Investigaciones experimentales han mostrado que el efecto anticonvulsivo de la dieta cetogénica está mediado por la microbiota intestinal. Estos descubrimientos han sido suficientes para que la compañía Bloom Science, con sede en San Diego, EE.UU, se lance a desarrollar una terapia antiepiléptica manipulando la microbiota intestinal.
En una de las famosas charlas TED, la Dra. Elaine Hsiao, cofundadora de la start-up Bloom Science, comentaba:
(…) los microbios comensales regulan varios comportamientos complejos como la ansiedad, el aprendizaje y la memoria”.
¿Y los microbios comensales también influyen en el efecto de la dieta cetogénica en la epilepsia? Sobre ese punto no se pronunció la Dra. Hsiao porque todavía no había desarrollado la investigación que la llevaría a publicar un artículo reciente en la revista Cell .
En ese estudio Hsiao y sus colegas mostraron que la dieta cetogénica altera la microbiota intestinal y que ese cambio es necesario para obtener los efectos antiepilépticos de la dieta cetogénica.
Esta dieta es una alternativa de tratamiento para las personas con epilepsia resistente al tratamiento farmacológico tradicional, una opción extrema que llega a ser efectiva en alrededor del 50% de las personas en las que se instaura.
Las pacientes que pasan por una dieta cetogénica disminuyen radicalmente la ingesta de hidratos de carbono y aumentan la ingesta de grasas. Como resultado, experimentan la disminución del número de crisis epilépticas.
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¿Y cómo se logra esto?
Según lo observado por Hsiao y sus colegas en modelos animales de experimentación, la dieta provoca cambios significativos en la población de bacterias que conforman la microbiota intestinal, aumentando la población de dos bacterias: la especie Akkermansia muciniphila y el género de las Parabacteroides.
Cuando la dieta se aplicó en ratones a los cuales se les había eliminado su microbiota intestinal, esta dejó de tener efecto antiepiléptico.
Sin embargo, cuando se enriqueció la microbiota de los ratones con las bacterias identificadas, se logró reducir las convulsiones sin necesidad de aplicar la dieta cetogénica.
Según lo observado en la investigación, las alteraciones en la microbiota debido a la dieta logran inducir cambios en los neurotransmisores cerebrales semejantes a los que provocan los fármacos antiepilépticos tradicionales.
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¿Y qué tal si se imitan los efectos de la dieta cetogénica sin realmente aplicarla?
Identificar las bacterias que pueden tener esos efectos positivos, en el mundo académico estadounidense es casi el sinónimo de crear una start-up para explotar la idea.
Y así nació Bloom Science, una empresa emergente que cree que en dos o tres años podrá tener en el mercado un alimento medicinal y posteriormente, un fármaco tradicional basado en los principios identificados.
Saben que el camino no es sencillo. Según comentó la Dra. Hsiao:
Se necesita investigar mucho más para determinar si estos hallazgos en ratones se traducen en la epilepsia humana».
Por ahora han logrado financiación para seguir investigando hasta comenzar su primer ensayo clínico que, si el organismo regulador estadounidense lo aprueba, tienen planificado que comience dentro de 12 a 18 meses.
El objetivo es crear una terapia para los pacientes con epilepsia resistente al tratamiento tradicional, pero también para aquellos que padecen los efectos secundarios de la medicación.
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Fuentes y referencias
Cross, Ryan (2018): Bloom Sciences launches to treat epilepsy with ketogenic diet-associated gut microbes
Olson, Christine A. et al. (2018): The Gut Microbiota Mediates the Anti-Seizure Effects of the Ketogenic Diet. Cell. En https://www.cell.com/cell/fulltext/S0092-8674(18)30520-8?_returnURL=https%3A%2F%2Flinkinghub.elsevier.com%2Fretrieve%2Fpii%2FS0092867418305208%3Fshowall%3Dtrue
