Las complicaciones neurológicas de la enfermedad de Lyme pueden ir desde la meningitis y la radiculoneuritis leve en la segunda fase, hasta las polineuropatías en la tercera fase de la enfermedad. A largo plazo también pueden quedar secuelas neurológicas.
La espiroqueta Borrelia burgdorferi es la bacteria responsable de ocasionar esta enfermedad común en Europa y los Estados Unidos. La mordedura de garrapatas infectadas es la fuente de infección para los humanos, a tal punto que la medida de prevención más comúnmente extendida es evitar el contacto con este animal.
Las complicaciones neurológicas de la enfermedad de Lyme son amplias e inclusive pueden quedar como secuelas luego de haberse culminado el tratamiento específico. Estas están presentes en todas las etapas de la enfermedad a excepción de la primera, y por lo general existe afección de nervios o fenómenos inflamatorios. Es sobre estos síntomas sobre lo que se hablará a continuación.
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Las manifestaciones de la enfermedad de Lyme dependen de la región y la bacteria
Al ser una enfermedad causada por distintas especies de la misma bacteria, los mecanismos moleculares por los cuales se producen los síntomas tienen algunas importantes variaciones. Existen algunas diferencias entre la enfermedad producida por B. burgdorferi (Norteamérica) y B. afzelii o B. garinii (Europa).
A pesar de ello, existen ciertas características clínicas comunes en todas las regiones. Entre ellas está la afección de los pares craneales y la meningitis aséptica.
Los pares craneales son un conjunto de nervios que proporcionan tanto sensibilidad como motricidad a las estructuras contenidas dentro del cráneo (salvo pequeñas excepciones). Estos son 12 pares de nervios (uno de cada lado) y el más afectado es el séptimo, conocido también como nervio facial.
La alteración de este elemento nervioso provoca parálisis facial, que en una minoría de los casos es bilateral (es decir, de ambos lados de la cara).
La meningitis aséptica es un proceso inflamatorio de las meninges (capas que recubren el sistema nervioso central) cuya causa es difícil de determinar, debido a que los métodos diagnósticos habituales para microorganismos infecciosos no logran identificar la causa en los primeros análisis.
Síntomas neurológicos en la segunda fase
Recordando que la primera fase de la enfermedad no tiene sintomatología neurológica, esta segunda fase puede presentarse justo después de haberse culminado la primera o inclusive meses después.
En Norteamérica, destacan los procesos inflamatorios como la meningitis y la radiculoneuritis leve. En esta última existe afectación de una raíz nerviosa y todas las ramificaciones que se generan de esta, provocando alteraciones en la sensibilidad conocidas como parestesias y dolor. La cefalea intensa y la rigidez de cuello o nuca (típico de las meningitis) también son comunes.
La asociación de meningitis, parestesias periféricas y radiculoneuritis se conoce como síndrome de Bannwarth, y es una entidad característica del continente Europeo.
Es importante recordar que todas estas manifestaciones suelen asociarse a fiebre, dolor musculoesquelético y dolor en las articulaciones (artralgia).
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Síntomas neurológicos de la enfermedad de Lyme en la tercera fase
También denominada infección tardía, en esta etapa las complicaciones pueden producirse por la persistencia de la bacteria en sitios en los que no pudieron acceder las células del sistema inmunitario, o por los fenómenos autoinmunes derivados de la infección.
Las polineuropatías, es decir, la afección de varios nervios periféricos (aquellos distribuidos por el cuerpo y que no están contenidos dentro del sistema nervioso central), son comunes en esta fase. Una de las diferencias regionales es que en Norteamérica no existe asociación con alteraciones cutáneas como acrodermatitis, mientras que en Europa si está presente esta relación.
Esta se caracteriza por una erupción cutánea que no cura de manera espontánea y que se inicia de manera lenta con la aparición de hinchazón (edema) y enrojecimiento (eritema) en la piel de las extremidades.
Secuelas neurológicas de la enfermedad de Lyme luego de resolverse la enfermedad
Algunos pacientes desarrollan trastornos recurrentes luego de haberse sometido al tratamiento específico para la enfermedad de Lyme, disminuyendo considerablemente su calidad de vida. Entre ellos se encuentran la rigidez de nuca, cefalea, insomnio, alteraciones cognitivas y de la memoria.
Al igual que en muchas otras enfermedades, la probabilidad de sufrir estas complicaciones neurológicas (en muchos casos permanentes) aumenta cuando el tratamiento se inicia de manera tardía o el paciente tiene ciertas condiciones o enfermedades de base que empobrezcan el pronóstico.
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Fuentes y referencias
García M, Skinner C, Salas J, Ocampo J. Enfermedad de Lyme: actualizaciones. Gaceta Médica de México. 2014;150:84-95.
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