Según los investigadores, los signos de alzhéimer en delfines y humanos son el precio por nuestra longevidad, el pago por la osadía de vivir más allá de nuestra vida reproductiva.
Los delfines, ocho, vivían en libertad y terminaron varados en costas españolas, donde fallecieron. El análisis del cerebro mostró la presencia de placas amiloides, el signo clásico de la enfermedad de Alzheimer en los humanos.
Pero lo anterior es el final de la investigación, el resultado de la búsqueda de evidencias para una teoría que plantea que la diabetes y el alzhéimer son el resultado de vivir más allá de nuestra vida reproductiva, un privilegio que los humanos compartimos con otros pocos animales, entre ellos delfines y orcas.
Los resultados del estudio fueron publicados recientemente en la revista Alzheimer’s and Dementia.
¿Qué relación hay entre delfines, signos de alzhéimer y la longevidad humana?
Los investigadores parten de la hipótesis de que las alteraciones en el proceso de síntesis y metabolización de la insulina nos permite vivir más allá de nuestra vida reproductiva, pero también nos predisponen a padecer alzhéimer y diabetes.
Como ejemplo citan que la restricción calórica extrema, que altera la cascada de señalización de la insulina, prolonga la vida en animales de experimentación. Según explica uno de los autores del estudio, el profesor de la Universidad de Oxford Simon Lovestone:
Creemos que en los humanos, la señalización de la insulina ha evolucionado para funcionar de una manera similar a la producida artificialmente al darle a un ratón muy pocas calorías».
Y añade:
Eso tiene el efecto de prolongar la esperanza de vida más allá de los años fértiles, pero también nos deja expuestos a la diabetes y la enfermedad de Alzheimer”
Lovestone explica que varios investigaciones muestran que la diabetes está vinculada a la enfermedad de Alzheimer, estando las personas diabéticas en más riesgo de desarrollar la enfermedad.
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Partiendo de esas ideas, Lovestone y un grupo de científicos hipotetizó que en otros animales no humanos que viven más allá de su vida reproductiva, también podían aparecer signos de alzhéimer.
Y es en este punto donde entran a escena los delfines de las costas españolas. Que sí tenían las señales de la enfermedad en el cerebro, lo que no significa que en realidad terminen desarrollando los síntomas del mal. Muchas personas sin alzhéimer tienen esas acumulaciones tóxicas de proteínas sin desarrollar problemas cognitivos.
El profesor Lovestone considera que crear ratones modelos de alzhéimer con alteraciones en la señalización de la insulina daría un animal de experimentación mucho más cercano a la realidad.
Sus hipótesis por el momento quedan ahí, como hipótesis. La presencia de beta amiloide en los delfines es una curiosidad que ya se verá que utilidad puede tener para delfines y humanos.
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Fuentes y referencias
Gunn-Moore, Danièlle et al (2017): Alzheimer’s disease in humans and other animals: A consequence of postreproductive life span and longevity rather than aging. Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association.
University of Oxford (2017): Dolphin brains show signs of Alzheimer’s Disease. En http://www.ox.ac.uk/news/2017-10-23-dolphin-brains-show-signs-alzheimer%E2%80%99s-disease#