en la dopamina, sino en saber si después de agotadas artificialmente las reservas de noradrenalina (otro químico que puede actuar como hormona o como neurotransmisor), la rigidez e inmovilidad en que habían quedado los animales podía corregirse con la reposición de otra sustancia llamada norepinefrina.
La abundancia de norepinefrina sería inducida a partir de la inyección de levodopa (L-dopa), una sustancia química que, además, al ser introducida en el organismo logra atravesar el escudo natural del cerebro —la barrera hematoencefálica— y convertirse en dopamina.
Al analizar los resultados del experimento, Carlsson encontró que los animales se habían recuperado, pero los cerebros tenían poca norepinefrina mientras la dopamina era abundante.
Se concluyó entonces que esta podía ser la causa de las mejorías. La rigidez e inmovilidad de los animales recordó al científico los síntomas motores del párkinson y entonces, Carslson propuso que tal enfermedad surgió a partir de la degeneración de las células que contienen dopamina en los ganglio basales.
Un tiempo después Oleh Hornykiewicz observó niveles significativamente bajos de dopamina en los ganglios basales de personas que habían muerto con la enfermedad de Parkinson.
Hoy en día se reconoce que el temblor y otros síntomas de Parkinson surgen a partir de causas por completo coherentes con la hipótesis de Carlsson, de ahí el merecido premio Nobel que ganó en el año 2000.
Efecto casi “milagroso”
En 1961 se administraron inyecciones de L-dopa (la misma sustancia que Carlsson había usado con sus conejos) a 20 voluntarios con enfermedad de Parkinson. Los resultados fueron espectaculares.
El medicamento restauró la capacidad de los pacientes de reanudar el movimiento normal por un máximo de 24 horas. Luego surgieron efectos secundarios y hubo que trabajar en función de las dosis, pero era un paso de avance increíble.
La dopamina más allá del párkinson y de los síntomas motores.
Hoy se conoce que la dopamina juega diversos papeles en nuestro cerebro. Las disfunciones en los circuitos cerebrales que utilizan dopamina están involucradas en el desarrollo de otras enfermedades además del párkinson.
Entre ellas podemos mencionar otros trastornos del movimiento como los que ocurren en la enfermedad de Huntington, así como la depresión, ansiedad, esquizofrenia, trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
La dopamina es también una sustancia asociada a las sensaciones de placer, e incluso, se ha afirmado que las personas obesas tienen un déficit de dopamina que hace que deban comer más para experimentar igual gusto que otros.
Es un factor trascendental en algunos rasgos de personalidad como la introversión, la valentía y la inseguridad que pueden predecirse a partir de la mayor o menor presencia de dopamina en ciertas partes de nuestro cerebro. Es clave para la creatividad, los altos niveles de motivación y la memoria.
Cuando se descubrió esta biomolécula (mucho antes de los experimento de Carlsson) se le dio bastante poco importancia. Esto prueba que los científicos nos son diferentes del resto de las personas y, a veces, sus primeras impresiones también son erróneas.
Referencias bibliográficas
Newton, P. What is dopamine? Disponible en https://www.psychologytoday.com/blog/mouse-man/200904/what-is-dopamine
Perry, S. Dopamine and Movement. Disponible en http://www.brainfacts.org/sensing-thinking-behaving/movement/articles/2015/dopamine-and-movement/