Un estudio científico reciente provoca titulares exagerados en los medios que hablan de la aspirina como posible tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. Como mínimo, la interpretación de los resultados es excesivamente optimista.
Si por los titulares nos guiamos, el alzhéimer ha sido vencido en incontables ocasiones gracias a sustancias presentes en los champiñones, el pescado o hasta en el champán.
Desafortunadamente, el alzhéimer sigue ahí, insensible a nuestro optimismo crónico.
Ahora vuelve a tocar el turno a la aspirina (ácido acetilsalicílico), esa vieja conocida, uno de los fármacos más vendidos y populares del mundo.
Un estudio publicado en The Journal of Neuroscience sugiere que «bajas dosis de aspirina pueden usarse para reducir las sustancias acumuladas en la EA así como también en los trastornos de almacenamiento lisosómico».
¿El problema? Con la investigación, ninguno, con la interpretación que se ha hecho; unos cuantos.
Esas «sustancias almacenadas» se han disminuido en varios ensayos clínicos con enfermos de alzhéimer y eso no se ha traducido en mejorías clínicas.
Y antes de que se me olvide, la investigación fue realizada en ratones, un “pelín” diferentes de los humanos.
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¿Qué ha motivado los titulares?
La investigación en cuestión aporta datos válidos para comprender por qué varios estudios han sugerido que el uso de antiinflamatorios no esteroides, entre los que se encuentra la aspirina, se asocia a menor riesgo de alzhéimer.
Los investigadores identificaron un mecanismo que puede explicar esa asociación. Observaron, en cultivos celulares, que la aspirina estimulaba la actividad de los lisosomas, unas estructuras presentes en las células que ayudan a degradar sustancias de desecho.
Otras investigaciones también han hallado que en el alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas, la actividad de los lisosomas se altera, de ahí estimular su adecuado funcionamiento sea una estrategia terapéutica atractiva.
En la más reciente investigación, los científicos observaron que esa estimulación de la actividad de los lisosomas logró disminuir la acumulación de placas de beta amiloide en modelos animales de enfermedad de Alzheimer.
Las placas de beta amiloide son un signo clásico de alzhéimer y muchos fármacos en investigación intentan precisamente limpiar el cerebro de esas acumulaciones dañinas.
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Entonces, ¿dónde está el problema?
Pues que ninguno de los fármacos que hasta ahora se ha investigado, que actúan disminuyendo los niveles de beta amiloide, ha funcionado.
Uno de los fracasos más sonados de esta línea que apoya la llamada «hipótesis amiloide» ha sido el fármaco solanezumab, que estaba siendo desarrollado por el gigante farmacéutico Eli Lilly.
Hasta que no se demuestre lo contrario, disminuir la acumulación de beta amiloide en el cerebro de los enfermos no significa que los síntomas de alzhéimer van a mejorar.
De hecho, muchas personas sanas tienen esas placas y no terminan desarrollando alzhéimer.
También es evidente que esta investigación se ha realizado en animales de experimentación, con lo cual toda prevención sobre su posible aplicación en seres humanos es poca.
Si con lo anterior no es suficiente para evitar comenzar a tomar aspirinas para «prevenir el alzhéimer», me remito a un estudio del año 2012 publicado en Cochrane que concluyó que no había evidencia de mejorías en los pacientes que tomaron aspirina como posible terapia para la enfermedad.
Más aún, el riesgo de hemorragias en estos pacientes fue mayor.
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La aspirina para el alzhéimer, ¿una idea a desechar?
Pues no, hay algo que no debe ignorarse: cuando se estudia a grandes poblaciones se observa que los que toman aspirina tienen menos riesgo de alzhéimer.
Pero de ahí a decir que la aspirina va a prevenir la enfermedad o incluso a disminuir sus síntomas, como han sugerido algunos titulares, hay una gran distancia.
Tampoco hay que olvidar que la aspirina se asocia a mayor riesgo de alteraciones gastrointestinales (náuseas, vómitos, acidez estomacal) y hasta sangrado gastrointestinal.
Así que mejor esperar antes de volver con ese antiguo hábito de mis abuelos de tomarse una aspirina todos los días porque «es buena».
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Fuentes y referencias
Christopher Wanjek (2018): Could Aspirin Help Prevent Alzheimer’s Disease? Mouse Study Says Maybe. En https://www.livescience.com/62971-daily-aspirin-alzheimers-disease.html
Jaturapatporn D, Isaac MGEKN, McCleery J, Tabet N. Aspirin, steroidal and non-steroidal anti-inflammatory drugs for the treatment of Alzheimer’s disease. Cochrane Database of Systematic Reviews 2012, Issue 2. Art. No.: CD006378. DOI: 10.1002/14651858.CD006378.pub2.
Sujyoti Chandra, Malabendu Jana, Kalipada Pahan (2018): Aspirin induces Lysosomal biogenesis and attenuates Amyloid plaque pathology in a mouse model of Alzheimer’s disease via PPARα Journal of Neuroscience DOI: 10.1523/JNEUROSCI.0054-18.2018